viernes, 26 de abril de 2024

Desde nuestro brocal: La matraca acusadora

Lo han vuelto a hacer. Es una especie de mantra obsesivo cada vez que necesitan una cortina de humo que distraiga de los verdaderos problemas que tenemos y a los que tan torpe o insidiosamente aplican su torticera gobernanza. Sí, nuevamente han tratado de focalizar sesgada y manipuladoramente el problema de la pederastia como algo imputable sólo a la Iglesia Católica, lo cual supone un exclusivo e indebido señalamiento, y deja al pairo a la mayoría de quienes han sufrido esta terrible lacra. 

Hemos de denunciar las tramposas informaciones sesgadas o falsas, y decir humildemente lo mucho y bueno que hacemos como comunidad cristiana, también reconociendo errores, pidiendo perdón y acompañando a las víctimas sean quienes sean. Estamos implicados desde esa templanza proactiva, y no somos rehenes de la tibieza muda y ausente para salir en defensa de las víctimas asumiendo nuestra responsabilidad en lo que nos toca, pero instando a que la entera sociedad adopte también las medidas adecuadas, empezando por los gobernantes. Porque si se falsea la identidad de la persona humana, financiando con dineros públicos y programas gubernamentales el adoctrinamiento que destruye la antropología en su identidad masculina y femenina, o la causa de la mujer utilizándola desde el feminismo empoderado que no sólo no erradica la injusta violencia machista contra ella sino que la agudiza, o la educación escolar con una perversa manipulación pornográfica y obscena que confunde y daña a los niños y jóvenes desde la ideología de género, seguiremos entonces dilapidando la herencia de siglos en la que hemos ido construyendo nuestra conciencia moral con verdaderos valores a pesar de nuestras contradicciones. La sociedad así envenenada y confusa será más manipulable por quienes desde su amoralidad narcisista y falaz pretenden perpetuarse en sus poltronas de poder. 

Es clara la nota de la Conferencia Episcopal: “No se pueden plantear unas medidas de reparación que, siguiendo el informe del Defensor del Pueblo, dejarían fuera a 9 de cada diez víctimas. La Iglesia no puede aceptar un plan que discrimina a la mayoría de las víctimas de abusos sexuales. El texto presentado parte de un juicio condenatorio de toda la Iglesia, realizado sin ningún tipo de garantía jurídica, un señalamiento público y discriminatorio por parte del Estado. Al centrarse sólo en la Iglesia católica, aborda únicamente una parte del problema. Es un análisis parcial y oculta un problema social de enormes dimensiones. Además, esta regulación cuestiona el principio de igualdad y de universalidad que debe tener todo proceso que afecta a derechos fundamentales. La Iglesia va por delante en la acogida de las víctimas, en la formación para la prevención y en su reparación. Son los poderes públicos los que deben desarrollar medidas oportunas en esta labor de proteger a los menores en tantos ámbitos de su competencia”. 

No debemos consentir que se nos identifique con ese relato falso que desfigura la verdadera labor de la Iglesia. ¿Qué institución de las afectadas en este crimen ha tomado con seriedad trasversal cartas en el asunto? ¿Cuáles han creado oficinas de acogida y acompañamiento, han educado preventivamente a sus miembros, y han colaborado activamente con la fiscalía? Estamos ante un problema social, en el que como comunidad cristiana representamos el 0’2 de su conjunto, y no el 99’8 que parece que no interesa desde una focalización a lo exclusivamente eclesial, lo cual no es inocente. Es inaceptable la arbitraria imputación que nos expone sólo a nosotros con tan poco porcentaje delictivo a toda una serie de medidas legales, fiscales, económicas y sociales. Lo cual no significa que lo que nos afecta debamos asumirlo, prevenirlo y acompañarlo de la mejor manera posible como estamos haciendo. ¿Qué quieren tapar o distraer quienes siguen en esta viciada matraca? Quid prodest?, decía Séneca (a quién beneficia). 

+ Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

Algunos Aspectos de la 1ª modificación de Dtº72/1998 por Dtº69/2023 (BOPA 166) de Policía sanitaria mortuoria en el Principado de Asturias que afectan a nuestros cementerios parroquiales. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Este pasado verano entraban en vigor las modificaciones realizadas por Decreto 69/2023, de 11 de agosto, como primera modificación del Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria en el ámbito del Principado de Asturias, aprobado por el Decreto 72/1998, de 26 noviembre. Estas disposiciones dadas por la Consejería de Salud del Principado de Asturias nos afectan de un modo muy directo a los sacerdotes que por encomienda pastoral somos administradores de cementerios parroquiales. Aunque ya en reunión del Arciprestazgo de Oviedo informé a los sacerdotes asistentes de estas novedades -dado que muchos aún no han tenido noticia o no conocen detalles de esta realidad- paso a compartir únicamente lo que tiene que ver y nos afecta respecto a nuestra misión como custodios y administradores de los camposantos, extraído del Boletín Nº 166 del BOPA y rubricado el martes 29 de agosto de 2023.

Una de las novedades que hemos de tener presente es la nueva clasificación que se hace de cadáveres, restos humanos y restos cadavéricos. Lo más común para nosotros es dar sepultura a cadáveres y cenizas y, en ocasiones, a restos cadavéricos procedentes de otros cementerios que por deseo de la familia quieren ser sepultados más cerca de su actual domicilio o junto a otro familiar. La clasificación describe tres grupos, y es la que sigue según el artículo 8 del Decreto de modificación del Reglamento: 

A los efectos de este reglamento, los cadáveres, restos humanos y restos cadavéricos se clasifican en tres grupos, según la causa de defunción:
a) Grupo I: aquellos que presentan un riesgo para la salud pública o profesional, porque la persona fallecida padeciera una enfermedad infectocontagiosa de las que se incluyen en el anexo primero.a) y que se podrá modificar en función de la evidencia científica disponible.
b) Grupo II: aquellos que presenten riesgo radiológico por la presencia en los mismos de sustancias o productos radiactivos. Para su tratamiento se estará a lo dispuesto en la normativa sobre seguridad nuclear.
c) Grupo III: aquellos que no presenten los riesgos de los grupos I y II.
Cualquier persona que tenga conocimiento de la presencia de un cadáver de los grupos I y II deberá ponerlo en conocimiento inmediato de la Autoridad Sanitaria competente.
Por resolución de la Consejería competente en materia de sanidad podrá modificarse el anexo primero de conformidad con lo que se acuerde en el ámbito estatal en el seno de la Comisión de Salud Pública o por Resolución de la Dirección General de Sanidad.” 

Y esto que puede parecer algo que no es de nuestra incumbencia, tal como antaño se nos especificaba la enfermedad, causa concreta de la muerte y otros detalles que ahora omite la Ley 3/2018 de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales, desde hace muchos años en Asturias únicamente se nos especificaba en la hoja de datos que entregaban la funerarias si la causa de la muerte era por enfermedad o habiendo habido intervención judicial, exhortando en este último caso dar cuenta al juzgado competente del lugar exacto de la inhumación. Podría parecer que en este momento en que hay una sensibilidad tan grande hacia la protección de datos, que nos introducimos de nuevo en arenas movedizas con derechos contrapuestos en las propias leyes, pero esto no nos compete a nosotros. Necesitamos saber únicamente a qué grupo pertenecen los cadáveres que nos llegan, restos cadavéricos o restos humanos, pues en el punto 18 de novedades que presenta esta nueva legislación se nos exige:

“Cada cementerio debe llevar un libro-registro donde se anotarán todas las inhumaciones y las exhumaciones que se realicen, con especificación de la fecha de realización, del nombre del difunto o del titular del resto, del lugar concreto de inhumación y distinguiendo si la causa de defunción es del grupo I, II o III.” (Segundo párrafo del artículo 39)

Me he saltado otros puntos por medio que también exigirían reflexión y mayor concreción, pero ésta es posiblemente la cuestión que más preocupa a los sacerdotes, y por ello prefiero abordarla al comienzo de todo. La Diócesis ha editado unos libros- registro que se pueden adquirir en las librerías diocesanas; no es obligatorio adquirir ese libro, ni siquiera llevarlo a Cancillería para ser autorizado-diligenciado por el Arzobispado, dado que esto es algo que nos reclama el Gobierno del Principado y no la Iglesia local. Hay sacerdotes que se han quejado de que su precio es caro -50€- y que no se aclaran con el formulario: si han incluido en la primera página el concepto "religiones", cuando en nuestros cementerios sólo pueden recibir sepultura los católicos... Humildemente, a los sacerdotes que me han consultado les he dado mi propia visión:

-Si tienes muchas parroquias y son rurales, lógicamente no te vas a gastar un dineral que posiblemente tus parroquias no tengan comprando un libro-registro para cada una: compra uno para la principal, y para el resto en cualquier papelería o librería se pueden adquirir esos libros que llamamos "de actas" en los que se pueden llevar un registro igual de digno y también eficiente. Y ya que estamos en la era de la informática, igualmente hay modelos de "excel", por ejemplo, o hacer un modelo "tipo" para tus propias parroquias.

-Estamos ante una realidad nueva; las funerarias aún están poniéndose al día, como lo está haciendo también la Diócesis. A los que preguntan si se puede utilizar un libro para toda una Unidad Pastoral, yo personalmente les diría que no por varios motivos: primero porque tenemos la experiencia de pensar que una "Unidad" iban a ser unas parroquias determinadas, y de un día para otro esa distribución territorial la cambia por la muerte o la baja del compañero de tabla. Por otro lado, la norma especifica: ''cada cementerio''. Y tercero, si ese registro se hace para una Unidad Pastoral con dos cementerios, igual la búsqueda y localización de un difunto no es compleja, pero si la Unidad Pastoral tiene 15 cementerios o más en su jurisdicción, a la hora de solicitar las administraciones públicas el registro, difícilmente sea eficaz, y, como es norma obligatoria, tampoco excluyo posibles sanciones. 

-Lo que la Diócesis refleja en la primera página es un extracto de la normativa, que lógicamente no fue redactado ni pensado principalmente para nuestra realidad, sino enfocado a los cementerios municipales principalmente, donde sí tienen actualmente esta situación. Que en los libros-registro que edita la Librería Diocesana, donde se recoge la presencia de novedades (cadáveres en sudario y sin féretro según creencias) no significa que ahora puedan recibir sepultura en el cementerio parroquial cualquier persona, sino que ese matiz de la religión va dirigido particularmente a los cementerios civiles. Al respecto de esto, se añade un tercer párrafo al artículo 9, así redactado: “En aquellos casos en que, por razones de religión o creencias, así se solicite y se autorice por la Dirección General competente en materia de policía sanitaria mortuoria, siempre que se trate de cadáveres incluidos en el grupo III del artículo 8, podrá eximirse del uso de féretro para enterramiento, aunque no para su transporte. Las personas afectadas no tendrán obligación de declarar sobre la específica religión o creencia que se profesa”. Esto, en lo que nos afecta, únicamente tendría aplicación en aquellas comunidades de religiosos/as de vida contemplativa que tengan por tradición recibir cristiana sepultura sin féretro. El resto -normalmente musulmanes- seguramente no querrán inhumarse en nuestros cementerios, ni entiendo que estemos obligados tampoco a aceptarlos, habiendo alternativa en cementerios civiles. 

-Muchos párrocos y administradores parroquiales se quejan de que las funerarias no detallan a qué grupo pertenecen los difuntos que son inhumados en sus cementerios; lo sé, personalmente me ocurre lo mismo, y tengo datos sin terminar de cubrir por ello. Personalmente, me puse en contacto con las funerarias que están en el territorio del Arciprestazgo de Oviedo solicitándoles que por favor actualicen cuanto antes las hojas de datos que nos llevan a las parroquias, añadiendo el grupo al que pertenecen los finados, y a aquellas funerarias que administran cementerios parroquiales, que por favor faciliten igualmente el trabajo de los sacerdotes, detallando en sus propios registros la identificación clara de las sepulturas/nichos en que son inhumados o exhumados los cadáveres o restos. 

-¿Desde que fecha debe de estar esto asentado? Para los que les gusten las cosas bien hechas, desde el 29 de Agosto de 2023 en adelante, y para los menos exigentes (la entrada en vigor es desde la fecha anterior) desde el 1 de Enero de 2024. Lo que está claro es que tenemos que tomarnos en serio este quehacer, que por ley se nos exige. También deberíamos tener mayor celo en la custodia de la documentación que se nos aporta desde las funerarias, pues es un tema delicado el que transciendan datos del difunto o parientes, o el grupo al que pertenece difunto/a,  que podría acarrearnos problemas legales y/ó sanciones. Por ello, evitemos que esa documentación quede descuidada días y días en las sacristías o mesas del despacho, o a la vista de terceros, sino qué, adecuadamente tratada, vaya directamente al archivo parroquial.

-Otra duda que varios compañeros han apuntado es la siguiente: en mi Parroquia tengo columbario o cripta para cenizas: ¿debo llevar ese registro?. Es cierto que en el libro que nos facilita la Diócesis, además del cadáver, restos cadavéricos o humanos, se añade el concepto "cenizas", pero más bien es por llevar un control de todo lo que se inhuma o exhuma en nuestros cementerios, y que pienso que cada día se exigirá más. Respecto a los restos cinerarios, el cuarto párrafo del artículo 16 especifica: El transporte o depósito posterior de las urnas cinerarias o la dispersión de cenizas no estarán sujetos a ninguna exigencia sanitaria, sin perjuicio de lo que dispongan otras normas sectoriales o las correspondientes ordenanzas municipales. Mi opinión personal es que si es posible llevar el mismo control sobre los restos cinerarios, se haga.

Y por último, con frecuencia en los cementerios parroquiales nos vemos ante la realidad de autorizar o no autorizar la apertura de sepulturas, pues puede ser muy buena la intención de la familia de querer disponer el nicho o sepultura para que el próximo ser querido pueda ser enterrado ahí, junto a los restos de los suyos, pero no son pocas las ocasiones en que habiendo transcurrido incluso el doble de tiempo del estipulado legalmente sea imposible por causas naturales la exhumación o reducción de restos cadavéricos. A esto ahora se añade que para ello se ha de tener en cuenta el grupo al que pertenece el difunto a la hora de su exhumación, como como recogen los párrafos 1º y 2º del artículo 18:

“Con carácter general no se podrá abrir ninguna construcción funeraria destinada a la inhumación de cadáveres del grupo III antes del transcurso de dos años desde la última inhumación, a excepción de los cadáveres embalsamados, salvo autorización expresa de la Dirección General competente en materia de policía sanitaria mortuoria, sin perjuicio de la autorización judicial que pueda ser necesaria de conformidad con la legislación vigente.
La exhumación de cadáveres del grupo I y grupo II no se podrá realizar, salvo previa autorización expresa de la Dirección General competente en materia de policía sanitaria mortuoria, debiendo, en todo caso, haber transcurrido un período mínimo de cinco años desde su inhumación.”
Once.—El apartado 1 del artículo 19 queda redactado del siguiente modo:
“1. La exhumación de cadáveres que vayan a ser inmediatamente reinhumados o incinerados dentro del mismo cementerio o en otro cementerio del territorio del Principado de Asturias requerirá la correspondiente autorización sanitaria de la Dirección General competente en materia de policía sanitaria mortuoria, todo ello sin perjuicio de lo que dispone el artículo 18.
La exhumación y transporte de restos cadavéricos dentro del ámbito territorial del Principado de Asturias no precisará autorización sanitaria, siendo requisito necesario que se formalice y documente debidamente por los encargados de los cementerios o titulares de los hornos crematorios y se realice, en su caso, por una empresa funeraria debidamente autorizada.
La recogida de restos, en la correspondiente caja de restos, para su inhumación conjunta con cadáveres el grupo III, seguirá el trámite descrito en el párrafo anterior.”

Se ha levantado una cierta leyenda urbana sobre que desde la crisis sanitaria del COVID-19 ya no se pueden velar a los difuntos fuera del Tanatorio: No es cierto. Por ejemplo, estamos perdiendo la piadosa costumbre de velar a los párrocos difuntos en los propios templos donde han ejercido su apostolado, cuando en ningún lugar esto está prohibido (lo que específicamente no está prohibido, está permitido). Al respecto estamos a lo siguiente: 

 b) Para la práctica de servicios religiosos o ceremonias laicas, de acuerdo con los siguientes requisitos:
1.º Si se realizan antes de las 48 horas de la defunción, el cadáver que no haya sido refrigerado deberá mantenerse conservado a una temperatura inferior a 18 ºC.
2.º Si se realizan después de 48 horas de la defunción, el cadáver será previamente sometido a alguna de las técnicas de preservación de cadáveres que prevé este Reglamento.
c) Cuando la Dirección General competente en materia de policía sanitaria mortuoria autorice la exposición del cadáver en lugares públicos.”

Atención también a los sacerdotes-administradores de cementerios parroquiales que tengan previsto edificar una nueva batería de nichos, pues aquí se debe estar a las normas (no estaría de más un proyecto previo de un aparejador-arquitecto técnico) que se detallan a continuación: 

 “Artículo 41. Nichos y fosas.
1. La construcción o reforma estructural de nichos de los cementerios cumplirá las siguientes condiciones, las cuales serán incluidas en las memorias y proyectos de construcción, ampliación o reforma de los cementerios:
a) Los nichos estarán construidos de forma que se garantice que las aguas pluviales no penetren en las unidades de enterramiento.
b) Las dimensiones mínimas internas de los nichos serán de 0,75 m de ancho, 0,60 m de alto y 2,50 m de largo.
c) Los bloques de nichos tendrán una altura máxima de 5 filas.
d) La fila de nichos bajo rasante estará protegida de la entrada de agua al interior, por la cubierta adecuada
e) El suelo de cada nicho tendrá una pendiente mínima de un 2% hacia la cámara de lixiviados para facilitar la evacuación de los líquidos.
f) La construcción de los nichos garantizará la salida de los gases de la descomposición cadavérica hacia el exterior. Dicha salida tendrá un mínimo de 3 m de altura, y dispondrá de filtros de carbón activo u otro material equivalente que evite las molestias por olores.
g) En el proyecto de construcción se indicará la periodicidad con la que deben sustituirse los filtros y el material de relleno en función del número de enterramientos o la vida útil del mismo.
h) Los nichos o bloques de nichos se dispondrán sobre un zócalo de un mínimo de 0,25 m a contar desde el pavimento, que garantizará la salida correcta de lixiviados y contará con un canal de lixiviados accesible, relleno de grava y sosa caustica o cualquier otra sustancia que permita la neutralización de los mismos.
i) Ante el acceso a cada nicho tendrá que existir un espacio libre suficiente que garantice la buena maniobrabilidad del féretro para proceder a la inhumación. Cada unidad de enterramiento tendrá que poder abrirse y cerrarse de forma independiente y sin que se vea afectada por el resto.
j) Las técnicas constructivas garantizarán siempre que se producirá el proceso de descomposición cadavérica en condiciones higiénicas y sanitarias.
k) Los nichos prefabricados deberán cumplir con lo establecido en la norma UNE EN ISO 9001 y se deberá garantizar que se cumplen las condiciones de calidad del prefabricado.
Las condiciones establecidas en el presente apartado se aplicarán también a los nichos que se agrupan o integran en bloques de nichos, en tumbas, en panteones, en criptas y en mausoleos.
2. La construcción o reforma estructural de fosas quedará sujeta a las siguientes condiciones:
a) Las dimensiones mínimas serán: 0,8 m de ancho y 2,5 m de largo, con separaciones no inferiores a 0,5 m entre fosas. La profundidad vendrá determinada por el nivel freático del lugar donde se sitúen, situándose al menos a 1 metro de distancia de dicho nivel freático.
b) El terreno tendrá suficiente permeabilidad y asegurará la descomposición del cuerpo sin salida de líquidos o gases malolientes a la superficie del terreno. La obra de las fosas se hará de forma que impida el paso del agua de pluviales al interior de las mismas.
c) En el caso de sistemas de fosas prefabricadas, compuesta cada fosa por módulos, siendo cada módulo una unidad de enterramiento, deberán cumplir con lo establecido en la norma UNE EN ISO 9001 y se deberá garantizar que se cumplen las condiciones de calidad del prefabricado.”

Así mismo, los administradores de cementerios parroquiales que vayan a acometer restauraciones en los nichos, o cuyos enterramientos fueran en su momento levantados según antiguas normativas, tengan presente lo siguiente:

Disposición transitoria primera. Nichos y fosas construidos antes de la entrada en vigor del presente decreto
Las condiciones de los nichos y fosas construidos antes de la entrada en vigor del presente decreto se regirán por la normativa anterior. No obstante, en caso de reforma estructural de nichos y fosas que se acometa a partir de la entrada en vigor del presente Decreto, esta se regirá por lo dispuesto en el artículo 41 del Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria en el ámbito del Principado de Asturias en los términos en que se modifica por el presente decreto. A estos efectos, se considerará reforma estructural la actuación que afecte a los elementos estructurales de nichos y fosas y que comprometa directamente su resistencia mecánica y estabilidad.

Espero que estas pinceladas y fragmentos de la última modificación del Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria que nos afectan, sirvan de ayudan a todos los compañeros.

P.D. Como la normativa afecta a todo el Principado de Asturias y, por ende, a la Diócesis en su conjunto, en la última reunión de sacerdotes del Arciprestazgo de Oviedo solicitamos al Sr. Vicario Episcopal de Oviedo-Centro, que elevase al Consejo Episcopal las nuevas interrogantes que se suscitan, para obtener una respuesta a nivel diocesano. 


Joaquín, Párroco de Lugones y Viella
Arcipreste de Oviedo



jueves, 25 de abril de 2024

Santa María del Naranco: Siempre fue iglesia. Por Jorge Juan Fernández Sangrador, Vicario General de la Diócesis de Oviedo

Las obras realizadas en la iglesia prerrománica de Santa María del Naranco con el fin de preservarla de la humedad del terreno circundante y para mejorar los accesos al edificio han permitido datar una losa que había en el vestíbulo de la planta superior como del siglo IX y establecer que estuvo en el templo ya desde su origen, pues, según el equipo que ha seguido las labores de excavación arqueológica en estos últimos meses, la losa debió de formar parte del sepulcro del rey Ramiro I, que fue quien ordenó construir el templo.

La iglesia de Santa María del Naranco, dedicada a la Madre de Dios, como se puede apreciar en la inscripción del altar, no tuvo otros usos que no fueran los de un santuario cristiano. El hallazgo de un elemento funerario en el rellano del pórtico septentrional, por el que se accede hoy al nivel superior, corrobora el uso ininterrumpido del edificio con una finalidad sagrada, que ya conocíamos por la existencia del altar, su inscripción y las acciones religiosas que allí se han celebrado siempre, aunque hubiese, al igual que en tantas otras iglesias, espacios habilitados para enterramientos de miembros del clero o de la nobleza.

En el caso de Santa María del Naranco, tal como acaban de declarar los arqueólogos, la composición arquitectónica del edificio se revela ordenada hacia el altar, vértice hacia el que un rey cristiano, como Ramiro y los monarcas asturianos, entendía que debía estar dirigida su última morada, relegando el lugar de reposo de sus restos al extremo septentrional, frente a ese altar que es representación de Cristo y de su sacrificio redentor, y bajo la protección de la Virgen María, como sucede con los enterramientos reales en la capilla catedralicia ovetense de Santa María del Rey Casto.

Es de agradecer en cualquier caso a la comunidad cristiana del Naranco, con sus sacerdotes, la constante preservación desde entonces hasta el presente del magnífico edificio y que haya mantenido los usos propios para los que fue levantado, merced a lo cual podemos admirar hoy a la que es la obra más representativa del arte religioso asturiano: Santa María del Naranco.

Mensaje del Corazón de Jesús al corazón del Sacerdote. Por José Luis Aberasturi

(Non mea voluntas/ Infocatólica) A la muerte en Roma (marzo de 1900), del R. P. Nicolet, religioso Marista, Superior durante 20 años de uno de los más grandes Seminarios de La Bretaña, se encontró entre sus papeles este “Mensaje del Corazón de Jesús a los Sacerdotes”. Escrito que le había llegado al P. Nicolet tiempo atrás, y lo había guardado como un auténtico tesoro.

Para darnos cuenta de que no es nada exagerada esta calificación, el Obispo de Namur, al prologar y presentarlo, no dudará en afirmar: “ardientemente deseo ver que todos mis sacerdotes practiquen este camino de unión con el Corazón de Jesús, y con celo me convertiré en el Propagador de este Mensaje entre mi Presbiterio y mi Seminario”. (8 febrero 1911).

El padre Jules Le Serf, S.M., doctor en Teología, que encontró este Mensaje -del que se desconocía su existencia- al arreglar las cosas del P. Nicolet, al publicarlo, no se modera en añadir al final el siguiente P.S:

“Este escrito ha sido encontrado entre los papeles de un religioso Marista, muerto en Roma. Debió recibirlo de un alma privilegiada, porque el ‘Mensaje’ que contiene parece salir realmente del Corazón mismo de Nuestro Señor”.

Con el deseo personal e íntimo de que llegue al mayor número posible de hermanos míos Sacerdotes, traduzco y público este Mensaje -que yo también encontré de modo casual, en Lourdes, en una libreria ‘de viejo’, hace ya unos años-; y pongo sus frutos en manos de Santa María, Madre muy especial de todos los Sacerdotes de Cristo en su Iglesia.

Manos a la obra, pues. Vale, como es obvio, no sólo para todo sacerdote, sino también para cualquier alma que quiera adentrarse en esta Santísima Devoción, tan válida como necesaria, propuesta por el mismo Señor Jesucristo.





Mensaje del Sagrado Corazón



“¡Tengo frío! ¡Tengo sed! ¡Tengo hambre!… ¡Dí a mis buenos sacerdotes que me calienten con su amor! ¡Que me traigan almas! ¡almas! ¡almas!… ¿Acaso no he muerto Yo de amor por ellas?…

¡Todos los tesoros de mi Corazón se han abiertos!

Cuanto más se alejan de Mí las naciones, cuanto más me rechazan, más mi dulce Madre me urge para que abra los tesoros de amor, de misericordia, de santificación de mi Corazón.

¡Ciertamente, la Devoción a mi Sagrado Corazón está muy extendida: me consuela y me da cantidad de almas, a Mi, el Salvador de las almas! Pero, no obstante, ¡qué lejos se está de comprender los tesoros infinitos de mi Corazón!… Mi Madre me urge, mi amor me urge a derramar estos tesoros, a invitar a las almas buenas a venir a lanzarse, a perderse en este Océano de misericordia y de amor…

¡Oh! ¡Lleva la llamada de mi Corazón hasta los confines de la tierra: llévalo sobre todo a mi sacerdote, al que amo tanto! ¡Mi sacerdote! ¡Mi otro yo-mismo, mi alter ego!… ¡Ah! Si comprendieran el intenso deseo que tengo de unirme íntimamente a cada uno de ellos!… ¡Cuán raros son los que llegan a esta unión en tanto que mi Corazón se la ha preparado en la tierra!…

¿Y, qué hace falta para esto?…

¡Recoger, levantar de alguna manera todos sus afectos y concentrarlos en Mí, que estoy ahí, en lo más íntimo de su alma! ¡Ah!, grítales a todos, a los que sufren por Mí en los hielos del Norte; a los que arden bajo los fuegos del Sur; a los valentes luchadores que combaten bajo mi estandarte; a los que se agotan noche y día al servicio de las almas, que están abrumadas por persecuciones, trabajos, contradicciones y tedios por mi servicio; a todos por último, grítales cuánto les amo; suplícales que entiendan la llamada tan amorosa y tan urgente de mi Corazón, mi tierna invitación a descender al fondo de su alma, a unirse, ahí, con Aquel que no les abandona jamás, a identificarse Conmigo, de alguna manera… y entonces ¡qué bendiciones les prometo!

Esta unión misteriosa y divina será el principio de una vida de tal manera santa y fecunda, al contrario de la llevada hasta ahora…

¡Muchos sacerdotes conocen muy bien la teoría de la unión del alma Conmigo; muchos aspiran a ella; pero qué pocos la conocen en la práctica; qué pocos en los sacerdote piadosos, celosos, incluso mis amigos devotos saben que Yo estoy ahí en el hondón de su alma, ardiendo por hacerla una Conmigo!

¿Por qué? Porque viven como en la superficie de su alma. ¡Ah! si quisieran sustraerse de las cosas sensibles, de las impresiones humanas, para descender de este modo, únicamente a lo más intimo de su alma, a los más hondo, donde Yo estoy; todos ellos me encontrarían muy pronto y ¡qué camino de unión, de luz y de amor sería el suyo!…

Muchos, muchos sacerdotes, porque están en el buen camino y ejercen una cierta vigilancia sobre ellos mismos, ¿están satisfechos con eso y no buscan nada más allá?… Pues que vayan con toda confianza a mi Madre que es la suya. ¡Ah! ¡cuánto ama a mis sacerdotes! ¿Cuánto le gusta suplicarme por ellos! Una vez más, es mi dulce Madre la que me urge a abrir todos los tesoros de mi Corazón, y hacer una nueva llamada a todas las buenas almas, a mis buenos sacerdotes muy en particular.

Ella hace las delicias de mi Corazón, mi tierna Madre; que haga también las vuestras; y que sepáis que esta Madre del Divino Amor posee el secreto de esta unión maravillosa, que mi Corazón, por una inmensa efusión de misericordia y amor, ofrece ahora a todos sus sacerdotes como una nueva y muy grande gracia de santificación".

(“Notice sur le Message du Coeur de Jésus au coeur du prêtre”, par Jules Le Serf, S.M., Docteur en Théologie, deuxième édition. H. Dessain. Imprimeur du S. Siège, de la S. Congrégation des rites et de l’Archevéché de Malines. Malines, 1921).

Me resisto a comentar nada. Ni siquiera añado alguno de los que hace Le Serf al respeto, de gran predicamento. Me limito a publicar el texto, tal cual, traducido por mi como señalo más arriba. En vuestras manos lo dejo.

Si el Señor me lo permite, osaré añadir que lo hago de su parte: lo encontré “por casualidad", y no pretendo guardármelo para mí. No tengo interés personal alguno que no esté en ese horizonte.

miércoles, 24 de abril de 2024

Fallos en la nota de Tarragona: ¿la Iglesia ha de pedir perdón por actos de autoridades franquistas?. Por Jorge López Teulón


(Rel.) El autor, Jorge López Teulón, es el postulador de las causas de los mártires en la archidiócesis de Toledo, y difunde los estudios y noticias sobre mártires de los años 30 (y de otras épocas) en su blog en ReL Victor in Vínculis y en las webs www.persecucionreligiosa.es y www.464martires.es .

Se ha levantado un gran revuelo con motivo de la nota del Arzobispado de Tarragona del pasado lunes 22 de abril titulada En relación con la petición de perdón a las víctimas de la represión franquista en Tarragona (aquí la nota en castellano).

Quien siga estos temas verá que no hay nada de novedoso en ello. La hemeroteca desde hace más de 20 años y, con un fluir bastante reiterado de notas de prensa, se ha movido entre las dudas porque la Iglesia fuese a pedir perdón, el tiempo qué pasaría hasta que lo hiciera, y pequeñas declaraciones de algunos eclesiásticos en las que al final nunca quedaba claro nada. Para algunos, eran totalmente imprescindibles. Para otros, absolutamente líquidas, por no terminar denunciando al franquismo.

Esta nota me lleva a escribir esta entrada. En primer lugar, porque se trata de una nota oficial de un arzobispado sobre un tema histórico, un tema sobre el que los historiadores no se ponen de acuerdo. Su carga doctrinal y/o autoridad es dudosa. Es evidente que a día de hoy cualquiera puede escribir y pontificar.

Seguro que mientras escribo estas líneas algún que otro vicario general está pensado en no ser menos que Tarragona.

Solo pretendo matizar cosas no poco importantes.

1. La violencia contra eclesiásticos empezó mucho antes de julio del 36

En el punto dos de la nota se lee: "El alzamiento militar de julio de 1936, en los lugares donde fracasó inicialmente, como es el caso de Cataluña, supuso una cruenta represión contra eclesiásticos, personas creyentes y otras de ideología conservadora, por considerar que todos ellos eran partidarios de los sublevados".

En realidad, ya hubo "cruenta represión contra eclesiásticos" mucho antes de julio de 1936.

Sin tener que irnos a la Semana Trágica, para recordar que lo que en principio iba a ser una huelga pacífica de 24 horas para protestar contra el envío de soldados españoles a Marruecos, en julio de 1909, se convirtió en una auténtica revuelta anticlerical en la que se incendiaron decenas de conventos y se exhumaron cadáveres de monjas y sacerdotes…

Se ha dicho con razón que la Segunda República como régimen teórico de convivencia duro exactamente 27 días: desde la tarde del 14 de abril hasta el mediodía del 11 de mayo siguiente, en que las turbas comenzaron a incendiar iglesias y conventos en buena parte de España.

Las primeras víctimas son de octubre de 1934. Y no todas en la Revolución de Asturias. Pueden leer aquí en ReL el atroz martirio que sufrió mosén Josep Morta, párroco de Navás, en este pueblo a 80 kilómetros de Barcelona.

El 15 de marzo de 1936, el cardenal Vidal i Barraquer, como presidente de la Asamblea de Metropolitanos españoles, escribió una carta al presidente de la República, don Manuel Azaña, denunciando los ataques que en toda España se cometían contra la conciencia y los sentimientos religiosos de los fieles. Y entonces el cardenal Vidal hizo una profecía histórica al afirmar “que la política persecutoria del Gobierno de la República ponía en riesgo la paz de España”.

2. No puede decirse que la Generalitat no tuviera responsabilidad

Sigue la nota del arzobispado en el mismo punto dos: "Con el incendio de iglesias, monasterios y conventos, el patrimonio cultural e histórico de la Iglesia se vio gravemente afectado, con pérdidas irreparables. Esta represión fue ejercida por grupos llamados comités, miembros de partidos y sindicatos radicales, que aparentemente no dependían de las autoridades republicanas y actuaban al margen de toda ley".

En el caso concreto de Cataluña, la represión tiene siglas propias y muchos nombres propios.

No pueden afirmar que no dependían de las autoridades republicanas y que actuaban al margen de toda ley.

Tras el Alzamiento militar de julio de 1936, la Generalitat y Esquerra Republicana de Catalunya se aliaron a los anarquistas de la CNT y a los comunistas del POUM, llegando a integrarles en el gobierno de la Generalitat. El ambiente revolucionario en Cataluña desata una cruenta persecución religiosa y política.

Bajo la responsabilidad de Companys se cometen miles asesinatos indiscriminados de los cuales hoy no se suele hablar (más sobre el papel de Companys aquí en ReL).

Sin embargo, en mayo de 1937, se producirán los famosos sucesos de mayo en Barcelona en los que se enfrentan los comunistas estalinistas del PSUC contra los anarquistas de la CNT y los comunistas del POUM.

Un ejemplo lo explica Miguel Mir Serra en su libro de 2010 El preu de la traïció: La FAI, Tarradellas i l'assassinat de 172 maristes. Lo resumimos así: "En verano del 36, las patrullas de la CNT-FAI estaban en manos de un hombre sin escrúpulos, Aurelio Fernández, secretario general de la Junta de Seguridad de la Generalitat. Los Hermanos Maristas desde Francia iniciaron gestiones con los Consulados y la Generalitat [para liberar a muchos maristas detenidos] y fueron remitidos a Aurelio Fernández, que pactó con la institución la entrega de 200.000 francos franceses a cambio de la inmunidad y salida de España de estos maristas. Tarradellas, como conseller de Finances, cobró, pero los religiosos fueron ejecutados". Ahí tenemos un conseller implicado (que luego sería President de la Generalitat) y un alto oficial de la Generalitat. (Más sobre este caso y el papel de Tarradellas aquí en ReL).

Retrato del beato mártir Manuel Borrás Ferré, obispo auxiliar 
de Tarragona asesinado en agosto de 1936 ( historia de su martirio).

3. Ninguno de los partidos implicados ha pedido aún perdón

En 1986, al cumplirse 50 años del inicio de la guerra civil, la Iglesia Española lanzó un documento titulado Constructores de la Paz. Ahí leemos:

"Saber perdonar y saber olvidar son, además de una obligación cristiana, condición indispensable para un futuro de reconciliación y de paz. Aunque la Iglesia no pretende estar libre de todo error, quienes le reprochan el haberse alineado con una de las partes contendientes deben tener en cuenta la dureza de la persecución religiosa desatada en España desde 1931. Nada de esto, ni por una parte ni por otra, se debe repetir. Que el perdón y la magnanimidad sean el clima general de los nuevos tiempos".

Pero de los partidos políticos que se implicaron en aquellos hechos y asesinatos y que aún actúan en el actual panorama político, ninguno ha pedido nunca perdón.

Repasemos lo que pasó en Cataluña:

- En Cataluña fueron destruidos unos 7.000 edificios religiosos; algunos (Montserrat, catedral de Barcelona) se salvaron por la intervención de la Generalitat, que las cerró totalmente al público y quitaron las imágenes y campanas.

- Fueron asesinados cuatro obispos: Irurita, Huix, Borràs y Polanco.

- En Lérida asesinaron al 66% del clero (270 de 410),
en Tortosa al 62% (316 de 510),
en Vic al 27% (177 de 652),
en Barcelona al 22% (279 de 1.251),
en Gerona al 21% (194 de 935),
en Urgel al 20% (109 de 540),
en Solsona al 13% (60 de 445).

De los 5.147 sacerdotes seculares de las 8 diócesis catalanas fueron asesinados 1.536, el 30%. Y otros miles de civiles igual, por las mismas razones. Un genocidio. Sumando sacerdotes y religiosos, en la diócesis de Barcelona mataron a 930.

Placa en la capilla de los mártires de la catedral de Barcelona: recuerda 930 sacerdotes,
religiosos y religiosas asesinados entre 1936 y 1939.

El punto cuarto punto del comunicado de Tarragona recuerda que "la Iglesia de Tarragona tuvo que contemplar cómo su arzobispo, el cardenal Francesc d’Assís Vidal i Barraquer fue represaliado, impidiéndosele volver a la sede primada y teniendo que morir en el exilio".

Habría que añadir que fue asesinado y quemado su obispo auxiliar, el beato Manuel Borrás, que quedó abandonado a su suerte. (ReL explica aquí el martirio de Manuel Borrás).

5. ¿Ha de pedir perdón la Iglesia por cosas que hicieron autoridades franquistas?

Respecto al resto del comunicado de Tarragona, este es el párrafo más confuso: "La Iglesia Católica, maltrecha humana y patrimonialmente por el conflicto bélico y social, esperaba restablecer todo aquello que había perdido y, salvadas honestas excepciones, hipotecó su libertad de acción pastoral a cambio de una protección que la llevó a silenciar lo que el Evangelio reclamaba".

La realidad es que, guste o no, Franco salvó a la Iglesia católica del exterminio.

Sobre lo de “hipotecar su libertad”: ¿cuál, la que no tenía?

Además, como alguien ha escrito: ¿tiene que pedir perdón la Iglesia por cosas que hicieron, como se señala antes en el comunicado, las autoridades franquistas?

Recordemos que ningún sacerdote, religioso u obispo fue miembro de los tribunales que juzgaron los crímenes de guerra y de odio contra la fe posteriores al conflicto civil.

Y es sabido que la Iglesia solicitó a Francisco Franco que fuera clemente. Por ejemplo, la venerable Justa Domínguez de Vidaurreta, Visitadora general de las Hijas de la Caridad, consiguió de Franco que los asesinos de Hijas de la Caridad no fueron condenados a muerte.

6. Exhumar sí, cadáveres de uno y otro bando

Finalmente, por supuesto, que la Iglesia puede y debe favorecer las exhumaciones de uno y otro bando. En el caso de Tarragona, si hay una fosa en un lugar que pertenece a la Archidiócesis y al municipio, ¿de verdad que desde 1979, cuando se aprobó el Estatut de Catalunya, (cuando los restos -lógicamente- estaban en mejor estado que ahora) no se ha podido hacer nada por dignificar e incluso exhumar esa fosa? Ahora es todo como un poco a destiempo.

La Historia déjensela a los historiadores. Y sobre todo dejen que pase un siglo… como poco.

Ceñirse a los políticos actuales, herederos -bajo las mismas siglas- de los que asesinaron a nuestros mártires es bastante absurdo.

¿No podría venir el Lignum Crucis de visita a Asturias?. Por Joaquín Manuel Serrano Vila, Arcipreste de Oviedo


Clausurado el Año Santo Lebaniego este Domingo III de Pascua, día 14 de Abril, el Santo "Lignum Crucis" ha sido trasladado a Astorga donde será venerado en su Catedral el fin de semana del 20 y 21 de Abril. No es la primera vez que visita la diócesis asturicense, pues la santa reliquia de la Cruz del Señor ya estuvo allí en 2018 los días 5 y 6 de mayo, siendo Obispo de esta sede el asturiano Monseñor Juan Antonio Menéndez y, anteriormente, había estado hasta nueve días en la diócesis de Astorga del 28 de Abril al 6 de Mayo en 1973 siendo obispo Monseñor Antonio Briva Miravent, prelado que fuera Administrador Apostólico del Arzobispado de Oviedo... Una tradición multisecular afirma que fue el Santo Obispo de Astorga Toribio, quien trasladó esos fragmentos del "Lignum Crucis" desde Jerusalén hasta Astorga en siglo V.

También visitó la Santa Cruz la Diócesis de León el 5 de Mayo de 2018 siendo obispo de ésta Monseñor Julián López Martín. Fue debido a que la Iglesia que peregrina en León mantiene también sus estrechos lazos con Santo Toribio de Liébana dado que desde tiempo inmemorial y hasta el año 1954 pertenecía todo el Valle de Liébana -incluido el monasterio de Santo Toribio- a la jurisdicción territorial de la Diócesis de León, y en cuya Catedral se custodia también un fragmento de dicha Reliquia que  fue traída desde Tierra Santa en el siglo VIII y trasladada junto con el cuerpo de Santo Toribio a los Picos de Europa. Allí se levantó un monasterio antecedente directo del actual, y punto de referencia de peregrinaciones ya documentadas desde el siglo XII. Por un privilegio otorgado por el Papa Julio II, desde el año 1512 cada vez que el día 16 de abril -fiesta de Santo Toribio de Astorga- cae en domingo, se celebra el Año Santo en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. 

Con motivo de la visita de la Santa Cruz a León, su obispo entonces Don Julián, publicó con fecha de 24 de Abril de 2018 una carta pastoral titulada ''El Lignum Crucis de Liébana en León'' donde  afirmaba: "no debe olvidarse que en agosto de 1936, el sacerdote encargado de la parroquia de Potes, D. Francisco Galiante, con ayuda de un familiar, sustituyó la sagrada reliquia por un trozo de madera vieja, para evitar su desaparición o destrucción. D. Francisco Galiante es uno de los siete sacerdotes leoneses cuya causa de declaración de martirio, realizada en nuestra Diócesis, se encuentra en Roma a la espera de su aprobación. El Sagrado Madero estuvo oculto en diversos lugares hasta que, pasado el peligro de profanación, el 13 de septiembre de 1938, en presencia del entonces obispo de León, Mons. Carmelo Ballester, y de numerosos testigos que reconocieron la autenticidad de la reliquia, ésta fue colocada de nuevo en su relicario, con el levantamiento de un acta cuyo original, firmado por las autoridades presentes y por todos los vecinos de Potes, se conserva en el Archivo Diocesano de León"... El sábado día 20 de Abril a las 12:30 horas el "Lignum Crucis" fue recibido en la Catedral de León donde se celebró la santa misa y se dio a venerar la preciada reliquia. 

Queda pues, patente, la relación con las Diócesis hermanas de Astorga y León, pero es igual de cierto como afirmé en la presentación del Arcipreste de Potes y Pregonero de la Semana Santa de Oviedo 2024 D. Elías Hoyal, los no pocos vínculos de la Diócesis de Oviedo y el Santuario de Covadonga con la Diócesis de Santander y el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. A buen seguro, podemos afirmar que Santo Toribio, camino de Astorga a Liébana, pasó por aquí. Y ese vínculo quedó reflejado mucho tiempo después en la arqueta de estilo asturiano que el rey Alfonso III el Magno donó al Santo obispo de Astorga, Genadio. De esas tierras de Liébana se dice también que salieron los soldados que ayudarían a Don Pelayo en la batalla de Covadonga. El templo primitivo del cenobio lebaniego parece que era un templo de estilo prerrománico asturiano, y sabemos que en el 1.181 el obispo de Oviedo intervino en la creación de la Cofradía de la Santa Cruz junto a los de Palencia, Burgos y León, sin olvidar la peregrinación de San Francisco de Asís -de singular referencia para nuestro actual Arzobispo Metropolitano- en el año 1214, pasando por Liébana y Oviedo. En Cantabria hay también un puñadito de parroquias que durante mucho tiempo formaron parte de nuestra Diócesis y fueron atendidas por nuestro clero, y de las cuales surgieron vocaciones para la Iglesia asturiana. Fueron éstas la Asunción de Bielva, con su filial de San Ignacio de Rábago, y en concreto, en ese bendito arciprestazgo de Liébana, la de San Andrés de Tresviso, la cual era un destino habitual de los recién ordenados en Oviedo y que desde 1.959 es diócesis de Santander, aunque atendida en la actualidad por el párroco de Cabrales.

El profesor de Historia de la Iglesia D. Juan José Tuñón Escalada, actual canónigo-archivero de la Catedral de Oviedo, afirmó siendo Abad de Covadonga que era evidente el vinculo de ambos Santuarios por las rutas de peregrinación existentes. Hemos de partir de que fue en tiempos del rey Alfonso I, monarca asturiano e hijo del Duque Pedro de Cantabria, cuando las reliquias más preciadas -entre ellas la del Santo "Lignum Crucis"- se llevaron a escondidas a nuestras montañas de los Picos de Europa, no a un lugar fijo, sino que a menudo eran movidas de un sitio a otro para mayor seguridad. Así terminó el fragmento mayor de la Cruz del Señor en Liébana o el Santo Sudario en el Monsacro y ahora en Oviedo. De esta forma quedó fraguado el triangulo de peregrinación histórica-medieval entre Asturias, Cantabria y León; lugares por donde caminó el Santo Obispo Toribio de Astorga y otros personajes de renombre como Pelayo, Alfonso II o el popular Beato de Liébana. El vínculo con Covadonga se hace aún más entrañable con esa piadosa tradición de que salieron de ese valle para Cangas de Onís los cristianos que ayudaron a Pelayo a doblegar y expulsar al moro invasor, hasta el punto que muchos hablen que de en Liébana surge la fuerza espiritual que mueve a los hombres de la Reconquista y que arrancará después en Covadonga. Da que pensar que Liébana fuera la antesala de la vuelta de toda la península a la fe católica, tal como si saliera de esta comarca de Potes la espiritualidad de la Cruz que a los pies de la Cueva de la Señora llegó a todos los rincones de lo que hoy conocemos por España, cambiando la media luna invasora por el signo del Madero Redentor. 

El Santo "Lignum Crucis" también viajó a Madrid a la "Jornada Mundial de la Juventud" en 2011 donde fue venerada por el Papa Benedicto XVI, e incluso en los años ochenta había abandonado por un tiempo el Monasterio lebaniego para formar parte de una exposición-congreso en Sevilla sobre las cofradías hispanas de la Vera Cruz. Sería muy hermoso que el Santo "Lignum Crucis" -como así lo hicieron en su momento las reliquias de San Juan de Ávila- pudiera visitar un día Oviedo y Covadonga si así les pareciera bien a los señores Obispos de Santander y Oviedo y al Padre Guardián con la comunidad de padres franciscanos de Santo Toribio. Incluso de celebrarlo a nivel de Vicarías. Podría primero visitar la Catedral (Vicaría Oviedo-Centro); Covadonga (Vicaría Gijón-Oriente) y Candás (Vicaría Avilés-Occidente) al tratarse este último del Santuario dedicado a la Cruz más visitado del Norte de España, y el segundo más visitado de la Diócesis de Oviedo tras Covadonga. Sin olvidar que el Cristo de Candás era la devoción más querida del gijonés Don Juan de Jove Muñiz, canónigo-magistral de Santander que según algunos historiadores fue la persona que más promovió no sólo la devoción al Cristo de Candás en el siglo XVIII mandando imprimir la primera estampa-litografía de éste, sino qué, además, fue la persona que más se movió para lograr que Santander se convirtiera en Diócesis. Hay quienes hablan de él como el verdadero primer obispo de Santander en 1754, pero que renunciaría a las pocas semanas siendo preconizado el abad de la Colegiata de los Santos Mártires de Santander Francisco Javier de Arriaza y Sepúlveda... Serían una forma de hermanar aún más nuestra Provincia Eclesiástica de Oviedo, pues es la única Diócesis de las cuatro que aún espera la visita del "Lignum Crucis"... La recibiríamos con los brazos abiertos. 

martes, 23 de abril de 2024

¿Quién es San Jorge? ¿Cómo surgió la leyenda del dragón? ¿Por qué es patrón de media Europa?

(Rel.) San Jorge es un mártir de los primeros siglos de los que apenas hay datos biográficos pero que, sin embargo, es uno de los santos más conocidos y cuya devoción más extendida estuvo en el orbe cristiano. Las leyendas acerca de su vida y su fama de intercesor le llevaron a ser venerado por reyes y naciones enteras. Su fiesta se conmemora el 23 de abril y todavía hoy es celebrada en numerosas partes de todo el mundo.

¿Quién fue San Jorge?

Pocos datos reales y sí muchas historias y leyendas son las que rodean a la figura de San Jorge, del que se sabe que es uno de los mártires de los primeros siglos, que fue soldado romano nacido en la Capadocia, hoy Turquía, y que murió por su defensa de la fe cristiana durante la persecución de Diocleciano. Su culto se extendió rápidamente por toda la Iglesia, primero oriental y luego también en Occidente.

Según relata la Santa Sede, San Jorge, cuyo nombre tiene un origen griego que significa “agricultor”, nació en el seno de una familia cristiana en la Capadocia cerca del 280. Se trasladó a Palestina y entró a formar parte del ejército de Diocleciano. En el 303, cuando el emperador emanó el edicto de persecución contra los cristianos, Jorge habría donado todos sus bienes a los pobres, rompió el documento y profesa su fe en Cristo. Por esta acción sufrió terribles torturas y al final fue decapitado. Sobre el lugar donde fue sepultado en Lidda, que era antes la capital de Palestina y hoy es una ciudad israelí cerca de Tel Aviv, se erigió poco después de su muerte una basílica donde aún hoy día se pueden ver sus restos mortales. Esta es lo que relata la Passio Georgii, considerada como una de las obras hagiográficas del Decreto Gelasianum del 496 y definida por tanto una passio legendaria. Entre los documentos más antiguos que verifican la existencia de san Jorge, está un epígrafe griego del 368 encontrada en Eraclea de Betania donde se habla de la “casa o iglesia de Jorge y sus compañeros, santos y mártires triunfadores”.

Los guerreros influyeron mucho en transformar la figura de san Jorge mártir en un santo guerrero, simbolizando la escena del dragón como la derrota del Islam; Ricardo corazón de León lo invocó como protector de todos los combatientes. Con los Normandos su culto se radicó fuertemente en Inglaterra donde en 1348, el rey Eduardo III instituyó la Orden de los Caballeros de san Jorge. En todo el periodo medieval su figura fue objeto de literatura épica.

A San Jorge se le considera el patrono de los caballeros, los soldados, los scouts, los luchadores de esgrima y los arqueros; además se le invoca contra la peste y la lepra y contra las serpientes venenosas. San Jorge es honrado también por los musulmanes que le dieron el apelativo de “profeta”. Por falta de noticias ciertas sobre su vida, en 1969, la Iglesia degradó la fiesta litúrgica de san Jorge a memoria facultativa sin tocar el culto que se le dedica. Las reliquias del santo se encuentran en diversos lugares del mundo: en Roma en la iglesia de San Jorge en el Velabro, por voluntad del Papa Zacarías, custodia el cráneo.

¿Por qué San Jorge despierta tanta devoción?

En el siglo IV, su veneración se había extendido de Palestina al resto del Imperio Romano de Oriente. En el siglo V su popularidad llegó a la parte occidental del imperio. Hacia finales del siglo VI, el abad irlandés Adomnanus de la abadía de la isla de Iona relata algunas de las leyendas orientales de Jorge, recogidas por el obispo galo Arkulf en su peregrinación a Tierra Santa en 680. En el siglo IX aparece otra popular historia: san Jorge a caballo como vencedor de un dragón. Parte de La leyenda dorada, también es conocida como San Jorge y el dragón, y es el probable origen de todos los cuentos de hadas sobre princesas y dragones en Occidente, que alimentaron la fantasía de generaciones de niños. La leyenda se relata en diversas partes de Europa y Asia Menor como propia y los detalles varían según la tradición local.

En el reino franco merovingio ya se veneraba a Jorge de Capadocia en el siglo VI pero en la Alta Edad Media, la época de las cruzadas y la caballería se extendió el culto en Europa. Jorge fue el protector de los cruzados en la conquista de Jerusalén (15 de julio de 1099). Como miles Christi, soldado de Cristo, fue patrón de caballeros y soldados, y protector de algunas órdenes religiosas militares, como la Orden Teutónica (siglo XII) o los templarios.

Santiago de la Vorágine (hacia 1230–13 de julio de 1298), arzobispo de Génova escribió la Legenda sanctorum, una colección de fábulas sobre santos. La historia de Jorge de Capadocia es una de ellas. El libro acabó conociéndose como Legenda aurea o Leyenda dorada. Su información se considera una fábula pero de notable valor literario. Al parecer el libro tuvo una gran influencia en la extensión de la leyenda de san Jorge en Occidente, y en la literatura y la pintura. Al final de la Edad Media, Jorge fue hecho patrón de ciudades, burgos y casas nobles.

Prácticamente no hay nación oriental u occidental en la que alguna iglesia importante no estuviera dedicada a su memoria. Todas las Iglesias Católicas, las de la Comunión Anglicana y la Luterana le veneran y la ortodoxia le llama "megalomártir".

¿Por qué San Jorge es uno de “14 santos auxiliadores”?

Una razón más que demuestra que San Jorge era uno de los santos más populares en la Edad Media es que es uno de los conocidos como “14 santos auxiliadores”. Los 14 Santos Auxiliares (15 en algunos menologios) son santos que ya son celebrados a lo largo de todo el año cristiano en días separados, pero que a 8 de agosto se unen en una fiesta común. Son santos que, en plena época medieval eran muy venerados y socorridos en muchas necesidades cotidianas (enfermedades humanas y animales, trabajos, dolores, muerte, catástrofes... etc). La unificación del culto surge en Alemania, y proviene de un culto anterior dado a 5 de estos santos de forma conjunta a los santos sanadores Blas, Jorge, Cristóbal, Pantaleón y Acacio, aunque como la mayoría de los cultos y devociones, tiene su propia leyenda. De hecho, a raíz de una aparición en junio de 1446 a un joven pastor Hermann Leicht, se levantó en Baviera la Basílica de los Vierzehnheiligen, los Catorce Santos Auxiliadores, un "top 14" de la devoción medieval, un "equipo" que aún da nombre a bastantes parroquias en todo el mundo.

Además, de San Jorge, el resto de santos auxiliadores son: San Acacio, Santa Bárbara, San Blas, Santa Catalina de Alejandría, San Cristóbal, San Ciriaco, San Dionisio, San Erasmo, San Eustaquio, San Gil, Santa Margarita, San Pantaleón y San Vito.

San Jorge, en el arte y la iconografía

Como uno de los santos más populares en la Edad Media, San Jorge es también uno de los más representados en la iconografía y en la escultura, pese a lo poco que se conoce en realidad sobre la vida de este mártir. Y lo es tanto en la Iglesia de Occidente como de Oriente, pues su devoción y sus patronazgos van desde Inglaterra o Aragón hasta Moscú o Georgia.

La imagen iconográfica más popular, sin duda, de san Jorge y la que más extendida está es la que aparece representado de manera ecuestre a modo de guerrero. Es en realidad la que mejor le simboliza pues de los escasos datos biográficos de su vida conocidos sí que se sabe que era un joven oficial de las legiones romanas del emperador Diocleciano, que en la persecución iniciada por este contra los cristianos murió decapitado como mártir.

No puede obviarse además en la iconografía la leyenda asociada de san Jorge con el dragón, por lo que es representado a caballo y con una lanza atravesando al dragón o a una serpiente. Otra de las imágenes más características de San Jorge es la de su martirio. Esta imagen ha sido plasmada en numerosas obras de arte, en las que se representa al santo con la cabeza cortada y una palma en la mano, símbolo del martirio. Un hecho llamativo, y debido en buena parte a la fama del santo en la cristiandad, es que ha sido asimilado en las distintas épocas y culturas dominantes. Así, los bizantinos lo mostraban vestido y armado a lo romano, mientras que los cruzados lo vestirían como uno de sus guerreros, con cota de malla, escudo alargado y la cruz roja sobre su pecho y escudo. Inglaterra llegó a “nacionalizarlo” y en Aragón era invocado contra los musulmanes.

¿Qué relación tiene San Jorge con el dragón?

En el siglo IX aparece la popular historia y universal por la que es más conocido este santo y mártir: san Jorge a caballo como vencedor de un dragón. Parte de La leyenda dorada, también es conocida como San Jorge y el dragón, y es el probable origen de todos los cuentos de hadas sobre princesas y dragones en Occidente, que alimentaron la fantasía de generaciones de niños.

La leyenda se relata en diversas partes de Europa y Asia Menor como propia y los detalles varían según la tradición local. La leyenda occidental medieval comienza con un dragón que se instala en la fuente que provee de agua a una ciudad. Los habitantes debían apartar diariamente el dragón para conseguir agua. Así que ofrecían un sacrificio humano que se decidía al azar. Un día cae en suerte a la princesa. El rey ruega por la vida de su hija sin éxito. Cuando está a punto de ser devorada, aparece Jorge y se enfrenta con el dragón, lo mata y salva a la joven. Los agradecidos ciudadanos se convierten al cristianismo. La leyenda medieval fue abandonada progresivamente, aunque pocos dudan de su rico simbolismo religioso, para el que se proponen diversas interpretaciones, y es lo que perdura.