martes, 30 de julio de 2013

Santos con prospecto

 
 
Por D. Jorge Glez. Guadalix
 
Me preguntaban hace poco por la forma en que se debe rezar a san Pancracio para que te conceda lo que le pides. Por lo visto a esta persona le habían regalado una imagen de san Pancracio diciendo que era muy milagroso, pero pasaban los días y nada de nada. Yo le comenté que rezara la oración propia del santo. Pero el problema era otro. Porque había llegado a sus oídos que además de rezar era imprescindible colocar una moneda en una de sus manos y ponerle perejil. La duda era si el perejil hay que cambiarlo cada día o dejarlo como está hasta que se seque… Al final lo que me decía era que los santos deberían venderse con prospecto, como las medicinas.

No es fácil responder a algo así. Porque la devoción a los santos, reconocida y recomendada por la iglesia, demasiadas veces ha terminado en un culto medio mágico, medio supersticioso que a un servidor no le gusta nada. Tenemos santos “especializados” para empezar: San Antonio para objetos perdidos, santa Apolonia para muelas, santa Lucía para la vista, san Blas garganta, santa Bárbara abogada contra tormentas. Podemos seguir casi hasta el infinito… No me parece mal. Siempre han existido santos patronos, protectores, abogados para mil causas…
Lo malo es cuando te llega el prospecto con el manual de uso. Ya sabemos que San Pancracio precisa de moneda y perejil, aunque con la duda de si hay que cambiárselo todos los días como si fuera un canario. San Antonio, cobra, al menos eso dicen: que es avaro para los pobres y que si no ofreces algo a los pobres no funciona. No acabo de explicarme la necesidad de hacer no sé cuantas copias de la oración a San Judas Tadeo y repartirlas por siete iglesias para conseguir lo que se le pide. Por no hablar del pobre san Cucufato al que le ha tocado penar de la forma más ignominiosa y tan de moda últimamente.
La auténtica oración, al Padre, a María, a los santos, es una oración que hace sus peticiones dentro de un contexto: la santificación de Dios, la venida del Reino, conseguir el pan de cada día, pedir perdón por los pecados y suplicar poder vivir como cristianos si caer en la tentación.
Pedir cosas al Padre por intercesión de María o de los santos está dentro de la más pura tradición cristiana. Lo peligroso es añadir esa magia según la cual cada santo necesitaría una especie de manual de uso y un ritual propio sin el cual no concede la gracia pedida. Y eso es entrar ya en caminos muy próximos a la superstición.

Visita de las Reliquias de San Juan de Ávila


Queridos hermanos sacerdotes:

Recordamos desde aquí el programa de la visita de las reliquias de San Juan de Ávila el próximo mes de Agosto:

Viernes, día 09, 20h.: Recepción de las reliquias en el templo y vigilia de oración

Sábado, día 10, 12h.: Misa solemne y procesión, presididas por el Sr. Arzobispo.

*Alba y estola blanca para la concelebración
*Se habilitara un aparcamiento anexo al templo (entrada por C/ La Iglesia –perpendicular a C/ Antonio Machado, paralela interior a la carretera general. Desde la carretera general es dirección prohibida-)
*Comida a las 14´00h. (menú 15€) para los sacerdotes que quieran participar. Apuntarse antes (impresindible)en los teléfonos:

660 73 26 47 (Sacristía)
659 31 33 53 (Párroco -personal-)


lunes, 29 de julio de 2013

Retanzos de la JMJ

Oyó a Dios en la JMJ de Madrid, le balearon en Brasil: en Copacabana puso a todos de rodillas
 
Cuatro testimonios impactantes ante el Papa
 
Con puntualidad que desafiaba cualquier crítica a la organización, estando ya a las 19.30 horas locales la noche vencida sobre Río de Janeiro, comenzó el sábado la vigilia de oración de los jóvenes con el Papa. Era el penúltimo gran acto de la JMJ, y la tercera noche seguida en el que más de un millón de personas se juntaban en la playa de Copacabana, tras la acogida del jueves y el Via Crucis del viernes.

Como en ambas fechas, la escenografía volvió a ser colorida y espectacular. Decenas de jóvenes procedentes de congregaciones y comunidades franciscanas (toda la noche tuvo ese peculiar estilo) fueron construyendo durante el acto una iglesia de madera, de respetable tamaño, que desmontaron después antes de la adoración eucarística que cerró la vigilia.

A modo de hitos en esa construcción, cuatro jóvenes ofrecieron su testimonio de fe y "de amor", como proclamó el introductor de la ceremonia. También San Francisco de Asís, dijo "fue un joven que respondio a Cristo en su tiempo y construyó una iglesia para el nuevo Pentecostés".
 
Para leer más pinche aquí :
 

Cuidar de los nietos rejuvenece… pero no se debe abusar

 
(Abc) Indudablemente, el papel de los abuelos ha ido cambiado con el paso de los años. No sólo porque cada vez viven más y por lo tanto su rol en nuestra sociedad ha variado, sino por la importancia que debido a las circunstancias han ido adquiriendo en nuestras familias.
Prueba de ello son los últimos datos del INE, en el que los jubilados han pasado a encabezar las cifras de los que más tienen que destinar de su sueldo (37,8%) a vivienda, agua, electricidad y combustibles. Esto puede estar debido a que los abuelos se convierten en el sustentador principal de las familias españolas. Es decir, ayudan a sus hijos, nietos. España cuenta actualmente con más de 10 millones de personas mayores.
Los abuelos son fundamentales en situaciones como las actuales, pero han pasado de ser un mero apoyo familiar —algo que por otra parte es bueno para que los mayores socialicen— a recuperar las “jornadas laborales” ocupados en el cuidado de los nietos. Es normal que participen de la dinámica familiar, pero de un modo voluntario. La última encuesta europea SHARE (Survey of Health, Ageing and Retirement in Europe) asegura también que España más de un tercio de las abuelas y más de una cuarta parte de los abuelos cuidan a sus nietos al menos una vez a la semana.
Es evidente que aunque uno se jubile se puede tener mucha vida por delante. Prueba de ello es que afortunadamente cada vez se reconoce más el importantísimo papel que están cumpliendo en nuestra sociedad desde todos los puntos de vista. Sin duda, merece la pena celebrar un día como el de hoy y aprovechar para homenajearles.
Para la Dra. Yolanda Zuriarraín Reyna, Médico de Familia de la fundación Vianorte-Laguna, “esta situación, reforzada por la llegada del verano y por la crisis actual, sirve también para fortalecer las relaciones intergeneracionales. Cuidar de los niños mejora el estado de ánimo de las personas mayores, su estimulación cognitiva, su actividad física, la capacidad de aprender cosas nuevas. Pero el cuidado de los nietos no debe en ningún caso sobrecargar a los mayores. Los últimos estudios del IMSERSO certifican que para el 90%, estar con sus nietos es positivo, pero también se sabe que las abuelas dedican una media de más de 6 horas diarias a cuidar de los nietos, y por ello, antes de dejar a los nietos al cuidado de los mayores, se debe tener en cuenta el deseo del mayor, y sus capacidades físicas para poder cuidar del niño”.
Pero, por desgracia, hay muchos abuelos que por motivos de salud necesitan más cuidados. La financiación de la Ley de dependencia que no acaba de llegar, y la falta de recursos para que puedan ir a entidades privadas, hace que sólo en la familia sea donde los abuelos reciben los cuidados necesarios.
Tal y como dice Ignacio Socías, Director General de The Family Watch, “la familia es la única que puede y desempeña esta tarea en condiciones normales. La familia ha jugado y juega un papel predominante en España como principal red de protección para cubrir las necesidades de las personas en situación de dependencia. Por lo que es fundamental su fortalecimiento y toda la ayuda posible”.

Última Hora

 
Aunque la Misa de San Felix estaba anunciada para las 12:30 se adelanta para las 12:00 horas

Aviso sobre la Festividad de San Felix


El próximo día 2 de Agosto 
 Misa Solemne en Honor de San Felix de Gerona ,Mártir
Patrono Titular de la Parroquia y pueblo de Lugones
Tras la Eucaristía se  organizará la Procesión 


domingo, 28 de julio de 2013

El Papa anima a los jóvenes: sed cristianos auténticos y protagonistas de la historia


(Diogo Ximenes/InfoCatólica) «Chicos y chicas, por favor, no se metan en la cola de la historia, sean protagonistas, jueguen para adelante, pateen para adelante, y construyan un mundo mejor, un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor, de paz, de fraternidad, de solidaridad. ¡Jueguen siempre para adelante!», propuso en su penúltimo día en Brasil.
Partiendo de la Parábola del Sembrador - contenida en los Evangelios sinópticos - Francisco interpeló durante todo el discurso de una Vigilia de Oración a la multitud de jóvenes que seguía con atención sus palabras y le respondía con espontáneos gritos a coro y silencios profundos.
«Con honestidad podemos preguntarnos ¿qué clase de terreno somos para Dios y qué clase de terreno queremos ser?», «¿yo soy un jóven atontado?», «¿somos de aquellos que acogen a Jesus con entusiasmo pero son inconstantes ante las dificultades, no tenemos el valor de ir a contra corriente?», «¿tengo valor o soy cobarde?».
«¿Soy terreno espinoso? ¿tengo en mi corazón la costumbre de jugar a ‘dos puntas’, y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo, de acoger la semilla y a la vez regar los espinos que crecen en mi corazón?», «¿yo rezo?, ¿yo hablo con Jesus o le tengo miedo al silencio? ¿Le preguntan a Jesus: qué quieres de mi vida?».
«Yo sé - dijo- que ustedes quieren ser buena tierra, cristianos en serio, no cristianos de medio tiempo, no cristianos almidonados… que en el fondo no hacen nada, no cristianos de fachada… sino cristianos auténticos, sé que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad sin consistencia, que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento».
Y continuó: «Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas, que den pleno sentido. ¿Es así o me equivoco?» Como respuesta obtuvo un rotundo «sí» de los peregrinos acampados a lo largo de casi cuatro kilómetros en el paseo marítimo de Copacabana.
Minutos después, recordando el ejemplo del joven San Francisco llamado por Dios a reconstruir la Iglesia, les preguntó «¿Quieren construir la Iglesia?» obteniendo - de nuevo - un fuerte «si». «¿Se animan?», insistió, recibiendo de nuevo la mismas respuesta. «¿Y mañana, no se les va a olvidar este sí que dieron?», los desafió y tuvo el «no» que buscaba.
«¡Así me gusta!», replicó.
Francisco les confió que se encuentra enterado de lo que pasa en el mundo y que sabe que muchos jóvenes han salido a las calles en diversas partes del mundo a manifestarse exigiendo cambios, «ustedes - dijo - deben ser protagonistas del cambio; por favor, no dejen que otros sean los protagonistas, por ustedes entra el futuro en el mundo».
Les intimó a superar la apatía reinante para dar «una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van dando en el mundo», a no observar los acontecimientos sin participar en ellos porque - subrayó - Jesus no se omitió en la vida, se «metió» con intensidad en ella. «Como Jesús, ¡métanse a la vida!»
«Sin embargo, queda una pregunta: ¿Por dónde empezamos?», inquirió.
En respuesta les ofreció un hecho que aconteció con la Madre Teresa de Calcuta. Explicó que alguna vez le preguntaron qué era lo que había que cambiar en la Iglesia para empezar y ella respondió: «Primero, a ti y a mí». Y les pidió que en silencio reflexionaran por donde dentro de sí habría que empezar.
Para Francisco esta mudanza personal y social debe tener su base en la oración, los sacramentos y el efectivo servicio a los demás. Triada que les hizo repetir dos veces en voz alta.
Y con voz suave y paternal les dijo: «si cometen un error en la vida, si dan un resbalón, si hacen algo que está mal, no tengan miedo, digan: «Jesus, ¿mira lo que hice? ¿Qué tengo que hacer para corregirlo? Pero siempre hablen con Jesus, cuando hacen cosas buenas y cuando hacen cosas malas. ¡No le tengan miedo!»
«Queridos amigos - finalizó - no se olviden: ustedes son el campo de la fe, ustedes son atletas de Cristo, ustedes son constructores de una Iglesia más bella y de un mundo mejor!» El discurso fue seguido por una hora de Adoración al Santísimo Sacramento, dirigida por el Pontífice.

ESTA HORA


Sí quiere leer el semanario diocesano pinche aquí:

http://www.iglesiadeasturias.org/publicaciones/esta_hora/estahora2013/2013-07-25.pdf

Carta del Sr. Arzobispo

 
Brasil: Río de juventud y esperanza cristianas

No han cambiado su fecha ni su lugar para la JMJ de Río de Janeiro. Sólo un cambio de Papa: no será Benedicto XVI sino Francisco. El gran protagonista: el Señor, y la juventud particularmente querida por Él. A su lado, como un padre, está el Sucesor de Pedro que acude a esa cita para confirmar la fe en los hermanos más jóvenes. En el año de la Fe era importante este encuentro. Francisco que ejerce el ministerio petrino y Benedicto en este momento emérito, están presentes cada uno a su manera. El primero acudiendo a Río y el segundo orando desde Roma por el encuentro. Serán de Francisco las catequesis, de Benedicto XVI el mensaje previo como preparación estos meses atrás.
      El tema de esta JMJ es realmente hermoso por su grande calado misionero: “Id y haced discípulos a todos los pueblos”. Así concluye el evangelio de San Mateo. En el mensaje para esta JMJ se dice: «la célebre estatua del Cristo Redentor, que domina aquella hermosa ciudad brasileña, será su símbolo elocuente. Sus brazos abiertos son el signo de la acogida que el Señor regala a cuantos acuden a él, y su corazón representa el inmenso amor que tiene por cada uno de vosotros. ¡Dejaos atraer por él! ¡Vivid esta experiencia del encuentro con Cristo, junto a tantos otros jóvenes que se reunirán en Río para el próximo encuentro mundial! Dejaos amar por él y seréis los testigos que el mundo tanto necesita».
      Nuestros jóvenes son un regalo para la Iglesia y para la sociedad. Y cuando han hecho la experiencia del encuentro con Cristo, cuando han escuchado en los labios del Señor su propio nombre que les llama como hace un amigo, cuando les confía un encargo que se convierte en envío, cuando les susurra una palabra como secreto bendito, entonces el cristianismo vuelve a llenar de vida las calles de la ciudad y de esperanza nuestros laberintos.
      No queremos evadirnos jovialmente con la JMJ al margen de las cosas que siguen retando nuestra esperanza y nuestra fe. Estamos en medio de un mundo que vive y entiende las cosas de modo bien distinto. Lo estamos viendo al hilo de las crisis varias de índole económica y política, en las que subyace propiamente una crisis más honda que es moral, una crisis del sentido y significado. Cuando se oscurece el horizonte y parece que difícilmente encontraremos salida, entonces los cristianos hemos de afirmar con humilde fortaleza que queremos vivir no con criterios mundanos, sino con los que aprendemos mirando al Señor, escuchando su Palabra y acogiendo sus signos y milagros, junto a los mejores hijos de la Iglesia que han sido siempre los santos.
      Y esta visión es la que proviene de la fe viendo las cosas como las contemplan los ojos de Dios y no como las maquinan y pervierten nuestros intereses y nuestras trampas. Una fe que nos deja asomarnos a nuestro mundo con todo lo que tiene de herida y de esperanza, de tragedia y de maravilla, de gracia y de pecado, testimoniando un modo nuevo de estar aquí en medio de la sociedad junto a tantos otros. Lo afirma con fuerza la primera encíclica del Papa Francisco: «La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro» (Lumen Fidei, 4).
      Con todo nuestro afecto, con nuestra oración fiel, acompañemos al Papa Francisco y a los jóvenes cristianos en esta JMJ en el año de la Fe, y que de allí salga una nueva generación que forme familias cristianas y que siga a Cristo en el sacerdocio o en la vida consagrada. El domingo pasado el Papa Francisco ha invitado a vivir Río de Janeiro escuchando las preguntas que nos anidan en el corazón. Y amándolas ver que sólo en Cristo se halla su respuesta. Esto nos hace misioneros de una verdad, una bondad y una belleza más grandes que nosotros y que coinciden con el Señor. Esto es lo que anunciamos yendo hasta el confín del mundo para hacer discípulos a todos los pueblos. 

         + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
         Arzobispo de Oviedo

Ante la tragedia de Santiago. Claro que la Iglesia estuvo allí. Aunque lo hayan querido ocultar

 

(De la Cigoña) La víspera de la festividad del Apóstol, con Santiago en fiestas, una tragedia ferroviaria, sin parangón en los últimos cuarenta años, llenó de consternación a la ciudad apostólica y a España. Un número elevadísimo de víctimas, entre muertos y heridos, algunos de estos últimos de extrema gravedad, hacen que otros acontecimientos, tan importantes como la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, pasen en nuestra patria a un segundo plano. Hoy estamos con los muertos, con los heridos, con sus familias. Días habrá para que nos ocupemos de otras cosas.
Semejante catástrofe tiene un evidente impacto social. Y mil respuestas. Importantísimas personalidades, el Papa Francisco, el Presidente Obama, han hecho llegar sus condolencias. La fatal noticia ha sido acogida en todos los medios del mundo. A Santiago llegaron los Reyes de España, el presidente del Gobierno, para sumarse al dolor general. Pero mi página no quiere ser de sucesos ni de pésames, aunque por supuesto vaya a todos los que sufren el mío de todo corazón. Aquí hablamos de Iglesia y de unos hermanos que han comparecido ante Dios. Y la Iglesia es como si no hubiera existido para los medios. Comportamiento ejemplar de los vecinos de la zona del accidente, de policías, bomberos, donantes de sangre, psicólogos, personal sanitario… Y la Iglesia pareció no existir. Nadie se hizo eco de su presencia. Y como era de suponer allí estuvo. Aunque en el mundo secularizado de hoy eso no fuera noticia. Por fin un periódico se hizo eco de que un sacerdote, Ricardo Vázquez, director espiritual del Seminario, se multiplicó con heridos y familiares en presencia agotadora. Y estoy seguro de que con él hubo bastantes más sacerdotes llevando los auxilios de la religión a quienes los necesitaban.
Y una vez más la conveniencia de la identificación. Porque no es lo mismo una persona con clergyman que otro que lo primero que tiene que acreditar es que se trata de un ministro de Jesucristo. Los policías iban de uniforme. Y los bomberos. Y los sanitarios. Triste sería que los sacerdotes parecieran unos vecinos más, como los que llevaban una manta para cubrir los cadáveres o los que ayudaban a sacar a los heridos de aquel infierno. Flaco favor a las víctimas, que alguna podría recabar un sacerdote, y a la misma Iglesia. Ya que si iban camuflados nadie se enteraba de su presencia.
Al día siguiente, en la misa del Apóstol, hubo como no podía ser menos, evocación de la tragedia y sufragio por los muertos. Pero el arzobispo de Santiago, Don Julián Barrio, no estuvo en mi opinión afortunado. Claro que eran momentos trágicos y muy difíciles en los que no cabía aumentar el dolor de los afectados. No era seguramente el día de la homilía sobre los Novísimos. Pero tampoco de pasarse por el otro extremo. Oraciones, consuelos y por supuesto una puerta abierta a la esperanza que Dios es Padre misericordioso. Y los humanos no sabemos el peso de las cosas que Dios mide en sus altas balanzas de cristal.


Telegrama del Santo Padre al Arzobispo de Santiago

Excmo. Mons. Julián Barrio Barrio
Arzobispo de Santiago de Compostela

Al ser informado del grave accidente ferroviario ocurrido cerca de Santiago de Compostela, que ha provocado numerosas víctimas y cuantiosos heridos, profundamente apenado, he elevado una ferviente plegaria al Señor por todos los fallecidos y damnificados en este trágico suceso.
Con sentimientos de intenso dolor, ruego a Vuestra Excelencia que tenga la bondad de hacer llegar a cuantos han sufrido esta desgracia y a sus familiares mi cercanía espiritual, mi fraterno afecto y mi emocionada solidaridad, asegurándoles al mismo tiempo que ofrezco sufragios por los difuntos y oraciones por todos los que se encuentran maltrechos en estos momentos de aflicción, pidiendo a Dios su pronta y total recuperación.
En este día, en el que la Iglesia se encomienda a la intercesión del Apóstol Santiago, celestial patrono de España y testigo resucitado, junto a mis expresiones de aliento para todos los hijos de esas nobles tierras, imparto de corazón una particular bendición apostólica, portadora de la esperanza que viene de la fe y del consuelo que ofrece el auténtico amor.
FRANCISCO PP.


 

Evangelio Dominical


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Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,1-13):
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.”»
Y les dijo: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos.” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»
Palabra del Señor

miércoles, 24 de julio de 2013

Carta del Párroco de Lugones a los Sacerdotes del Arciprestazgo de Oviedo

                                                                      

       Parroquia de San Felix Mártir                                                                   Lugones , 23/07/2013

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             

Estimado  hermano sacerdote:

Por la presente, me es grato comunicarle que (D.m.) el próximo mes de Agosto las reliquias de San Juan de Ávila visitarán nuestra Diócesis. Como sabrás, el pasado 7 de octubre de 2012, S.S. Benedicto XVI declaraba nuevos doctores de la Iglesia a nuestro querido Apóstol de Andalucía junto con la benedictina alemana Santa Hildegarda de Bingen.

Con motivo de esta efeméride, la Diócesis de Córdoba solicitó a la Santa Sede la gracia de celebrar un año jubilar Avilista, concediendo las pertinentes indulgencias plenarias a todos los fieles que en éste año se acerquen al Santuario de Montilla o veneren sus reliquias, las cuales están peregrinando por toda nuestra geografía nacional .

Desde dicho Santuario, antaño regido por la Compañía de Jesús y hoy administrado por el clero secular desde el año 2008, se abrió la posibilidad de solicitar la visita de las reliquias durante un determinado periodo de tiempo, lo cual hice ilusionado, aún sin mucha esperanza de tener el honor de la misma.

 Concluido este período, los sacerdotes  responsables del evento se pusieron en contacto conmigo y me hicieron saber que sólo esta parroquia de Oviedo había presentado tal petición, concertando finalmente la visita según el calendario de dichos responsables para los días 9 y 10 de agosto, dónde las reliquias del Apóstol de Andalucía serán veneradas en Lugones, con el siguiente programa:

Viernes, día 09, 20h.: Recepción de las reliquias en el templo y vigilia de oración

Sábado, día 10, 12h.: Misa solemne y procesión, presididas por el Sr. Arzobispo.

Desde esta comunidad parroquial queremos invitar de todo corazón al clero secular que desee tener un día de confraternización (que tanta falta nos hace) con el referente de nuestro Patrón. Y hacer especialísimamente extensiva la misma a los hermanos jubilados, así como a los miembros de la vida consagrada y a todos los files laicos que nos quieran acompañar.

*A las 14h. tendrá lugar una comida de hermandad para los sacerdotes que quieran participar, con un precio de menú de 15€ (ES IMPRESCINDIBLE APUNTARSE ANTES)

Para confirmar la asistencia a la comida llamar preferentemente a los números: 

            660 73 26 47 (Sacristía)

            659 31 33 53 (Párroco -personal-)
Igualmente, recordar a los sacerdotes que deseen concelebrar vengan provistos de alba y estola blanca ya que será una Misa de acción de gracias por el Jubileo del Santo aunque la memoria del día sea la de San Lorenzo mártir.

Se habilitará una zona limitada de aparcamiento en el campo de la Iglesia, anexo al propio templo.

Recibe un cordial abrazo mío y de esta Comunidad Parroquial.

Joaquín, Párroco

¿Quién no tiene dudas?

 

Entrevista al Sr. Obispo de Alcalá de Henares

 
(Aleteia, 07-2013) El ministro de Justicia ha prometido en muchas ocasiones una reforma de la ley del aborto, sin embargo esta no llega. ¿Cómo valora el retraso del Gobierno en presentar la reforma de la ley? ¿Por qué?
Las presiones que está recibiendo el PP podemos imaginar que son muchas, fuera y dentro del partido. Sin embargo no podemos olvidar su promesa electoral, ni la presencia de cargos significativos del partido en todas las manifestaciones y movilizaciones que en España ha habido en los últimos años para promover la derogación de la ley del aborto. Teniendo en cuenta estos hechos, si el retraso significara vacilación o vuelta atrás, habría que entenderlo como un verdadero fraude. Lo que se debate con la derogación de la ley del aborto es apostar por la civilización del amor o quedar atrapados por la cultura de la muerte.
Una ley de supuestos, como defienden desde el PP puede ser un mal menor. ¿Es suficiente?
No. Entre la vida y la muerte no hay una situación intermedia. No se puede abolir la esclavitud permitiendo un poquito de libertad. La vida y la libertad son bienes indivisibles. El único y verdadero progreso es la derogación de la ley que permite el aborto. Nunca la muerte de inocentes puede ser considerada un mal menor. Afirmar el derecho al aborto como está en la ley actualmente en vigor es entronizar el despotismo de la libertad individual y el totalitarismo del Estado.
Muchas veces las leyes o la política están basadas en encuestas y en la opinión pública. ¿Puede estar el Derecho a la Vida a merced de lo que opinen las mayorías?
No. En la democracia no es suficiente afirmar el positivismo jurídico o la voluntad de las mayorías. Una democracia que no esté impregnada de los valores que defienden la dignidad de la vida humana o el bien social del matrimonio y de la familia, queda vaciada de contenido. Hay bienes que son anteriores al Estado, y que cualquier legislación tiene que respetar. Lo contrario es afirmar la arbitrariedad y la dictadura de las mayorías.
¿En España hay un auténtico movimiento civil contra el aborto, o más bien fuera de los católicos la sociedad lo ha aceptado pasivamente?
En España el movimiento pro vida y las asociaciones en defensa de la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, han crecido en los últimos años y forman una red tupida, que ha podido emerger en varias manifestaciones en nuestro país. En estas asociaciones, la mayor parte civiles, se pone de manifiesto todo un programa donde hay católicos y otras personas con otros credos. Es verdad que la luz de la fe y del Evangelio de Cristo son decisivas para discernir lo que está en juego en el derecho a la vida y su dignidad. La fe nos enseña que la vida humana no sólo es digna porque pertenece a alguien, sino que es sagrada porque procede de Dios. La mejor defensa de la vida humana es el mandamiento divino: “No matarás”.
En España no existe un partido político que defienda la vida. ¿Cómo pueden defenderse políticamente los católicos? ¿Mediante la abstención?
Ahora mismo en el Parlamento español no hay ningún partido político que defienda en su integridad la doctrina de la Iglesia Católica sobre bienes tan esenciales como la vida humana, el valor del matrimonio, el gran bien social de la familia, la auténtica libertad de enseñanza, la justicia social y la solidaridad para con los más empobrecidos. Estos bienes que son innegociables tienen que orientar el voto católico. No es suficiente aceptar el mal menor que nos ha traído en los últimos años tantas leyes inicuas. Los católicos deben de ser conscientes de su responsabilidad en la política y de lo que se juega en las votaciones y en la participación en las instituciones de la vida social.
Diversos colectivos defienden el aborto como un derecho a decidir ¿Es el ser padre un derecho o una elección?
Reducir el derecho a la vida a la libertad o al derecho a elegir por parte de quien es responsable de la vida humana es un sofisma. En el caso del aborto el derecho a elegir coincide con el derecho a destruir la vida del inocente. Si esto fuera así tendríamos que aceptar que la vida en sociedad es un ámbito que se construye para la destrucción de la vida humana, lo cual es un absurdo. Vivimos en sociedad para ayudarnos unos a otros, para alcanzar juntos el bien común o el desarrollo en plenitud de cada vida humana. La responsabilidad del padre y de la madre es custodiar desde el amor la vida del concebido. Toda la sociedad debe colaborar subsidiariamente para que esta responsabilidad pueda ser llevada a cabo. Las políticas que crean progreso son aquellas que favorecen la presencia de nuevos ciudadanos, la educación de los mismos en la familia y la ayuda mutua entre todos. En este sentido podemos avanzar y construir una ciudad habitable para todas las personas.

No privemos a un enfermo de la unción (con anécdota final)

 
Tengo la impresión de que es un sacramento medio en desuso. Rarísima vez me llaman para administrar la unción a un enfermo. No digamos eso de las urgencias nocturnas. Nada. Pienso que parte, sobre todo en grandes ciudades, se debe a que la gran mayoría de las defunciones se producen en centros hospitalarios y son los capellanes de hospital los que atienden a los enfermos en esos momentos. Pero también influye el rechazo de la familia para que el enfermo “no se asuste”. Seguimos con la idea de que si un enfermo grave ve a un sacerdote se llevará el susto de su vida.
Mi experiencia de años es otra. Vamos a ello.
Ante todo recordar lo que es este sacramento: “sacramento que alivia el alma y el cuerpo del cristiano gravemente enfermo” y sus efectos: “aumenta la gracia santificante; perdona los pecados veniales y aun los mortales, si el enfermo está arrepentido y no ha podido confesarse; le da fuerzas para resistir las tentaciones y soportar los sufrimientos de la enfermedad; y le concede la salud del cuerpo si le conviene”.

Privar a un enfermo de este sacramento es privarle del alivio de Dios y de su gracia para poder vivir su enfermedad con serenidad y confianza. Es privarle además de una fuerza especial para recobrar la salud. Todos los sacerdotes conocemos ejemplos de enfermos que tras recibir la unción mejoraron y hasta curaron.
No conozco un solo enfermo que ante la presencia del sacerdote no haya sentido alivio y gratitud. Incluso los que aparentemente uno hubiera supuesto más reacios, alejados de la Iglesia, indiferentes. Todo lo contrario. Es ver al sacerdote y sentir conformidad, paz de espíritu, serenidad en el dolor, aceptación de la voluntad de Dios. Incluso recuerdo un enfermo que al ver aparecer al sacerdote dijo a su familia: “menos mal, creía que nadie me lo iba a traer”.
Nos pensamos que el enfermo es tonto y no es consciente de su situación. Lo que suele darse en la familia es un disimulo mutuo con la pretensión de no hacerse daño. La familia te dice que está muy grave, pero que él no lo sabe, y el enfermo reconoce que ha llegado al final pero prefiere callar para que no sufran sus parientes. El caso es que estamos privando a una persona, al final de sus días, de los auxilios que la iglesia le ofrece en nombre de Cristo para enfrentarse al trance final. Y el caso es que lo hacemos pensando que es un bien y sustentados con esa creencia de que Dios siempre salva, aunque hay que reconocer que en ocasiones se lo ponemos difícil.
Hace poco hablaba con un sacerdote muy amigo sobre esto. Le dije: mira, si me pongo enfermo, tengo dicho que te avisen. A mí no me dejes sin la unción y los demás sacramentos, ni se te ocurra, que yo no me asustaré de nada.
Avisen al sacerdote si hay un enfermo, más si la situación es delicada. No tengan miedo, que no pasa nada. Al revés, el enfermo lo agradece, se verá confortado por el Señor, afrontará el final como buen cristiano y ustedes quedarán tranquilos de haber hecho lo que tenían que hacer.
 
ANÉCDOTA FINAL:
Pequeño pueblo de la Castilla profunda. Avisado por la familia, llega a casa el sacerdote dispuesto a administrar los sacramentos a un enfermo. Llega como se hacía hace muchos años: revestido de sobrepelliz, estola y capa pluvial, y acompañado por un monaguillo que va tocando la campanilla. Me contaba el mismo sacerdote que al llegar a la habitación del enfermo este abre un ojo, ve la escena y exclama:
- María, trae el jarro, vamos a echar la última que aquí se ha “jodío” un hombre.
Como me lo contó el sacerdote, lo cuento.
 
Jorge Glez. Guadalix

martes, 23 de julio de 2013

Los zapatos de S.S. el Papa Francisco , dónde una imagen vale más que mil palabras .

Una canción apropiada para este mes del Apostolado del mar

 

El Papa ya está en Brasil .«No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo»

 
(Aci/InfoCatólica) Desde el Palacio de Guanabara (Brasil), donde se reúne con la presidenta Dilma Rousseff, afirmó que llega para en nombre de Cristo, «alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón».
«Dios ha querido que el primer viaje internacional de mi pontificado me ofreciera la oportunidad de volver a la amada América Latina, concretamente a Brasil», afirmó el Santo Padre en su discurso leído en portugués, en el que recordó los estrechos lazos que unen a este país con la Sede Apostólica, así como los «profundos sentimientos de fe y amistad» que siempre han mantenido a esta nación «unida de una manera especial al Sucesor de Pedro».
«He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes», añadió el Papa, que durante el trayecto al palacio de Guanabara fue saludado efusivamente por la población que se volcó a las calles.
En su discurso, Francisco también agradeció la acogida de las autoridades brasileñas y su afecto a los obispos. «Con esta visita, deseo continuar con la misión pastoral propia del Obispo de Roma de confirmar a sus hermanos en la fe en Cristo, alentarlos a dar testimonio de las razones de la esperanza que brota de él, y animarles a ofrecer a todos las riquezas inagotables de su amor», afirmó.
El Santo Padre destacó que el objetivo principal es encontrarse con los cientos de miles de peregrinos que participarán en la JMJ, «atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor» donde buscan «un refugio» y «volver a escuchar su llamada clara y potente: ‘Vayan y hagan discípulos a todas las naciones’».
«Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que esa que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: ‘Vayan y hagan discípulos’; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados», afirmó.

lunes, 22 de julio de 2013

Plan Pastoral Diocesano 2013 - 2018

 
La Archidiócesis de Oviedo ha realizado un largo recorrido de trabajo pastoral orgánico por medio de los Planes Pastorales Diocesanos, que ayudaron a trabajar más unidos en el compromiso evangelizador. Esta amplia experiencia ha llevado a nuestra Iglesia que peregrina en Asturias a priorizar acciones, fomentar la comunión en el ejercicio de su tarea y definir la misión evangelizadora para los años de vigencia de cada Plan.
Finalizado el Sínodo Diocesano desde septiembre de 2006 hasta diciembre de 2011, se aprobaron veintiocho propuestas que fueron ratificadas por medio de una Exhortación Postsinodal que lleva por título “En el signo de la fe, anunciar la Buena Noticia” de fecha 4 de octubre de 2012.
Tomando como base dichas propuestas y dicha exhortación como Instrumentum laboris, se creó una comisión diocesana para la redacción del Plan Pastoral Diocesano, formada por representantes del ministerio ordenado, vida consagrada y fieles laicos, que presentaron un trabajo organizado por objetivos, líneas de acción, acciones, agentes, destinatarios y un calendario de ejecución.
Han sido intensos y, sin duda, enriquecedores, los trabajos realizados durante todo este tiempo. Ahora, aplicando las propuestas del Sínodo Diocesano, mi deseo es que las futuras programaciones pastorales se propongan dar un impulso de nueva evangelización, desde las comisiones de la Curia diocesana de la Comunión eclesial, la Transmisión de la fe, Caridad y el Servicio y la Cultura y Comunicación.
El texto que ahora se presenta y que puede leerse en estas páginas, ha sido promulgado por el Arzobispo de Oviedo como itinerario de la actividad de la diócesis hasta 2018.
 
Sí quiere leer el Plan pastoral diocesano pinche aquí:
 

Necrológica

Falleció Monseñor José Luis Blanco Álvarez

Nació en Marcenado (Siero) el 15 de junio de 1924

Realizó los estudios de filosofía y teología en el Seminario Diocesano.

Recibió la ordenación sacerdotal el 19 de junio de 1949 por manos del entonces Obispo de Oviedo Monseñor Benjamín de Arriba y Castro.

Ejerció las siguientes responsabilidades pastorales:

Ecónomo de Santa María Magdalena de Barro - Langreo (1950 - 1961)

Encargado de Nuestra Señora del Carmen de la Venta - Langreo (1950 - 1956)

Consiliario Diocesano de Jóvenes de Acción Católica (1961 - 1963)

Profesor del Seminario Mayor (1961 - 1965)

Capellán del Colegio Auseva de Hermanos Maristas - Oviedo (1961 - 1965)

Consiliario Diocesano de Graduados de Acción Católica (1963 - 1965)

Secretario Técnico del Secretariado de Fe Católica (1965 - 1969)

Colaborador del Arzobispado de Lima y de la Conferencia Episcopal Peruana (1969 - 1980)

Vicario Episcopal de Curia (1980 - 1990)

Miembro nato del Consejo Presbiteral (1980 - 1990)

Secretario del Consejo de Consultores (1984 - 1990)

Miembro del Consejo de Asuntos Económicos (1985 - 1990)

Delegado Diocesano de Ecumenismo (1989 - 2004)

Miembro nato del Consejo de Pastoral Diocesano (1989 - 1990)

En 1988 fue designado Prelado de Honor de Su Santidad

En 1990 fue nombrado Canónigo de la Catedral de Oviedo

El 24 de junio de 2004 pasó a la situación de jubilado

Falleció este día 11 de julio en la Casa Sacerdotal. 

El Sr. Obispo Auxiliar presidirá hoy su funeral en la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de San Salvador de Oviedo. A continuación sus restos mortales recibirán cristiana sepultura en el cementerio parroquial de Santa Eulalia de Vigil (Siero).

D.E.P.

“Yo os he elegido del mundo, para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto perdure” (Jn 15,16)

El misterio del hombre a la luz de la fe

 
Siempre hemos sabido que el misterio del Verbo Encarnado era la clave para dar respuesta a las grandes incógnitas del hombre, sobre todo por lo que se refiere al dolor y la muerte que tanto escandalizan y desconciertan al hombre de hoy, tan hedonista. La encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco recientemente aparecida, pone de relieve esta dimensión de la fe, sobre la que siempre es oportuno reflexionar, mucho más en este año a ella dedicado.
El dolor, aunque no nos guste es compañero inseparable de la condición humana, una realidad en nuestras vidas con la que hay que contar y contra la que nos revelamos. No aceptamos el dolor -¿por qué hemos de sufrir? ¿por qué?-. Los sabios de este mundo, por más que se hayan esforzado, no han podido encontrar respuesta adecuada a esta pregunta. La sabiduría humana nos deja profundamente insatisfechos a la hora de encontrarle algún sentido, ha tenido que venir la fe en nuestra ayuda, para decirnos que es la cruz la que nos une a Cristo. Todos los que hemos aprendido a rezar a los pies del Crucificado, lo sabemos muy bien. Habría que decir con Unamuno «De ti aprendimos, Divino Maestro de Dolor, dolores que surten esperanza»
La «teología crucis» siempre ha sabido encontrar al otro lado del dolor, su carácter salvífico. El sufrimiento de los inocentes humanamente absurdo, humanamente injusto hay que verle como prolongación de aquel primer Viernes Santo. La imagen doliente del niño abandonado, del anciano olvidado, de la mujer maltratada de todos los que sufren sin culpa nos llevan a recordar el rostro dolorido de Cristo que salva al mudo. La celebre frase de Sartre: «Sufro, luego Dios no existe» habría que cambiarla por esta otra del creyente: «tener vocación de cristiano es tener vocación de crucificado». Naturalmente no estoy hablando de un dolorismo morboso, de un sufrimiento cualquiera, sino de un sufrimiento divinizado. No de la complacencia del dolor por el dolor ya que esto no sería cristiano, sino del sufrimiento fecundado por la fe y el amor.
Cuando reparamos en la muerte nos sucede algo parecido. Nadie quiere hablar de ella ni del misterio que la envuelve. Dios mío, ¿porqué he de morir? Seguramente la muerte no es como decía Heidegger la que da el sentido a la vida, pero tampoco es ella quien se lo quita. La imagen platónica de la vida como un aprendizaje para la muerte, nos situa dentro del vértigo de un viaje en el que sin remedio todo va quedando atrás, una partida con despedidas dolorosas y desprendimientos desgarradores, hasta que por fin nos quedamos solos, porque la muerte es eso, un dramático momento de soledad en el que nadie puede acompañarnos. De ahí que la muerte haya sido el gran tema ontológico de la filosofía existencial. Encontrar un significado a la muerte es imposible para quien se coloca fuera de la perspectiva de la fe, sólo a través de ella se nos hace misteriosamente presente una nueva existencia que el cristiano celebra como el « Dies natalis»
 
 
Por experiencia sabemos que todos tenemos que morir un día, por fe sabemos además que habremos de resucitar con Cristo. Quien esto sabe, sabe ya más que lo que le hayan podido enseñar todo los humanismos filosóficos y científicos juntos. Creer en la inmortalidad ha sido el signo distintivo de la fe cristiana que nos permite encarar con optimismo y esperanza el futuro. Para los que en expresión de Rhaner aceptan la muerte como acto supremo de liberación, no habrá nunca desesperación, porque en su interna soledad brillará siempre una luz. Precisamente porque los cristianos estamos esperanzados con la muerte disponemos de la razón más poderosa para poder amar la vida.
Hemos sido testigos de como la antropología contemporánea ha sido reconducida a un callejón sin salida, donde todo se ha vuelto problematicidad. Allí donde no existe más que la inmanencia no se puede llegar muy lejos en el escudriñamiento de lo humano y esto es lo que ha pasado, la falta de horizonte de trascendencia a acabado en disolución del hombre, algo de lo que tanto se viene hablado en la posmodernidad. A través de la vivencia del propio yo insertado en su finitud, hay que saber ver al otro yo que se adentra en otra dimensión más profunda y que busca su reposo en el Absoluto. Esa zona interior de soledad es el lugar donde la voz de Dios comienza a hacerse perceptible. En algún momento de nuestra existencia todos los seres humanos hemos experimentado la presencia escondida de ese otro yo oculto que 1levamos dentro. Después de los numerosos intentos fallidos en los tiempos modernos de construir una antropología sin Dios, parece cada vez más claro que el hombre, por naturaleza, está inserto en la órbita de lo divino. «Esta esfera del ser absoluto, decía Max Scheler pertenece a la esencia del hombre tan constitutivamente como la conciencia de sí mismo y la conciencia del mundo, prescindiendo de que dicha esfera sea accesible o no a la vivencia o al conocimiento» Por eso un humanismo si quiere ser integral no puede sustraerse a la trascendencia y ha de abrirse a la luz que nos viene de lo alto.
 
 
En estos momentos de inseguridad, en que tanto las ideologías como los sistemas filosóficos, incluso la misma ciencia atraviesan profundas crisis, es necesaria la fe. El hombre no puede por más tiempo seguir siendo víctima de su propia soberbia y ha de ir comprendiendo que necesita de Dios pues como bien decía Kierkegaard «El hombre que no quiere hundirse en la miseria de la finitud no tiene otro remedio hoy día que lanzarse con todas sus fuerzas hacia la infinitud». Aunque aparezcan como desaparecidas las aspiraciones sobrenaturales , no podemos decir que están muertas, sólo están dormidas. Toda la vida de cualquier hombre está rodeada de misterio desde que nace hasta que muere y nadie puede renunciar sin dolor al mundo de lo religioso fuente de donde fluye la luz que puede ayudarnos a comprender un destino tan enigmático como el nuestro.
Ángel Gutiérrez Sanz, Catedrático de Filosofía, autor del libro Laicismo y nueva religiosidad

Oración oficial de la JMJ Brasil 2013

 
¡Oh Padre! enviaste a Tu Hijo Eterno para salvar al mundo y elegiste hombres y mujeres para que, por Él, con Él y en Él proclamaran la Buena Noticia a todas las naciones. Concede las gracias necesarias para que brille en el rostro de todos los jóvenes la alegría de ser, por la fuerza del Espíritu, los evangelizadores que la Iglesia necesita en el Tercer Milenio.
 ¡Oh Cristo! Redentor de la humanidad, Tu imagen de brazos abiertos en la cumbre del Corcovado acoge a todos los pueblos. En Tu ofrecimiento pascual, nos condujiste por medio del Espíritu Santo al encuentro filial con el Padre. Los jóvenes, que se alimentan de la Eucaristía, Te oyen en la Palabra y Te encuentran en el hermano, necesitan Tu infinita misericordia para recorrer los caminos del mundo como discípulos misioneros de la nueva evangelización.

 ¡Oh Espíritu Santo! Amor del Padre y del Hijo, con el esplendor de Tu Verdad y con el fuego de Tu amor, envía Tu Luz sobre todos los jóvenes para que, impulsados por la Jornada Mundial de la Juventud, lleven a los cuatros rincones del mundo la fe, la esperanza y la caridad, convirtiéndose en grandes constructores de la cultura de la vida y de la paz y los protagonistas de un nuevo mundo.

viernes, 19 de julio de 2013

Los 7 criterios del obispo Dominique Rey para saber si una parroquia o comunidad «funciona bien»

 
Las diócesis de Solsona y Vic invitaron al obispo de Toulon, Dominique Rey, a su congreso sobre Nueva Evangelización del 7 y 8 de enero de 2012.

Dominique Rey, desde el año 2000 pastor de una diócesis de 1,1 millones de habitantes donde apenas un 5% de la población es practicante, pero que tiene un fuerte avivamiento en vocaciones, clero y comunidades, presentó su experiencia en tres extensas presentaciones.

Una enseñanza especialmente interesante fue su lista de los 7 criterios para discernir si una parroquia, diócesis o comunidad está creciendo, "le va bien", y que no pasa necesariamente por tener los templos medianamente llenos.

Muchas diócesis españolas, por ejemplo, aún llenan sus parroquias, pero sólo con personas de edad avanzada que inexorablemente tienden a disminuir.





Los 7 criterios de la comunidad que "funciona bien":

1) El pastor tiene capacidad de delegar: cuenta con colaboradores formados y recurre a ellos... No intenta ser un hombre-orquesta que lo realiza todo en persona. Eso significa que dedica esfuerzo y recursos a formar a sus colaboradores.

2) El pastor discierne los dones de los demás y les hace dar fruto. En vez de buscar cómo rellenar tal o cual puesto, se pregunta "¿qué dones y carismas tiene mi gente?" y reorganiza la comunidad (grupo, parroquia, diócesis) de acuerdo a esos dones, es decir, de acuerdo a la gente y sus capacidades.

3) La comunidad es gozosa y se nota. El grupo mantiene el entusiasmo. Tiene capacidad de expresión alegre y huye de una estética moralizante. El gozo y la celebración van primero.

4) La comunidad cambia sus estructuras para adaptarlas al régimen de "Nueva Evangelización". El régimen de "Cristiandad" ya pasó y no tiene sentido mantener estructuras organizativas de esa época que no funcionan en la actual.

5) La comunidad cuida la belleza y dignidad de las celebraciones, sobre todo de la eucarística. La Iglesia no puede ganar al mundo en el terreno del mero espectáculo o la diversión, pero puede ofrecer sacralidad, y mucha gente está buscando sacralidad, reverencia y misterio. "Estuve en Estados Unidos estudiando las mega-iglesias protestantes, enormes locales que reunen 30.000 personas cada domingo, con grandes coros... pero hace unos años que van a la baja, porque con el tiempo sus feligreses se aburren. La gente joven hoy busca más sacralidad. Por eso, la belleza y reverencia en la Eucaristía es importantísima".

6) La comunidad se organiza en grupos pequeños, células y grupos de "iglesia en casas". "Son la clave del crecimiento", dijo. A un recién convertido no le puedes invitar directamente a la Misa del domingo, donde será un número anónimo, no entenderá aún la liturgia y le aburrirá. Le has de invitar al grupo pequeño que se reúne en tu casa para rezar, empezar a recibir enseñanzas, charlar, y escuchar sus inquietudes. Alabó el sistema de células de evangelización parroquial iniciadas en la parroquia italiana de San Eustorgio, Milán, hoy extendidas por varios países. También Sentinelle del Mattino utiliza este sistema de células.

7) La comunidad irradia caridad hacia fuera y entre sus miembros. No basta con el servicio de Cáritas, anónimo. Debe ser una relación entre los miembros de la comunidad que se conocen y ayudan mutuamente, y eso se ve desde fuera. Los feligreses no van a la iglesia (o a su ropero, Cáritas o comedor social) como consumidores de servicios, sino como un miembro con lazos afectivos.
 


 Los últimos puntos y el tema de las células y grupos pequeños llevaron al obispo a un desarrollo más detallado.

»La Redemptoris Missio, en su punto 51, habla de comunidades eclesiales de base, que son lo que hoy llamamos células, que sirven para la formación y la evangelización. Son grupos domésticos pequeños que acogen al nuevo creyente y lo van formando.

»No podemos llevarlo aún a la liturgia, que no entiende, ni mucho menos pervertir el rito para hacerlo más acogedor. La respuesta son estos grupos pequeños, que también pueden ser de estudio bíblico, de acogida y acompañamiento, de oración, encaminados a un público especializado...

»El rector de la parroquia ha de velar para que estas células se integren en la parroquia y forma a sus líderes y hace que sigan tratando con alejados de la fe. Cuando la célula crece con más miembros, se divide en dos grupos, y así las células se multiplican.

»La Nueva Evangelización consiste en salir a la calle, pero también en acoger al que viene atraido por la fraternidad que irradia el grupo, como sucede a menudo en los Cursos Alpha, que atraen porque son acogedores".