miércoles, 5 de diciembre de 2012

Recorte de prensa

La iglesia de Lugones.
El Arzobispado pospone a enero la decisión sobre el parking bajo el templo de Lugones

El arzobispado de Oviedo pospone hasta después de las fiestas navideñas su decisión sobre el aparcamiento subterráneo que la parroquia de Lugones pretende impulsar bajo la iglesia de San Félix. El consejo diocesano de Aauntos económicos, órgano que ha de dar el visto bueno al proyecto, no incluyó la propuesta en su última reunión, celebrada la última semana, debido a la ausencia de un informe, por lo que el dictamen sobre el aparcamiento no se tomará, presumiblemente, hasta una reunión que se celebrará a finales de enero.

Según fuentes del arzobispado, la causa del retraso es meramente administrativa. Antes de proceder a incluir el proyecto en el orden del día de la reunión del consejo diocesano de asuntos económicos, se debería haber solicitado un informe a la Comisión de Obras Diocesanas, algo que no se hizo, por causas que se desconocen.

Pese a la demora, tanto el arzobispado como la propia parroquia lugonense, promotora de la propuesta, mantienen la calma y la cautela. «Las cosas de palacio van despacio», coinciden en señalar las dos partes, tirando de refranero popular.

Desde la parroquia, únicamente se señala que se han remitido toda la documentación al arzobispado, y que ahora es una decisión de la Archidiócesis dar vía libre a un proyecto que, hasta la fecha, ha pasado sin problemas todos los filtros.

Por su parte, desde la comisión de obras diocesanas confirman que están a la espera de que se les solicite el informe sobre el proyecto, y en todo caso señalan que, en el caso de que el consejo diocesano de asuntos económicos diese su beneplácito, aún habría que encargar otros informes técnicos y económicos antes de poner en marcha las obras.

En todo caso, unos y otros son conscientes del interés con el que los vecinos de Lugones, los empresarios y la propia clase política local están siguiendo todo el proceso. Y es que el proyecto plantea construir un aparcamiento subterráneo de tres pisos, con una capacidad estimada de 249 plazas, y que implicaría a la parroquia, como propietaria del subsuelo, al Ayuntamiento de Siero y a un promotor privado cuyo nombre no ha trascendido.

Este último actor sería el que correría con los gastos de la obra y gestionaría el aparcamiento, con una explotación basada en un sistema de rotación. A cambio, el promotor costearía la restauración de la iglesia parroquial y la ampliación de la casa rectoral, que pasaría a ser un edificio de tres plantas, dotado de amplios locales para que las distintas entidades vinculadas a la parroquia pudiesen desarrollar sus actividades.

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