Laicismo y comentarios de Luis del Olmo sobre la “izquierda rancia”

Por el Rvdo. Sr. D. Ricardo Latorre Cañizares es sacerdote. Natural de Cuenca

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“Aquí hay tonterías de sobra”, o “ya no cabe un tonto más”, son algunas de las expresiones de Luis del Olmo acerca de las críticas “de varios diputados de la izquierda rancia” a la felicitación de Navidad en la página del Congreso.

Hoy quiero hacer un comentario a partir de las palabras de Luis del Olmo en su Programa PROTAGONISTAS de ABC Punto Radio

Al escritor y político francés André Malraux (+1974) se le atribuye la famosa frase de que el siglo XXI sería religioso o no sería. Efectivamente, el siglo XX ha sido el siglo de la aparición y expansión del ateísmo. Nunca antes, en ninguna cultura, ni en ninguna época se había conocido el ateísmo. Tampoco nunca como en el siglo XX la inhumanidad y la barbarie alcanzó manifestaciones tan espantosas y extremas. La completa falta de humanidad coincidió con la falta de fe en Dios, porque aquélla es la consecuencia de ésta.

Estamos ya en el siglo XXI, y vemos todos los días cómo algunos se empeñan en acallar cualquier manifestación de religiosidad (en concreto, cristiana). Es una ardua tarea para los laicistas, ya que en España el cristianismo es un árbol con casi 2.000 años de vida, y no lo pueden borrar de un plumazo, en sólo 30 ó 40 años, por más que lo intenten por todos los medios. Además, los inmigrantes de la América española vienen a reforzar la fe de los que se la llevamos a ellos hace 500 años.

En definitiva, es una batalla perdida (la de los laicistas radicales). El sentimiento religioso procede de lo más profundo de la naturaleza humana y nada ni nadie lo puede acallar.

Pero, de momento, lo que sí conviene dejar bien claro, es que este tipo de reacciones como la que analiza Luis del Olmo, por más que las quieran disfrazar de civilización o de buenos modales, no son sino expresión de la más radical intolerancia, una auténtica fobia anticristiana, que en España no puede dejar de asociarse con el anticlericalismo que encendió la chispa de la Guerra Civil y que debe ser desterrado definitivamente de nuestra patria.