jueves, 28 de febrero de 2013

Estadística , Actos de Piedad y Conmemoración de Santos

 
 
DATOS MES ANTERIOR:
 
Bautizos: (03/02): Nadia García Rodríguez; Sara García Roza
Bodas: NO HUBO
Defunciones: (07/02): Julián Bueno Barrero; Amparo Llano Castaño; (09/02): José Antonio Fuente García; (13/02): Mª Teresa Menéndez Peláez; (16/02): Pilar Gutiérrez Bajo; (18/02/): Sara García Rodríguez; (19/02): Elisa Álvarez Solís; (20/02): Mª Luisa Fernández Suárez
(Datos hasta el día 25 del mes -o aproximado- en que se envía “la hoja” a imprenta)

 
 
 
 
Actos de Piedad - Practicas Cuaresmales:

Viernes : día de abstinencia

Vía Crucis en la Parroquia
Días : 1 , 8 , 15 , 22 y 29 .
(El rezo del Vía Crucis será en la Parroquia antes de la Misa de la tarde en lugar del rosario.

Algunas Conmemoraciones de Santos:

7 Santas Perpetua y Felicidad
8 San Juan de Dios
13 San Rodrigo
19 San José , esposo de la Virgen
Día del seminario : se ruega oración por las vocaciones sacerdotales y por nuestros seminaristas.
23 Santo Toribio de Mongrovejo ¡No hay Misa en el Carbayu!



"Ni un Dios sin amor, ni un amor sin Dios"

Santo Padre

Carta semanal del Sr. Arzobispo

 
Cuando el pañuelo de silencio sabe agradecer
 
La cuenta atrás ha seguido su imparable recorrido, y el día previsto a la hora señalada ha sucedido lo que por su protagonista se nos anunció. Benedicto XVI ha puesto punto final a su ministerio como Sucesor de Pedro, Obispo de Roma y Pastor supremo de la Iglesia universal. Nos han vuelto a conmover sus palabras sencillas y breves, dictadas solamente por su conciencia abierta de par en par ante el Señor, ante su indisimulada ancianidad con los límites que ésta entraña, y con delicada obediencia a la misteriosa voluntad de Dios.
Ante la Plaza de San Pedro abarrotada de fieles, salió por última vez a esa ventana con una serenidad que nos admira. El evangelio del domingo hablaba de la subida al monte Tabor: «Esta Palabra de Dios la siento de modo particular dirigida a mí, en este momento de mi vida. El Señor me llama a “subir al monte”, a dedicarme más aún a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar la Iglesia. Si Dios me pide esto es precisamente para que yo pueda continuar sirviéndola con la misma entrega y amor que he buscado hacerlo hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas».
Sorprende tanta sencillez, tanta sinceridad, tanto amor de verdadero padre, ante el empeño de tantos en sus cábalas numéricas para encontrar alguna razón esotérica en la decisión del Papa. Choca su actitud testimonial de amor al Señor y a la Iglesia, con los que se entretienen en dibujar los mil laberintos de motivos oscuros, en donde tantos secretos innombrables serían para ellos las inconfesables razones de esta decisión papal: conspiraciones de intereses económicos, de lobbies homosexuales, de ansias insaciables de poder. No faltan los eruditos de la quimera fantasiosa que apelan a profecías imposibles para decirnos que estamos ante el final de la hecatombe, ante el ocaso del papado, ante las postrimerías del cristianismo. Pero podemos decir traduciendo a Corneille, aquello de que “los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”.
 
Damos gracias a Dios por el regalo que ha sido Benedicto XVI para la Iglesia y el mundo de nuestros días. Lo ha sido en la palabra y ahora en el silencio; en su presencia y ahora en su retiro. Es la misma trayectoria de su larga maestría como intelectual cristiano que le constituye en uno de los mejores teólogos de todos los tiempos. También la de su breve y fecundo magisterio como Papa, que nos ha dejado tres importantes encíclicas, ha presidido cinco Sínodos de Obispos, y convocó el Año de San Pablo, el Año Sacerdotal y el Año de la Fe. Una apretada antología de los nombres que han descrito el itinerario eclesial a través de las catequesis de cada miércoles (Apóstoles, Santos Padres, Maestros medievales, Santos y Santas). Un precioso comentario al evangelio dominical en la reflexión antes del Ángelus. Fueron 22 viajes apostólicos por los cinco continentes saliendo al encuentro de culturas, de pueblos, de mil situaciones en donde la tragedia y la esperanza de los hombres se estrella o aprende a renacer. Su pasión por la verdad y la belleza, que le hacían interlocutor respetuoso de quien se supiera mendigo herido de las mismas.
Infatigable intérprete del verdadero Vaticano II, contra los que por exceso o defecto se empeñaron en traicionar el concilio. Y no se arredró cuando hubo de afrontar humildemente los horrores de los errores como la pederastia, y las torpezas de quienes abusaron de su confianza traicionándole con deslealtad como el mayordomo.
Un pañuelo de silencio en su partida, lleno de gratitud filial. Como él ha dicho: invoquemos la intercesión de la Virgen María para que nos ayude a todos a seguir siempre al Señor Jesús, en la oración y en la caridad activa. Gracias, Papa Benedicto XVI.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

Ante la Sede vacante ,disposiciones del Sr. Arzobispo

 
Mons. Jesús Sanz ha dispuesto durante el período de Sede vacante que se inicia hoy lo siguiente:
 
 “1. Desde las 20,00 h. del día 28 de febrero, no se nom-brará al Papa en la liturgia (Plegaria eucarística de la Misa, Liturgia de la Ho-ras) ni en las demás oraciones.
 
2. Tanto en las Misas, como en la Liturgia de las Horas y otras oraciones cristianas (santo Rosario, adoración Eucarística, etc.) se pedirá por el Colegio de los Cardenales que elegirá al nuevo Papa, así como por el que será elegido en su momento, para que el Espíritu Santo les ilumine en la búsqueda creyente del querer de Dios.

Al tener noticia de la elección del nuevo Sumo Pontífice:
 
1. Se hagan sonar todas las campanas de la diócesis como gesto de acogida y adhesión filial del nuevo Papa, uniéndonos a la alegría y oración de toda la Iglesia universal.
 
2. A partir de ese momento se nombrará al nuevo Papa en la liturgia (Plegaria euca-rística de la Misa, Liturgia de la Horas) y en las demás oraciones.
 
3. Fijaremos una Misa de acción de gracias por el nuevo Santo Padre.

Que nuestra Madre la Santina de Covadonga nos reúna en oración para pedir por el nuevo Papa”.
 

Misa de acción de gracias por el Pontificado de Benedicto XVI

 
 
El domingo 3 de marzo, a las 18,30 h., en la catedral, el arzobispo de Oviedo, mons. Jesús Sanz presidirá una misa concelebrada de acción de gracias por los ocho años del ministerio de Benedicto XVI a la Iglesia.

La diócesis quiere unirse así a mons. Jesús Sanz en este día, al tiempo que invocará al Espíritu Santo para que ilumine a los cardenales durante el próximo Cónclave y asista al nuevo Pontífice. La participación en esta celebración se hace extensiva a todos los sacerdotes y fieles cristianos de Asturias.

Los sacerdotes que deseen concelebrar deberán traer alba y estola morada. Se han dispuesto lugares de aparcamiento en la Corrada del Obispo y en la plaza de Feijoó

martes, 26 de febrero de 2013

CREO EN LA IGLESIA, UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA


Nunca fui amigo de políticas de “avestruz”. Cuando toca, hay que cuadrarse y enfrentarse a “leones y dragones” de dentro y de fuera, cogiendo el toro por los cuernos. Y creo firmemente (en este año de la fe) que en ello está nuestra Iglesia, con sus luces y sombras. No cabe duda que vivimos tiempos de cambio; posiblemente estemos siendo testigos de excepción de cambios históricos en nuestra Iglesia.
Con el entrañable recuerdo aún del Beato Juan Pablo II (para mí fue mi “Papa”) asido a Cristo “al pie de la cruz”, asistimos nosotros entre sorprendidos y perplejos  a la renuncia de Benedicto XVI, que, inevitablemente, genera comparaciones.
Los últimos años de Karol Wojtyla fueron una profunda catequesis sobre el sufrimiento y la cruz, que Juan Pablo abrazó hasta el final. Sin embargo, los contextos históricos y vivenciales de uno y otro son distintos, pues el tiarrón polaco (me emociona su recuerdo) ya era hijo del sufrimiento, forjado desde muy joven en su tierra en la resistencia, primero contra el nazismo y después contra el feroz e indocumentado comunismo. Al final, el sí que tenía motivos para la renuncia…; entonces, ¿qué le hizo resistir? Tengo para mí que la respuesta está en la la fe; en su fe. Creo que ésta fue el motivo de su resistencia y rebeldía desde muy joven. Su resistencia humana absoluta era una forma de mostrar su fe absoluta en su Dios único y absoluto y en su Iglesia.

Joseph Ratzinger vivió en la parte de la Alemania “liberada” (tras la II Guerra Mundial) que no dominaron los comunistas, y, digámoslo así, tuvo la suerte de vivir la fe en la que había crecido y profundizado de una forma más intelectual y teológica, sin necesidad de demostraciones y pruebas límite o “absolutas”.
No cabe duda que el pontificado de Benedicto XVI fue marcado por situaciones de profundos disgustos en la Iglesia (pues la formamos personas y por ello pecadores) que él manejó con la inteligencia y valentía que Dios le dio a entender y con la honestidad que ya quisieran para sí muchos gobernantes y políticos de nuestro mundo, “progres” y “conservadores”. Pues los gobernantes laicos cuando llegan a la poltrona, pase lo que pase, tragan, aguantan y no hay quien los eche ni con agua caliente.
Por eso yo, pese a todo y contra todo, creo profundamente en nuestra Iglesia; santa y pecadora (como lo fueron los apóstoles). Católica y Universal (sin distinción de raza, pueblo, lengua y nación) y con su sede en Roma, donde el sucesor Pedro (a veces bravo, a veces tibio y cobarde) edificó su Iglesia en nombre del mismo Jesucristo. Sin que el poder del Infierno y del pecado la puedan derrotar (¡y mira que lo intentan!).
Creo en una Iglesia que cada día acoge y cuida a los más débiles. Una Iglesia que reconociendo sus pecados trata de renovarse día a día. Una Iglesia que denuncia las miserias de este mundo pero que acoge sin juicios ni prejuicios a todos los que llegan sin pedir afiliación o carné. Una Iglesia que ama y resiste (como oveja llevada al matadero) los envites de todos los que la odian. Una Iglesia que sigue acompañando todos los días a  pobres, atribulados, marginados, mal vistos, enfermos, emigrantes, presos, deshauciados, exiliados, ancianos, niños, drogadictos, hambrientos, perseguidos…Una iglesia Santa (y pecadora; sí, pecadora; pero mucho más santa cada día que pecadora) Católica, Apostólica y Romana.

Joaquín Manuel Serrano Vila ,Párroco
 

Gestos y posturas corporales en Misa

Por el Rvdo. Sr. D. Jorge González Guadalix
 
Ayer alguien me preguntaba por las diferentes posturas que hay que mantener en la misa. La respuesta no tiene mayor complicación, aunque en la práctica veamos las posibilidades más llamativas.
Decir que sobre la celebración de la santa misa según el misal de Pablo VI, hay dos documentos que entiendo fundamentales. Uno es la “Instrucción general del misal romano”, y el otro la instrucción “Redemptionis Sacramentum”. No son documentos excesivamente largos, y además no tienen nada de farragosos. Se entiende todo perfectamente.
 
En concreto, sobre las posturas de los fieles en la celebración de la eucaristía, hay que leerse el número 43 de la Instrucción general del misal romano que lo explica perfectamente. Otra cosa es que también en este punto se hayan ido colando pequeños vicios que al final resulta muy difícil extirpar (que no imposible).
 
No son cosa baladí los gestos y posturas corporales, porque el ser comunidad también requiere que en lo externo se viva una cierta uniformidad. Por eso que cada cual se siente o levante cuando le plazca, responda o no según sus apetencias o entre y salga de la misa cuando quiera no deja de ser una forma de despreciar el sentido de la celebración. Ser comunidad también en se nota en la unanimidad de los gestos externos.
 
Esto dice exactamente la Instrucción general del misal romano sobre gestos y posturas corporales:
43. Los fieles están de pie desde el principio del canto de entrada, o bien, desde cuando el sacerdote se dirige al altar, hasta la colecta inclusive; al canto del Aleluya antes del Evangelio; durante la proclamación del Evangelio; mientras se hacen la profesión de fe y la oración universal; además desde la invitación Oren, hermanos, antes de la oración sobre las ofrendas, hasta el final de la Misa, excepto lo que se dice más abajo.

En cambio, estarán sentados mientras se proclaman las lecturas antes del Evangelio y el salmo responsorial; durante la homilía y mientras se hace la preparación de los dones para el ofertorio; también, según las circunstancias, mientras se guarda el sagrado silencio después de la Comunión.
Por otra parte, estarán de rodillas, a no ser por causa de salud, por la estrechez del lugar, por el gran número de asistentes o que otras causas razonables lo impidan, durante la consagración. Pero los que no se arrodillen para la consagración, que hagan inclinación profunda mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración.
 
 
¿Vicios adquiridos? Básicamente dos.
Uno de ellos, el permanecer sentados hasta el inicio del prefacio, cuando el pueblo debe levantarse en el “orad hermanos para que este sacrificio…”. Sin embargo es muy fácil de arreglar. Basta en ese momento que el sacerdote haga un ligero gesto con la mano invitando a ponerse en pie y en pocas semanas la gente lo aprende.

El otro vicio, lo de no arrodillarse en la consagración. Lo que es un gesto de adoración, hay quien lo identifica como una humillación, y dicen que como tienen la dignidad de hijos que de arrodillarse nada. Pues qué bien. Tan vicio que hay parroquias que carecen de reclinatorios. Debe ser que el párroco es tan democrático que prohíbe arrodillarse por sus narices. Las cosas de la libertad. Este tiene peor arreglo. Porque los que se quedan de pie por ignorancia aprenden y sin problemas. Lo malo son los que han decidido que no se arrodillan “por principio". En esto las religiosas “modernas” son irreductibles: antes muertas que de rodillas.
Sobre vicios y errores en la celebración, a veces sin mala voluntad, la lectura de la instrucción “Redemptionis Sacramentum” no tiene precio.

lunes, 25 de febrero de 2013

Estadistica ,proporción de cardenales por continente

dejarán el baloncesto profesional para ser misioneras

Tras rodar como estrellas de sus equipos por varios países europeos, se consagrarán a evangelizar el mundo del deporte
Jennifer Risper y Christina Wirth se conocieron en 2005 cuando coincidieron como compañeras de habitación en la Vanderbilt University de Nashville (Tennessee, Estados Unidos), en cuyo equipo de baloncesto empezaron a jugar nada más llegar al campus.
En 2009 fueron elegidas en el draft de la WNBA, la liga de baloncesto profesional femenino, y Christina ayudó a su equipo, Indiana Fever, a alcanzar la final del campeonato, que perdieron tras cinco intensos partidos.
Ya convertidas en amigas, decidieron dar un salto a Europa y, siguiendo la ruta de muchos jugadores de baloncesto, convertirse en estrellas en las competiciones del viejo continente. Juntas ficharon por equipos de Eslovaquia, Portugal y, ahora, Rumanía. Que es donde han hecho una nueva y radical opción, y también juntas: convertirse en misioneras católicas.
La evangelización del deporte
Será en el mes de mayo, cuando acabe la temporada. "Comprendí que Dios quería utilizarme como instrumento a través del deporte. He tenido éxito por la gracia de Dios, y me pregunté si sería capaz de influir sobre otros deportistas. Y pensé que realmente puedo, y quiero", explica Jennifer a Varsity Catholic, la institución con la que colaborarán, y que se dedica precisamente a esa misión, evangelizar el mundo del deporte.
A partir del próximo otoño, se incorporarán al equipo de doce misioneros a tiempo completo que manda Focus (The Fellowship of Catholic University Students, Hermandad de Estudiantes Universitarios Católicos), organización en la que está integrada Varsity Catholic. Focus tiene presencia en 74 campus de Estados Unidos, de los cuales 12 los cubre Varsity Catholic, creada en 2007.
"Es una oportunidad realmente especial e importante llevar la fe católica a la gente, y en particular a los deportistas", dice Christina.
Ella y Jennifer serán las primeras deportistas profesionales que tomarán parte en este peculiar apostolado: "La forma en que nuestra cultura mira a los deportistas crea una gran presión y expectación, pero también una plataforma que puede ser utilizada para difundir el Evangelio", afirma Christina antes de añadir que "es importante influir en la vida de los deportistas para que crezcan personalmente, pero también para mostrarles la gran oportunidad que tienen de llevar a otras personas a Cristo".Juntas para ayudarse
 
 
Ambas jugadoras hicieron juntas ese recorrido de profundización. "A veces eres la única cristiana del equipo. En Vanderbilt había otras, pero fue magnífico que una de ellas fuese mi compañera de habitación. Nos ayudamos una a otra a llevar una vida mejor, incluso en las cosas pequeñas", dice Jennifer, quien explica que Christina le ayudó a redescubrir su fe católica, que llevaba años cuestionando hasta el punto de considerarse "cristiana sin denominación".
Y Christina añade: "Estos dos últimos años han sido un viaje maravilloso juntas para crecer en nuestra fe católica y en santidad. Lo mejor es que Dios me dio la gracia de abrir mis ojos a lo que Él quería de mí, y que tuve a mi mejor amiga para animarme a hacerlo".
"Nuestra vida no es tan glamurosa como la gente cree", prosigue: "Nuestra cultura idolatra a los deportistas, pero al finalizar el día quieres tener algo que sea eterno. Estamos hecho para algo mucho mayor que la fama o el poder, y comprenderlo me hizo decirle a Dios: Tú sabes lo que es mejor para mí, así que yo lo quiero también".
Temores desechados
"Será un periodo maravilloso para crecer junto a Cristo y discernir mi vocación de manera más profunda", dice Jennifer pensando en su futuro inmediato.
Están "nerviosas" pero felices, le transmiten a Katy Zweifel, que firma el reportaje, y no confían en sus fuerzas sino en Dios: "Mis temores se alivian con la oración, y Dios me recuerda que Él es glorificado en mi debilidad. Le digo que hago esto porque creo que es lo que Él me ha llamado a hacer, y que estoy dispuesta. Así que iré, y cuando vaya a los campus... le pediré a Dios que esté conmigo". Firmado: Jennifer y Christina, jugadoras de baloncesto. Dos valientes.
(ReL

El obispo deja comer carne de cocodrilo en cuaresma

(ACI/EWTN Noticias).- "Con respecto a la pregunta que si se puede comer cocodrilo durante el tiempo de Cuaresma, la respuesta es sí, el cocodrilo está considerado en la familia de peces", escribió el Arzobispo de Nueva Orleans, Mons. Gregory M. Aymond, para responder a la pregunta hecha por un feligrés de Louisiana en Estados Unidos.
La Arquidiócesis de Nueva Orleans, envió a ACI Prensa la carta en la que Mons. Aymond responde a la inquietud hecha el 24 de febrero de 2010 por un feligrés de la diócesis sobre la abstinencia de carne en cuaresma.
El Prelado en su respuesta, expresó estar de acuerdo con el feligrés en que "Dios ha creado una magnifica criatura, que es importante para el estado de Louisiana, y que es considerado comida marina".
Mons. Aymond respalda su respuesta en la observancia que hace la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), sobre el tema, que según determina el Código de Derecho Canónico "la abstinencia de carne, o de otro alimento que señale la Conferencia Episcopal, ha de observarse todos los viernes, a menos que alguna otra solemnidad se conmemore el mismo día".
 
 
En la ley de abstinencia se considera carne a lo que "proviene sólo de animales como pollos, vacas, ovejas o cerdos: todos los cuales viven en la tierra, y también las aves".
Lo que no está considerado como carne son "las especies de peces de agua dulce y salada, anfibios, reptiles, (animales de sangre fría) y mariscos". Los cocodrilos, son reptiles y por lo tanto animales de sangre fría, su carne no cuenta como "carne" de la que los católicos de Estados Unidos deban abstenerse los viernes de Cuaresma.
Otros reptiles que presumiblemente podrían consumirse los viernes de Cuaresma son las serpientes y tortugas marinas.
En Estados Unidos, la abstinencia de carne se aplica en los viernes de Cuaresma, pero durante el resto del año los fieles son libres de elegir alguna otra penitencia.
El Presidente de la USCCB y Arzobispo de Nueva York, Cardenal Timothy Dolan, el 12 de noviembre de 2012 durante la Asamblea General de Obispos de Estados Unidos, sugirió que "la labor de nuestra Conferencia el próximo año incluye reflexiones sobre volver a abrazar el viernes como un día especial de penitencia, incluida la posible reinstitución de la abstinencia todos los viernes del año, no sólo durante la Cuaresma".
A pesar que el Arzobispo no hizo la práctica obligatoria, los Obispos posteriormente emitieron un comunicado en diciembre para alentar a los estadounidenses a dejar de comer carne voluntariamente los viernes por las intenciones de la defensa de la vida, el matrimonio y la libertad religiosa en Estados Unidos.
 
Por si alguien piensa que ésto es una broma adjuntamos la carta del Prelado del lugar:
La carta de respuesta de la arquidiócesis de New Orleans en EEUU
La carta  respuesta de la arquidiócesis de New Orleans en EEUU

¿Conciertos en las iglesias?

 
 
 
Hoy me han preguntado, con absoluta corrección, por qué yo era tan remiso a la hora de autorizar un concierto en la iglesia parroquial. Subrayo lo de “con absoluta corrección”, ya que los mínimos de cortesía se están perdiendo de un modo alarmante. La sana distancia del “usted” parece, casi, un recuerdo del pasado. A mí no me parece bien que a una persona con la que no se tiene confianza se le tutee. Y, menos, que se tutee a un sacerdote; que se borren, así de golpe, “todos los tratamientos de cortesía y de respeto”.
Pero vayamos al tema: los conciertos. No tengo nada en contra de la música, pero no me acaba de convencer el afán de convertir las iglesias en auditorios. Las iglesias son iglesias: Son lugares sagrados, es decir «separados», destinados con carácter permanente al culto de Dios, desde el momento de la dedicación o de la bendición.
La música sagrada es de enorme importancia, pero no es un bien absoluto: ha de adaptarse al ritmo y a las modalidades de la celebración. No está la celebración al servicio de la música – por muy sagrada que sea, la música - , sino que la música ha de estar al servicio de la celebración.
Desde el punto de vista práctico me parece muy significativo lo que, en su día (el 5 de noviembre de 1987), ha dicho la Congregación para el Culto Divino:

“La norma para el uso de las iglesias está determinada por el canon 1210 del Código de Derecho Canónico: «En un lugar sagrado sólo puede admitirse aquello que favorece el ejercicio y el fomento del culto, de la piedad y de la religión, y se prohíbe lo que no esté en consonancia con la santidad del lugar. Sin embargo, el Ordinario puede permitir, en casos concretos, otros usos, siempre que no sean contrarios a la santidad del lugar». El principio de que el uso de la iglesia no debe ser contrario a la santidad del lugar, determina el criterio según el cual se puede abrir la puerta de la iglesia a un concierto de música sagrada o religiosa, y se debe cerrarla a cualquier otra especie de música. La mejor y más bella música sinfónica, por ejemplo, no es de por si música religiosa. Tal calificación ha de resultar explícitamente de la finalidad original de las piezas musicales, de los cantos y de su contenido. No es legítimo programar en una iglesia la interpretación de una música que no es de inspiración religiosa, y que ha sido compuesta para ser interpretada en contextos profanos determinados, ya se trate de música clásica, ya de música contemporánea, de alto nivel o de carácter popular: este tipo de música no estaría de acuerdo con el carácter sagrado de la Iglesia, ni tampoco con la misma obra musical, que se hallaría interpretada en un contexto que no le es connatural”.
A estas orientaciones, en línea de principio, me remito.
 
Guillermo Juan Morado.

El padre Repullés, contra la crisis: «Pan y Peces» para 1.300 familias al mes en Madrid

“Desde muy pronto descubrí que amar a los demás, tal y como nos pide el Señor, es vivir interesado por ellos, olvidándote de tus egoísmos, con ternura”. Esta frase define a la perfección la labor que desde hace décadas lleva realizando el padre jesuita Javier Repullés a favor de los más necesitados de Madrid.

“No sólo de pan vive el hombre”
Junto a las Misioneras del Santísimo Sacramento de María Inmaculada ayuda cada a día a más gente a poder cubrir sus necesidades más básicas y también para abrirles un “cachito de cielo”, curiosamente como es conocida la capilla en la que están las hermanas en pleno barrio de Chueca de Madrid.

Pues como dice el propio Repullés utilizando las palabras del Evangelio, no sólo de pan vive el hombre”, por lo que su labor va más allá de dar de comer y se centra también en la escucha y en la recogida, aunque sea una a una, de las ovejas perdidas.
Pronto se vio impresionado por esta realidad y tras ligarse a la Compañía de Jesús, con tan sólo 17 años decidió irse a vivir a una de las barriadas más pobres de Madrid y durante años vivió la fe con las miles de personas con las que se encontró. Fue así como a poco a poco va tomando forma la historia que llegaría después.

Su iniciativa junto a las religiosas
Años más tarde, se encontró con la hermana Corazón, religiosa del convento del Santísimo Sacramento y María Inmaculada y fue aquí donde nació el germen de la atención a los necesitados que tanto ha crecido desde entonces. Hace más de 25 años desde que daban el desayuno a algunos indigentes. Ahora son cientos de personas, de distinto tipo y condición, las que reciben esta ayuda material y espiritual.
Comida a más de 1.300 familias
De los diez a doce pobres de la calle se fue pasando, según cuenta Repullés, “a más y ahora mismo damos comida a 1.300 familias, las que cada mes llenamos el carrito de la compra y, cada día damos un café con leche y un bocadillo a todo el que viene pidiendo”. Actualmente, unas 400 personas pasan todos los días por “cachito de cielo”.
Y a pesara del número ingente de personas que les llega la providencia actúa. “Una pastelería conocida nos manda pasteles, un restaurante cocido, y así varios sitios”. Además, reciben donaciones e incluso personajes importantes como Esperanza Aguirre o el extinto grupo musical “El Canto del Loco” no han dudado en colaborar cuando se les ha pedido.

“Siempre tuve claro que Jesucristo lo que quiere de nosotros y en concreto de mí es ese amor a los más pobres sean del tipo que sean”, asegura este jesuita madrileño.

domingo, 24 de febrero de 2013

Lámpara para mis pasos

La parroquia episcopaliana de St Timothy decide por mayoría absoluta hacerse católica

La parroquia episcopaliana (anglicanos de EEUU) de St Timothy, en Catonsville, Maryland, votó por mayoría absoluta ingresar en la Iglesia Católica a través del ordinariato anglocatólico de la Cátedra de San Pedro, creado en enero de 2012 y que pastorea ya 36 comunidades católicas de origen anglicano en Estados Unidos y Canadá.

Se trata de la quinta comunidad de origen anglicano que da este paso en la zona de Baltimore-Maryland: en 2012 lo hicieron la parroquia de Christ the King en Towson; su filial Sacred Heart of Jesus en Mount Airy; la parroquia de Mount Calvary en Baltimore, y en 2009 se adelantó ya, en bloque, el convento de religiosas anglicanas de All Saints Sisters of the Poor, de la misma ciudad de Catonsville.

 

El 76% de votantes a favor
Las comunidades anglicanas y episcopalianas suelen ser muy pequeñas para el concepto católico de parroquia común en España o Latinoamérica. En este caso, se trata de una comunidad de 100 parroquianos, 55 con derecho a voto, de los cuales el 76% (especifica una nota del ordinariato) votó a favor de entrar en el Ordinariato.

Sucedió el día anterior a la renuncia de Benedicto XVI, domingo, y no se ha anunciado hasta esta semana. En la votación estaba presente un representante del obispo episcopaliano de Maryland y el padre Scott Hurd, "número dos" del Ordinariato de los anglocatólicos.

El pastor también se va
El rector de St Timothy, un pastor anglicano casado, ha anunciado que se retirarará del servicio clerical episcopaliano el 1 de abril. No se sabe aún si se presentará como candidato para ser formado y ordenado como sacerdote católico.

"Agradezco el don de la fe nutrido en la Iglesia Episcopaliana y la oportunidad de aquellos llamados a continuar su camino de fe en la Inglesia Católica sin perder la belleza de las tradiciones anglicanas", declaró. Aseguró que la decisión de los parroquianos "ha sido un largo proceso de discernimiento guiado por el Espíritu Santo".

Por el momento, la web de la parroquia (http://www.sttimscatonsville.org) no recoge el cambio y sigue mostrando una típica comunidad anglicana de estilo evangélico, pequeña aunque muy activa.
 

Más variedad de anglocatólicos
En los ámbitos anglocatólicos se ha comentado que la decisión de esta comunidad amplía el tipo de grupos que entran en el Ordinariato, que en su mayoría eran de un estilo muy liturgista y anglo-católico, mientras que esta comunidad, aunque de doctrina conservadora, tiene un ceremonial y un estilo más ligero.

El templo seguirá siendo propiedad de la Iglesia Episcopaliana, aunque quizá con el tiempo lo alquile a los parroquianos del Ordinariato. Probablemente los parroquianos sean recibidos en la Iglesia Católica en algún momento de Pascua y utilicen las semanas de Cuaresma para formarse en la doctrina.

Más de 1.600 fieles en apenas 14 meses
El Ordinariato de la Cátedra de Pedro, que tiene menos de 14 meses de edad, agrupa ya 36 comunidades de ex-anglicanos, 30 sacerdotes activos y más de 1.600 fieles en Estados Unidos y Canadá.

El ordinario que lo pastorea, Jeffrey Steenson, es un sacerdote católico (casado y antiguo piloto) que fue obispo episcopaliano de Río Grande de 2005 a 2007, año en el que entró en la Iglesia Católica.

sábado, 23 de febrero de 2013

Reflexión Dominical

Por el Padre Franz Monroy Castellanos ,Párroco de San Luis Beltrán de Bogotá
 
El sacerdote Pierre Teilhard de Chardin, reconocido sabio y filósofo francés, escribió: “La Transfiguración, termina por convertirse en la fiesta de mi predilección porque expresa exactamente lo que yo más espero de Cristo; que se realice en nosotros, y a nuestros ojos, la bienaventurada metamorfosis”.

La Transfiguración de Cristo representa uno de los acontecimientos centrales en su vida terrenal. Al parecer sucedió en tiempos de la Fiesta Judía de las Tiendas: una celebración de la presencia moradora de Dios entre los seres humanos.

La transfiguración de Cristo revela que Dios “habita” en el Mesías y se manifiesta por él, hombre de carne y hueso. Su celebración, de manera muy similar a las fiestas de la Pascua y Pentecostés, llegó a ser el cumplimiento en el nuevo testamento de estas fiestas del Antiguo Testamento.

Por la Transfiguración los apóstoles comprendieron que en Cristo “habita corporalmente toda la plenitud de la Divinidad” y Jesús les permite conocer esto antes de su Crucifixión, a fin de que sepan quién es El y qué es lo que ha preparado.

La presencia de Moisés y Elías es de gran importancia para la comprensión y celebración de esta fiesta. Estas dos figuras representan el Antiguo Testamento: Moisés representa la Ley; Elías a los Profetas, y Cristo el cumplimiento de la Ley y de los Profetas.

También representan a los vivos y a los muertos; Moisés falleció y se conoce su lugar de sepultura, mientras Elías fue llevado al cielo. Moisés y Elías confirman que el Mesías-Salvador está aquí, y que Él es el Hijo de Dios de quien el Padre mismo da testimonio. La Transfiguración de Cristo nos revela nuestro propio destino como cristianos, el destino final de todos los seres humanos y de la creación entera, el de la transformación radical del ser y su glorificación por el majestuoso esplendor de Dios.
 
 

La Transfiguración de Jesús, en este segundo domingo de cuaresma, nos descubre la identidad, el certificado de ADN de Jesús: probabilidad con un 100% de ser HIJO DE DIOS.

Muchos seguirán sin creer, sentenciando que no existió el monte Tabor, ni hubo manifestación o nubes que se abrieron desplegando y completando el Misterio.

Otros se quedarán en el Jesús histórico, sin más trascendencia que su nacimiento, su muerte o el movimiento de liberación que pudo desencadenar.

Algunos otros, como yo, concluiremos que la Transfiguración es una vivencia y un adelanto de la gloria que nos espera después de la muerte y resurrección de Jesús.

En la transfiguración el Señor nos llama a la confianza, nos arrastra hasta la intimidad con Dios; nos manifiesta su gloria y nos invita a dejarnos transfigurar por el poder del amor, del compromiso y de la solidaridad.

El Tabor exige subir para comprender y acoger la persona divina de Jesús y baja

A la venta el Papamóvil



(Telam) «Creemos que Su Santidad estará particularmente encantado de saber que el dinero recaudado como resultado de la subasta será utilizado para ayudar a los más necesitados», agregó Allen.
La subasta por Internet se llevará a cabo el martes 20 de marzo a las 17 GMT, con la primera oferta de 0,99 libras esterlinas. El dinero recaudado será destinado a la ONG Habitat for Humanity Great Britain.
Cabe recordar que el primer «Papamóvil» fue fabricado en Irlanda para ser utilizado por Juan Pablo II durante su primera visita a ese país en 1979 y era aún más grande que el que se usa actualmente en el Vaticano.
El actual fue diseñado por la empresa Daimler, un Mercedes-Benz Clase G pintado de color «blanco místico Vaticano».

El encuentro con la gloria de Cristo

Por el Rvdo. Sr. D. Guillermo Juan Morado 
 Sacerdote diocesano de Tui- Vigo
Guillermo Juan Morado
 
La Transfiguración del Señor tiene lugar después de la confesión de fe de San Pedro (cf Lc 9,20). Jesús es reconocido por sus discípulos como Mesías y les revela cómo va a realizarse su obra: su resurrección tiene que pasar por el sufrimiento y por la muerte. Por eso elige como testigos de la Transfiguración a los que serán testigos de su agonía: Pedro, Santiago y Juan.

La fe, la adhesión personal a Jesucristo como Hijo de Dios y Salvador del mundo, inaugura, para los primeros discípulos y para nosotros, el camino del seguimiento. Y este itinerario que hemos de recorrer tras los pasos de Cristo incluye, como un momento necesario suyo, el Via Crucis, la ruta dolorosa que conduce al Calvario: “Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz cada día y me siga” (Lc 9,23).

Nos gustaría, quizá, como a Pedro, ahorrarle a Jesús el trago amargo de la Pasión: “¡Dios te libre, Señor! De ningún modo te ocurrirá eso” (Mt 16,22). Es el escándalo de Pedro y el nuestro: El escándalo de quienes no sienten las cosas de Dios, sino las de los hombres. Que el Reino de Dios venga en la figura del ocultamiento y de la muerte, que el amor más grande sea aquel que da la vida, provoca nuestra instintiva resistencia. El misterio del mal, de nuestra lejanía de Dios, que parece invadirlo todo, no puede ser vencido sin que sea asumido hasta las últimas consecuencias: el abandono y la muerte.
 
 


Para afrontar, sin desaliento, el camino de la cruz necesitamos, también nosotros, el encuentro con la gloria de Cristo; necesitamos que el resplandor de su divinidad nos ilumine para confirmar con su luz la oscura luminosidad de la fe. San Juan Damasceno decía que “la oración es una revelación de la gloria divina” y que “el que conoce la recompensa de sus trabajos, los tolerará más fácilmente”.

En la oración, en el encuentro personal con Jesucristo, se despierta la memoria de los acontecimientos luminosos que proporcionan sentido a la existencia; de esos hechos que nos gustaría prolongar el tiempo, como Pedro deseaba prolongar la contemplación de la gloria de Cristo: “Maestro, qué hermoso es estar aquí. Haremos tres chozas” (Lc 9,33). ¿Quién no desearía que durase siempre la alegría de amar y de saberse amado, el entusiasmo de la propia vocación, el sentimiento de acción de gracias por tantos bienes que hemos recibido? En estos misterios luminosos de la propia vida se anticipa, como en la montaña de la Transfiguración, la gloria de la Pascua.


La Liturgia, como la oración, es un continuo ejercicio del recuerdo; un constante “despertar la memoria del corazón para poder discernir la estrella de la esperanza” (Benedicto XVI). La Cuaresma, con este consolador misterio de la Transfiguración, nos ayuda a sostener la esperanza que brota de la fe, pues sabemos que Jesucristo “transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa, con esa energía que posee para sometérselo todo” (Flp 3,21).
 
 
Monte Tabor (Tierra Santa)

2 Domingo de Cuaresma – Ciclo C

 
 
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,28b-36):
 
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
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Palabra del Señor

viernes, 22 de febrero de 2013

Aclaración

Benedicto XVI seguirá siendo S.S. Benedicto XVI
 
Una vez se haga efectiva la renuncia de Benedicto XVI el 28 de febrero a las ocho de la tarde, hora de Roma, se le podrá seguir llamando como “Su Santidad Benedicto XVI”.
Según el cardenal Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, como ya ocurre con los obispos y arzobispos en cualquier diócesis del mundo, Benedicto XVI como obispo de Roma pasará a ser tras su renuncia obispo emérito de Roma.

jueves, 21 de febrero de 2013

Translado de la Esperanza desde la Tenderina a la Gesta

Ayer  Miércoles comienzó el Triduo a Mª Santísima de la Esperanza , Virgen titular de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, María Santísima de la Esperanza y San Francisco Javier, "Los Estudiantes". Tendrá lugar  hasta mañana viernes  en la Parroquia de San Francisco Javier de la Tenderina a las 19.30 h . Al finalizar el Triduo el Viernes se hará el Besamanos a la Madre.
 
- El SABADO 23 a las 18.00 saldrá PROCESION EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN DE LA ESPERANZA desde la Casa de Hermandad de Los Estudiantes en la C/ rayo nº 21, teniendo la llegada prevista al Colegio de las Dominicas sobre las 10.00 h .
- Los DIAS 24,25,26 (Domingo Lunes y Martes) se hará otro TRIDUO A Mª SANTISIMA DE LA ESPERANZA en la Iglesia de San Francisco de Asís de la Gesta a las 19.30 h.
- El Domingo a las 18.30 h se trasladrá a la Virgen de la Esperanza desde la Capilla del Colegio de las Dominicas hasta el altar mayor de la Iglesia de la Gesta donde permanecerá los días del Triduo. El útlimo día del triduo, el Martes 26 de Febrero, comodín de culto, se hará Solemne Besamanos a la Madre y Ceremonia de donación de Condecoraciones a la Madre de la Esperanza. La ceremonia la cerrará un CONCIERTO de la Agrupación Musical San Salvador en honor a Mª Santísima de la Esperanza.

Una historia con moraleja

Por el Rvdo. D. Jorge Guadalix
 
Aquel año el párroco anunció una sola charla cuaresmal, pero advirtiendo, eso sí, que valdría por tres o cuatreo, ya que la daría un ponente de campanillas.
Parece ser que acababa de encontrarse con un compañero sacerdote dedicado al estudio y la docencia. Licenciado en un par de teologías, doctor en algo, y profesor muchos años en España y América. Y al párroco no se le ocurrió cosa mejor que por una vez en la vida llevar al pueblo una primera figura de la teología planetaria.
Causó su poco de expectación. Porque generalmente las charlas, cuando las había, las daba el mismo párroco o algún cura de los pueblos vecinos. Total, que uno y otros suficientemente escuchados. Por fin un hombre sabio, como lo presentó el párroco. Profesor durante años, estudioso, conferenciante por medio mundo, autor de libros y artículos. ¿Se lo van a perder?
El día de la charla hubo algunos más que de ordinario. Tampoco tantos, que al final en estas cosas acaban siendo casi siempre los mismos, pero alguna persona más del pueblo apareció y hasta vinieron tres o cuatro de Madrid. La charla, como siempre, en la iglesia.
Rafaela en el segundo banco, por si querían ponerse primero los de Madrid, que venían con cuadernos para tomar notas y hasta grabadoras para no perderse nada. No le gustó que comenzara la charla sin un padrenuestro por lo menos, sobre todo estando en la iglesia, pero pensó que un despiste lo tiene cualquiera.
 
 
 
Bien se explicaba el padre, pero que muy bien. Utilizaba palabras nunca antes oídas. Habló de la apertura del corazón ante la inmensidad de lo divino y la misericordia compasiva frente al sufrimiento planetario. Dijo que Dios quería hombres muy humanos embarrados en el dolor para que pudieran vivir una profunda metanoia desde la vivencia de la kenosis radical en la apertura a la trascendencia. Les exhortó a ser ellos mismos, a purificar el yo profundo y comprender que la gran tarea es construirse uno mismo en la apertura a la alteridad.
A los pocos minutos, Rafaela ya había desconectado y decidido que mejor aprovechaba ese rato en la iglesia para rezar por sus difuntos. Irse no, porque es mujer educada, pero perder el tiempo tampoco. Una ovación de gala la sacó de su ensimismamiento. Había terminado la charla y todos se hacían lenguas de la sabiduría del ponente.
Juana, por lo bajinis, se dijo a Rafaela: hija, qué bien habla, lo que pasa es que una es ignorante y no termina de entenderlo muy bien. No mujer, le respondió Rafaela, si es facilito. Ven, vamos a preguntarle.
Tuvieron que esperar un poco, mientras la gente felicitaba tan brillante exposición, sobre todo los de Madrid que debían entender más. Cuando por fin llegaron a él, Rafaela, después de darle las gracias por haber querido venir al pueblo, le dijo:
“Mi amiga, Juana, que dice que alguna cosa no le ha quedado muy clara. ¿Verdad que lo que usted ha dicho es que tenemos que ser mejores, cumplir los mandamientos, venir más a la iglesia, confesar, comulgar y ayudar a los pobres? ¿A que también ha dicho que es bueno hacer algún sacrificio por nosotros y por los demás? ¿A que sí?”
El predicador quedó un tanto desconcertado… “bueno sí, claro…”. Rafaela se volvió a Juana y le dijo: “lo ves, ¿ves como era facilito? Lo que pasa es que como han estudiado lo saben decir con otras palabras, pero era eso, lo mismo que se nos ha predicado siempre. ¿O es que tú habías entendido otra cosa?”
Me cuentan que los amigos del predicador, los que llegaron desde Madrid, no sabían qué cara poner. Sólo acertaron a decir eso de que esta gente de pueblo no entiende nada… Rafaela se volvió y con una sonrisa enorme les dijo: “a lo menor los que no entienden nada son ustedes…” Eso lo aclarará Dios al final de cada uno.
Anda Juana, que he hecho unas rosquillas esta mañana. ¿Te vienes a casa y las probamos?

Su madre fue violada con 13 años, no abortó, y su hijo, sacerdote, perdonó y confesó a su padre

 
“Yo podría estar en un tacho de basura, pero a mí se me dio la vida”, afirma el sacerdote Luis Alfredo León Armijos, de Loja (Ecuador) quien a sus 41 años comparte su historia al haber nacido tras una violación cuando su madre tenía solo 13 años.

El presbítero también cuenta cómo conoció y perdonó a su padre a quien llegó a confesar y que ahora lleva una vida de fe.

El sacerdote diocesano y párroco de la Parroquia San José en Loja, relató que su madre, María Eugenia Armijos Romero, a su corta edad cuidaba y limpiaba una casa en Loja para ayudar a sus padres y a sus siete hermanos: “el dueño de la casa aprovechando que estaba solo, abusó de ella dejándola embarazada”.

A pesar del rechazo de su familia que “no quería que nazca el bebé por lo que la golpeaban en la barriga y le dieron bebidas para que abortara”, María siempre defendió la vida de su hijo y al verse sola y sin apoyo “oró y sintió en su corazón que el Señor le decía: defiende ese niño que está en ti”, contó el P. León.

María huyó de Loja hacia la ciudad de Cuenca donde sobrevivió por sus propios medios. El domingo 10 de octubre de 196, en un parto lleno de complicaciones por su corta edad y su pequeña contextura, nació Luis Alfredo con algunos problemas respiratorios que el amor de madre también ayudaron a sanar.

Después de un tiempo y con la ayuda paterna, María volvió a Loja para empezar “una vida como madre soltera. Le tocó quedarse a cargo de su violador –mi padre – quien acepta reconocerme y hacerse cargo de mí, pero eso no quiere decir que las cosas estaban sanas entre ellos”, relató el P. León.

El presbítero recuerda que su “padre visitaba siempre la casa y cumplía con nosotros. Ellos (sus padres) tuvieron 3 hijos más, y mi relación con él era distante pero buena. Le tenía mucho respeto, infundía autoridad, conmigo ha sido muy fuerte, me llevaba a trabajar”.

Cuando el P. León tenía 16 años lo invitaron a la Renovación Carismática donde “tuve mi primer encuentro con Cristo, aprendí de su amor maravilloso”, y comenzó a predicar y dar catequesis “en todo lugar que Dios me ponía” como los buses y la correccional de menores.

A los 18 años sintió el llamado a la vocación sacerdotal e ingresó al Seminario de Loja sobreponiéndose a la oposición de su padre. “Él me decía: tú no puedes ser sacerdote porque tú debes saber bien quién eres”.

Con un permiso especial del Obispo por su corta edad, fue ordenado a los 23 años: “fue toda una bendición para mi vida”, recuerda.

Dos años después ingresó al Camino Neocatecumenal y su madre le contó, tras terminar la relación con su padre, cómo fue que vino al mundo. Eso marcó el punto de inicio para un camino de reconciliación de ambos. El sacerdote ayudó a su mamá a entender que no podía odiar a su padre y que Dios la invitaba a amar su propia historia.

 
Sacerdote Luis Alfredo León Armijos
Padre Luis Alfredo León

El sacerdote relató a ACI Prensa que con esta experiencia él comprendió que siempre había predicado a los demás del amor de Cristo en sus vidas y ahora entendía que “Dios me permitía ser sacerdote no para juzgar sino para perdonar, para ser instrumento de su misericordia, y yo había juzgado mucho a mi padre por todo”.

Años más tarde recibe una llamada de su padre “se iba a operar y le daba miedo, y me dijo: quiero que me confieses”. Después de unos 30 años que no comulgaba, “mi padre regresa a la comunión, a la Eucaristía”.

“Yo le decía: papá, usted merece el cielo, una vida eterna, así como la Iglesia a mí también me está haciendo ver el cielo, y en ese momento mi padre se lleno de lágrimas”.

Cuando el P. León predica a madres gestantes que pasan por dificultades les recuerda que así como Jeremías, Dios forma en el vientre la vida de un hijo, y que no lo vean como “un hijo que trae sufrimiento, que trae dolor, yo les digo que un hijo trae la salvación, trae bendiciones”.

“Como Jesucristo que fue insultado, perseguido, ya desde niño fue causa y cruz del dolor, en sus hijos reciban la bendición de Jesús” agregó.

El presbítero aconseja a los hijos que conozcan bien “la historia de uno. Aprendan a ver las cosas desde el amor de Dios. Uno puede enterarse de su historia y odiar la propia vida, juzgar a Dios como me había pasado a mí, pero descubrí que el amor de Dios había estado ahí cuidándome la vida”.

“Joven, si el padre de la tierra se ha equivocado y te ha fallado, el padre Dios nunca nos ha fallado. Si eres hijo e madre soltera debes ver en tu vida cómo el padre Dios te ha cuidado”, exhorta.

“Yo pude estar en un tacho de basura, pero a mí se me dio al vida, yo digo es una gratuidad, todo lo que tengo, la vida en sí misma es un don exquisito que Dios da”, concluyó.

Carta semanal del Sr. Arzobispo de Oviedo

 
  Ceniza perfumada
 
La ceniza volvió a caer. No es el aspaviento de un volcán fumante, ni la resulta de un incendio arrasador. La ceniza es el recuerdo humilde de nuestro humus, de esa tierra de la que fuimos formados por las manos creadoras de Dios, como dice bellamente el texto arcaico del Génesis. No se trata de un cansino toma y daca por parte de la Iglesia que pretendiese echar no leña al fuego, sino ceniza al apagón. No. No es el erre que erre ceniciento que nos pone de nuevo contra las cuerdas para acorralarnos en el miedo o la tristeza, como si la vida no tuviera ya demasiados rincones en los que sentimos incertidumbres, penurias y desazón.
La ceniza se ha puesto de nuevo en nuestras cabezas para invitarnos con respeto y ternura a alzar nuestra mirada humildemente, sin tronío ni alharaca, sin despecho ni ambición. Levantar nuestros ojos desde la realidad siempre mejorable, desde las mil fisuras por las que se nos fugan la esperanza, la certeza y la ilusión. Porque la ceniza no consiste en una losa humillante que viene a aplastarnos más aún de cuanto cotidianamente nos abruma, sino que ese símbolo cuaresmal nos abre al deseo de lo que no logramos por nosotros mismos que se cumpla. Y esta apertura deseosa es la que nos permite vislumbrar con alegría presentida que la palabra última no le pertenece a nuestro fracaso y pesar, sino a la promesa cumplida que como perfume verdadero Dios nos quiere nuevamente regalar. Es una ceniza perfumada.
Este año, la cuaresma viene envuelta con esa noticia que nos ha dejado a todos suspendidos en el aire de nuestras preguntas y porqués. El Papa Benedicto XVI, nuestro querido Santo Padre, al comunicarnos que por las razones dichas renuncia al ministerio de Sucesor de Pedro al frente de la Iglesia universal como Obispo de Roma, nos deja ayunos de Papa. No contábamos con este ayuno singular. La oleada de adhesiones a su persona, de comprensión filial de su extrema decisión, de afecto lleno de aplausos y plegarias, marcan este momento tan delicado como apasionante que hemos de vivir los creyentes desde la más total confianza en la Providencia de Dios.


 
 
El Papa Ratzinger lo ha dicho en estos días. A la Iglesia la guía Cristo. El Sucesor de Pedro tiene obviamente su labor, su precioso y preciso ministerio, pero la Iglesia es del Señor. Vivamos este comienzo de cuaresma dando gracias por el que se va y pidiendo luz al Espíritu Santo para que ilumine al Colegio Cardenalicio a fin de que elijan al que viene escogido por Dios. Agradecimiento y oración es lo que marca este tiempo breve.
Son días de levantar el vuelo no en retóricas y rutinas, sino más bien alzar la mirada esperanzadamente pidiendo al Señor que nos bendiga en este tiempo de gracia y conversión. Como nos ha dicho en su Mensaje para esta cuaresma Benedicto XVI, la fe y la caridad van unidas inseparablemente. Sólo el amor es digno de fe, decía el teólogo Von Balthasar. Porque creemos en Dios hemos de amar a Dios, lo que Él ama y como Él lo ama. Fe y caridad. Una fe que nos permite clavar nuestra mirada en Dios, aprendiendo a abrazar a cada hermano con su misma entraña misericordiosa, haciendo ese mundo nuevo que tenga el sello de la civilización del amor.
Son demasiadas las heridas de nuestro mundo, demasiado el dolor de tanta gente, como para concebir una cuaresma cristiana de un modo diferente. El gesto de convertir nuestro corazón, de cambiar nuestra mirada al contemplar a Dios, debe hacerse gesto de amor solidario que testimonie precisamente que creemos en un Dios que es Amor.
+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

Claves de la Religión en la enseñanza


José Luis Portos y Lisardo Santirso son dos profesores de Religión con casi treinta años de ex-periencia a sus espaldas. Desde muy jóvenes estuvieron involucrados en movimientos de Acción Católica y en distintas actividades de la diócesis. Lisardo es profesor de Religión del instituto de Lugones, a donde llegó en 1986. José Luis es profesor de Religión en el instituto de Grado. Los dos tienen, además de un pasado en común, otro dato que les hace peculiares, y es que, mientras los alumnos que eligen la asignatura de Religión en los institutos de secundaria y bachillerato en Asturias suponen un total del 27% del alumnado, a las clases de José Luis y Lisardo acuden un elevado número de alumnos. No en vano estos dos profesores se encuentran entre los cinco  de un colectivo de 56 cuyo porcentaje de asistencia a sus clases está por encima del 75%, llegando en alguno de los casos al 92%.
Para dialogar sobre las dificultades, preocupaciones y también de las satisfacciones que proporciona ser docente de Religión, una profesión que ellos han convertido en parte de su vida, el semanario informativo Esta Hora, los ha convocado en su redacción.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Estampa cuaresmal

Nuestro entorno y nuestro interior. Actuales errores culturales


Por el Cardenal Ricardo M. Carles
 
Los hombres no somos originales ni en nuestros errores. No solo es trágica, por
los efectos negativos que pueda producir, sino profundamente errónea la actual
 proclamación insistente de ciertas ideas como progresistas. Más bien tienen siglos
de vida y siglos de fracasos.

El gran profesor y cristiano que fue el Dr. Corts Grau, valenciano ilustre, encontró

en el momento histórico suyo, el de hace 50 años, abundantes coincidencias con la
época de San Agustín, que curiosamente son semejantes a las nuestras. He aquí
algunas: Crisis profunda, agravada por el narcisismo con que la analizamos.,
contrastes entre el mundo y la Cristiandad, tendencias intuitivas más seductoras que
disciplinadas, sustitución del auténtico espíritu filosófico por la curiosidad, posturas
flotantes o truncadas que, como en el helenismo declinante, pretenden darle –en
literatura, en filosofía, en arte- valor definitivo a lo que es un balbuceo.

Resume rotundas consideraciones concretas de San Agustín. Lo que el hombre

es, lo  es por Dios y en Dios, y desentenderse de Él sería desertar de sí mismo.
El alma vivifica el cuerpo y Dios vivifica el alma. “Pues vive mi cuerpo
de mi alma –dice Agustín- y vive mi alma de Ti”.
 
En efecto, demos una mirada a nuestro ser. Nuestro tiempo es resorte de eternidad.
Nuestra libertad cooperadora de un orden que tiene raíces eternas. El pecado,
juntamente con la rebeldía, un venirse abajo lo mejor del hombre. El
remordimiento es como el muñón donde sigue doliendo el bien perdido.
El dolor, una llamada enérgica del orden, que acrisola nuestra personalidad.
Nuestra inquietud, la nostalgia del desterrado.
 Inquietud y dolor vienen a ser ingredientes de todo goce terreno, de
suerte que el “Fecisti nos, Domine ad te” (Nos hiciste Señor para Ti), es
mucho más que un suspiro devoto, es el reconocimiento ardiente de
una realidad que explica a un tiempo nuestra pesadumbre
y nuestra esperanza, capaz de conjurar todas las pesadumbres, un
respirar por la herida abierta en el ser del hombre por
 la propia Divinidad providente.

 

 
 


Lejos de ser un extraño, Dios es lo más entrañable del alma. (“El hombre en vilo”
de Corts Grau) .Solo el hombre tiene clara conciencia de que los dos puntos
 focales del hombre y de la humanidad consisten en proceder de Dios y volver a Dios,
se sitúa dentro de las coordenadas reales de su existencia y puede verdaderamente
entenderse a sí mismo y, consiguientemente, actuar en plenitud como hombre,
tanto en su propia realización cuanto en sus relaciones interpersonales
 y en su actitud hacia la naturaleza.

Me atrevo a afirmar que, cuando el hombre se cierra a todo sentido
trascendente, la materia, que le rodea y que forma parte de sí miso, tiene
suficiente fuerza para rebajar al hombre a su condición de “cosa”.

Pero Dios mismo ha entrado en la historia, se ha hecho en la Encarnación
“encontradizo”, “palpable”, compañero de camino del hombre. Desde la Encarnación
Dios permanece en la historia, presente, al lado y en el interior de los hombres, en
la comunión de la Iglesia. Dios es, para quien ha encontrado a Jesucristo –más
exacto fuera decir,: para quien se ha dejado alcanzar por Él-, no un interrogante
desconocido, sino una compañía benévola y amiga que, sin dejar de ser
misteriosa, (incluso el misterio se desvela más grande en esta gratuidad humilde
 del donarse de Dios), es plenamente humana, puesto que sostiene y acompaña la
vida como gracia, en la humanidad de la Iglesia.

Esta experiencia, para todo creyente, es determinante de toda la existencia,
porque en ella se nos da todo como gracia y se ilumina y se cumple ya aquí
de forma  incoada pero real – según la tensión del “ya, pero todavía no”- el
misterio de la  existencia,. Nos dice la Escritura: “Ya somos hijos de Dios,
pero no ha aparecido todavía lo que seremos”.