miércoles, 30 de septiembre de 2015

La asignatura de Religión, "herida de muerte"



(Iglesia de Asturias)
No tenían ningún máster ni curso de reciclaje sobre comunicación de crisis, pero lo cierto es que, en un momento determinado, los portavoces de la Plataforma asturiana Religión en la Escuela, decidieron tomar la delantera, ponerse manos a la obra y dar a conocer una situación que reconocían especialmente grave e injusta para ellos. La situación de los profesores de Religión vive en un constante cambio, siempre para peor, desde que se traspasaran las competencias a las Comunidades Autónomas en el año 1999, pero la aplicación de la LOMCE en Asturias daba una vuelta de tuerca más, reduciendo su carga lectiva hasta en un 50%, como sucede en Bachillerato, en un 33% en Primaria y en un 20% en Secundaria, obligando a despedir a varios profesores, y enviando a media jornada a trabajadores de más de cincuenta años, con décadas de experiencia. Cuando, además, fueron conscientes de que Asturias era la cabecera de esta problemática en toda España, decidieron actuar.

La primera rueda de prensa que ofrecieron para dar a conocer su planteamiento ante los medios de comunicación, tras la aplicación de la LOMCE, consiguió un efecto inesperado. En contra de todo pronóstico, una amplia representación del panorama mediático asturiano se presentó en el local para cubrir la noticia, pudiendo ellos explicar su visión de la realidad. Aquello fue el comienzo de una serie de movimientos, entre comparecencias ante los medios, notas de prensa y entrevistas con todos los grupos políticos, que ha dado como resultado que los profesores de Religión y su compleja situación actual sea conocida por la opinión pública, y hayan tenido la visibilidad por la que tanto tiempo han esperado.
No ha sido una situación fácil, sin embargo. Ellos mismos reconocen que, pese a los esfuerzos, la decisión de la Consejería sigue adelante, ya han sido despedidos una serie de profesores y una gran cantidad de ellos han visto su nómina reducida a la mitad a partir de este mes de septiembre, de modo que “los ánimos comienzan a desinflarse, especialmente entre los profesores de Primaria, que después de décadas de trabajo se han encontrado con tantas complicaciones”, afirma Miguel González, profesor de Religión en el IES número 1 de Gijón, y uno de los portavoces de la Plataforma. El planteamiento que se hacen es que la LOMCE, una ley aparentemente “protectora” de la asignatura de Religión, al darle carácter evaluable, lleva “detrás el veneno”, dicen, y ese veneno es “la eliminación de la asignatura, porque la falta de presencia en los centros acabará con ella”. Religión en la escuela está “herida de muerte”, describen desde la Plataforma, y su objetivo, ahora, es “acabar con el profesorado”, opinan. “Tenemos el profesorado mejor preparado de España. Licenciados, reciclados, con experiencia, y toda esa gente va a tener que ir a buscarse la vida a otro sitio. Y no cabe duda, además, de que si el trabajo es precario, el trabajador será precario también”, afirma Miguel González.
A pesar de esta valoración, las entrevistas con los grupos políticos fueron muy positivas. “Todos mostraron una sensibilidad hacia la situación que está padeciendo el profesor de Religión, incluso aquellos grupos, como IU, que no están a favor de la asignatura en la escuela”, afirman desde la Plataforma. Cumpliendo el compromiso que adquirieron con los profesores, IU y PP plantearon, la semana pasada, sendas preguntas al nuevo Consejero de Educación, Genaro Alonso, sobre el profesorado de Religión, aunque “obviamente la respuesta ha sido la de siempre hasta ahora con el Gobierno del Principado”, una postura, replican los profesores, que incumple los Acuerdos Iglesia Estado, y que no respeta el derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos .

El observatorio para la asignatura de Religión en Asturias

Para la Plataforma asturiana Religión en la Escuela, en el Gobierno asturiano se ha “utilizado al profesor de Religión y se han aplicado unos criterios con él que no se aplicarían con ningún otro miembro de la Administración”. “Hay profesores –explican–, con la misma situación que nosotros: sin examen de ingreso, sin oposición, y con privilegios que nosotros no tenemos. Profesores de otras religiones, dando clase en los colegios, con menos alumnos que el de Religión y que, en comparación, cuenta con mejores criterios a la hora de confeccionar su horario, y jornada completa, mientras que el de Religión, con más alumnos, se queda a media jornada”. Son situaciones injustas que los profesores de Religión están acostumbrados a vivir día tras día, y por ello, han decidido crear un “Observatorio para la asignatura de Religión en Asturias”, donde padres, alumnos y profesores pueden denunciar abusos de los que son testigos, que después se recogerán en informes que se harán públicos. “El profesor de Religión no tiene un convenio –reconocen desde la Plataforma– con lo cual parece que no tiene derechos y por eso, todo trato vejatorio y discriminatorio no tiene defensa para nosotros”. “Son muchos los padres –afirman– que nos están llamando para decirnos que sus hijos no pueden elegir, aunque quieran, la asignatura de Religión en Bachillerato, tal y como se ha configurado el peso de las asignaturas”.
Un peso que desde la Plataforma se considera injusto, y más cuando, siendo una asignatura fundamental, se encuentra equiparada a las asignaturas de libre elección, con dos, y hasta tres veces menos horas que las específicas, bloque en el que la LOMCE la sitúa.

Rouco: «Sin recuperar el estado de comunión o gracia no se puede comulgar, es una contradicción»


(Religión en libertad)
El cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, ha concedido una entrevista al padre Santiago Martín para Magnificat TV en la que aborda la situación actual de la familia en la sociedad, principalmente con vistas a la XIV Asamblea General Ordinaria del sínodo de obispos se celebrará del 4 al 25 de octubre de 2015 y versará sobre La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo.

He aquí algunas de las ideas transmitidas por el arzobispo emérito de Madrid, extraídas del vídeo con la entrevista completa, que puede verse abajo:

-"En el momento clave de la historia en el que Dios quiere redimir al hombre y salvarlo, procede al envío del Hijo y lo hace a través de una familia. Cristo salva al hombre también a través de la familia de Nazaret".

-"Se está cuestionando el ser mismo de la familia, y es el hombre mismo lo que está siendo cuestionado. Tenemos un cuestionamiento de la familia y del hombre de una radicalidad poco conocida en la Historia".

-"Si uno no se arrepiente y no recupera el estado de comunión o el estado de gracia, no puede comulgar, es una contradicción en los términos. Pero tiene sitio en la comunidad de la Iglesia".

-[Deseo que en el sínodo] "toda la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio sea recogida con belleza, con amplitud y con hondura y se convierta en acción pastoral de la Iglesia y sirva para llevarla a la práctica y para llevarla a la vida".


1.500 participantes, en el Encuentro de la Vida Consagrada en España


(C.E.E.)
1.500 participantes se darán cita el próximo fin de semana en Madrid, los días 3 y 4 de octubre, en el Encuentro de la Vida consagrada en España, que se celebra bajo el lema "Corazones que desean algo grande".

Esta única iniciativa conjunta, que se enmarca en el Año de la Vida Consagrada 2015, está organizada por la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, CONFER, Cedis, Nuevas Formas de Vida Consagrada y Ordo Virginum, convocado por el Papa Francisco. En España, además, coincide con el Año Jubilar Teresiano.
Participantes

El arzobispo de Zaragoza y Presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada, Mons. Vicente Jiménez Zamora, presidirá los actos del sábado y domingo. También estarán presentes el cardenal Carlos Amigo, O.F.M, arzobispo emérito de Sevilla; Mons. Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española ( CEE); Mons. Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo; Mons. Francisco Cerro, obispo de Coria-Cáceres; Mons. Joaquín López de Andújar, obispo de Getafe; Mons. José María Yangüas, Obispo de Cuenca; Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba; Mons. Gregorio Martínez, obispo de Zamora; Mons. Fidel Herráez, obispo auxiliar de Madrid y José María Gil Tamayo, Secretario General de la CEE.

Destaca también la participación de 38 vicarios de la Vida Consagrada en España y 7 asistentes de la vida monástica.

Congreso y Testimonios

Este encuentro, celebrativo, formativo y festivo, consta de cuatro momentos. Los dos actos del sábado se celebrarán en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Madrid.

Por la mañana, un Congreso que comenzará a las 10 de la mañana. El saludo a los asistentes estará a cargo del arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro. Se desarrollarán tres ponencias en las que profundizarán en la espiritualidad, en la vida consagrada como camino de belleza, la misión y el servicio de los consagrados.

El profesor en el Pontificio Instituto "Teresianum" y consultor de la Congregación para las Causas de los Santos, P. François Marie Léthel, OCD, hablará sobre "La espiritualidad esponsal de la vida consagrada"; "La misión y el servicio de los consagrados, testimonio de la misericordia divina" será la conferencia expuesta por la Hª. Inmaculada Fukasawa, ACI, Superiora General Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Por último, será el P. Marko Ivan Rupnik, SJ, Director del Centro de Estudios e Investigaciones Ezio Aletti, expondrá "La vida consagrada: camino de la belleza".

Por la tarde, se celebrará un concierto-testimonio. En un clima de oración se alternarán testimonios con canciones. La oración de inicio estará a cargo de la Comunidad del Cordero. Durante varios momentos participará la Escolanía de niños de El Escorial. Será un acto de acción de gracias. La velada finalizará con una oración de la Comunidad Ecuménica de Taizé.

La 2 de TVE retransmitirá la Eucaristía en la catedral de Madrid

Mons. Vicente Jiménez Zamora presidirá la Eucaristía de acción de gracias en la Catedral de Ntra. Sra. La Real de la Almudena, El domingo, 4 de octubre. Será retransmitida por La 2 de TVE, a las 10.30 horas.

Después de la Misa y hasta el cierre de la Catedral de la Almudena se realizará una cadena de oración por la Vida Consagrada, en la capilla del Santísimo.

Durante varios días los participantes podrán peregrinar por lugares significativos de la vida consagrada en Madrid, para conocer de primera mano su labor en distintas áreas y orar juntos por las vocaciones consagradas. Se han preparado diversos itinerarios y una lista con los sitios en los que se veneran algunos mártires del siglo XX.

La Vida Consagrada en España tendrá un gesto solidario con la Vida Consagrada de Siria e Irak, como signo de comunión en estos momentos tan difíciles de presencia en aquellos países.

martes, 29 de septiembre de 2015

Misión de los sacerdotes. Por Monseñor Francisco Pérez Gonzalez


El Evangelista San Juan expresa en la imagen amable de Jesucristo Buen Pastor la misión del sacerdote. En varios pasajes del evangelio el mismo Jesús la perfila. Nos gusta esa imagen hermosa y sugerente del Buen Pastor que va delante de las ovejas o que lleva una herida sobre sus hombros o que tiene un zurrón colgado al cuello con alimentos y un cayado defensor en la mano. Todos esos signos son muy bellos y elocuentes. Nos hablan de cómo Jesús nos conoce, guía, camina, cuida, defiende, salva, busca y reúne. También se presenta como el siervo doliente con la cabeza cosida por una corona de espinas, sus manos y pies taladrados por los clavos, su costado atravesado por la lanza, todo su cuerpo lacerado por los azotes. Esta imagen no es nada idílica, pero es la más genuina y real. Ese es el Buen Pastor que “da la vida por las ovejas” muriendo en la cruz. Lo había dicho muchas veces: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos” (Jn 15,13).

Precisamente las acciones del sacerdote para evangelizar, santificar y guiar al pueblo cristiano reciben el nombre de trabajo “pastoral” porque encuentra su mejor figura y modelo en las acciones descritas del Buen Pastor. Así, los sacerdotes dedican como Jesús un gran porcentaje de su tiempo a atender a los enfermos, a los pobres, a los más necesitados. Cuidan y defienden a sus fieles de las asechanzas contra la fe, levantan y sanan a los caídos en el sacramento de la penitencia, animan en las crisis de fe a los pusilánimes, acogen a todos con un corazón misericordioso como el de Jesús. Comparten las alegrías y los triunfos y también los problemas, dolores, tristezas y derrotas de todos. Promueven las Obras de Misridordia.

Por medio de la catequesis y la predicación guían a los fieles por los senderos de la virtud y la santidad. Reparten el mejor de los alimentos que es la Eucaristía y los sacramentos, para que “tengan vida abundante” (Jn 10,10). Oran por los vivos y difuntos. En resumen: con fe y misericordia, alegría y generosidad realizan una entrega total de sí mismos. No se pertenecen, sino que son de y para la Iglesia, de la comunidad a la que sirven para su construcción. Lo expresa muy bien el himno de alabanza del prefacio de la misa Crismal: “Los sacerdotes renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención, preparan a tus hijos el banquete pascual, presiden a tu pueblo santo en el amor, lo alimentan con tu palabra y lo fortalecen con tus sacramentos”.

La grandeza y belleza del ministerio pide a los sacerdotes la santificación personal tratando de modelar su existencia en la de Cristo, conformándose a su imagen. Por eso cultivan un equilibrio entre unión con Dios y apostolado, entre la oración y la acción, entre el ser y el hacer. Esto requiere constancia, fidelidad y renovación permanente de la gracia recibida en la ordenación sacerdotal.

El pueblo cristiano, conociendo la complejidad del ministerio sacerdotal, aprecia, venera y ayuda a sus sacerdotes a cumplir bien su misión. Son sus buenos amigos, aliento y alegría en los trabajos por el evangelio y las dificultades. Una costumbre excelente de las parroquias es la celebración de los “jueves sacerdotales” en los que las comunidades rezan por sus sacerdotes. También, todos años, el cuarto domingo de Pascua está dedicado a Jesucristo Buen Pastor. Es el día de gratitud y reconocimiento de quienes, como Jesús, son pastores de los fieles. Dice San Francisco de Asís: “El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el cielo entero debería conmoverse profundamente, cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del sacerdote”.

130 asturianos a Fátima con la diócesis



(Iglesia de Asturias) 3 autobuses con 130 peregrinos, acompañados por sacerdotes diocesanos y con el sr. Arzobispo a la cabeza, realizaron, este pasado fin de semana, una peregrinación a Fátima, organizada, en esta ocasión, por el Apostolado Mundial de Fátima en Asturias y la Delegación diocesana de Peregrinaciones.

Ha sido una peregrinación muy “emotiva y profunda”, según han descrito los participantes, en la que no faltaron la procesión de las antorchas al caer la tarde con el rezo del Rosario, el Vía Crucis de los Valiños, la visita a las casas de los pastorcillos y una Eucaristía final en el Santuario, presidida por Mons. Jesús Sanz.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Palabras del Santo Padre en el encuentro de las Familias en USA


El Tribunal Superior de Justicia andaluz obliga a la Junta a ofrecer Religión en Bachillerato



(Alfa y Omega) Como las matrículas ya se han cerrado y los centros ya tienen conformados los horarios, la Junta se ve obligada ahora a abrir un plazo extraordinario de matriculación para que los alumnos que lo deseen puedan matricularse en esta asignatura.

A pesar de los perjuicios que la instrucción de la Junta ha ocasionado ya a las familias y a los centros, que se verán obligados a modificar sus planes con el curso empezado, los obispos andaluces consideran que con el auto del TSJA queda protegido el derecho de las familias a que «sus hijos sean educados en la opción religiosa y moral acorde con sus propias convicciones».

La sentencia del TSJA viene a sumarse a otros pronunciamientos judiciales a favor de la presencia de la Religión en las aulas, como los dictados en Baleares y en Asturias, donde los respectivos gobiernos autonómicos se han visto obligados a ofertar la asignatura en Bachillerato –en el caso de Baleares–, y en Primaria, ESO y Bachiller en el caso del Principado.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Evangelio del Domingo XXVI del Tiempo Ordinario


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 38-43.45.47-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:
–Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.
Jesús respondió:
–No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo.
Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Palabra del Señor

Contra el escándalo. Por Monseñor Cesar Franco



Una de las palabras más duras que encontramos en el Evangelio, pronunciadas por Jesús, se refiere al escándalo y al castigo que merecen quienes escandalizan a los pequeñuelos que creen. ¿Quiénes son estos? Se trata sin duda de la gente sencilla que seguía a Jesús, escuchaba su enseñanza y le tenía por un gran profeta. “Escándalo” significa piedra de tropiezo, impedimento que hace caer. Jesús afirma que quienes escandalizan, o impiden creer a sus pequeñuelos (cariñoso calificativo de los que le siguen) merecen que les cuelguen al cuello una piedra de molino y los echen al mar. Y a renglón seguido añade tres sentencias como advertencia a quienes pueden sentir la tentación del escándalo: «Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo», y lo mismo dice del pie y del ojo. Es obvio que semejante advertencia no hay que interpretarla literalmente, pero tampoco dulcificarla hasta el punto de reducirla a vanas palabras.

¿Por qué tanta severidad? ¿Por qué Jesús, que es la misericordia encarnada del Padre, lanza semejantes advertencias? Sencillamente por el valor que tiene la fe, y la salvación a la que conduce. Impedir que el hombre crea, confiese a Dios, y se salve es, para Jesús, un gravísimo pecado. En su novela La voluntad, Azorín reproduce un diálogo entre un padre escolapio, llamado Lasalde, y un intelectual extraño y de fe dudosa, a quien le dice: «Tengamos fe, amigo Yuste, tengamos fe… Y consideremos como un crimen muy grande el quitar la fe…, ¡que es la vida!… a una pobre mujer, a un labriego, a un niño… Ellos son felices porque creen; ellos soportan el dolor porque esperan… Yo también creo como ellos, y me considero como ellos, porque la ciencia es nada al lado de la humildad sincera». Estas palabras podrían ser un hermoso comentario a las de Jesús.

La fe es la vida. Y arrancar la fe del corazón de alguien es arrancarle la vida. De ahí que Jesús advierta del peligro del escándalo. De muchas maneras podemos escandalizar a los pequeñuelos que creen en Jesús. Podemos quitar la fe con un comportamiento indigno e inmoral, que, sobre todo si somos creyentes, pone en tela de juicio la credibilidad de nuestra fe. El Concilio Vaticano II señala entre algunas causas del ateísmo, el comportamiento de los creyentes que «velan el genuino rostro de Dios y de la religión» (GS 19). Se escandaliza cuando se impide directamente a los creyentes ejercer la libertad necesaria para practicar su culto. Se arranca la fe de cuajo cuando se presenta a Dios de manera inadecuada, falsa, distorsionada, convirtiéndolo en una personificación de nuestras propias fantasías, prejuicios o representaciones. ¡Cuánto tuvo que luchar Jesús, en su enseñanza, para mostrar el verdadero rostro de su Padre y cuántas críticas tuvo que recibir por corregir determinadas imágenes de Dios, que impedían creer a los sencillos que le seguían! Por eso salió en defensa de sus seguidores frente a quienes querían impedir que creyeran en él con todo tipo de argucias farisaicas. Y así se explica que el mensaje de Jesús, centrado sobre todo en revelar el verdadero rostro de Dios, su Padre, se considerase herético por aquellos que se daban a sí mismos el título de maestros.

Nadie está libre de pecado. Incluso del pecado de escándalo. La advertencia de Jesús nos previene y nos hace entender que la vida de un pequeñuelo, de una persona sencilla que aprecia la fe como un inestimable tesoro, quizás el único que tiene, no puede ponerse en peligro, porque, como dice Azorín, supondría arrebatarle la misma vida. Utilizando otra comparación de Cristo: sería como si un ciego pretendiera guiar a otro ciego. Los dos caerían al abismo.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Texto completo del histórico discurso del Papa en el Capitolio



Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en «la tierra de los libres y en la patria de los valientes». Me gustaría pensar que lo han hecho porque también yo soy un hijo de este gran continente, del que todos nosotros hemos recibido tanto y con el que tenemos una responsabilidad común.

Cada hijo o hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social. La de ustedes como Miembros del Congreso, por medio de la actividad legislativa, consiste en hacer que este País crezca como Nación. Ustedes son el rostro de su pueblo, sus representantes. Y están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común, pues éste es el principal desvelo de la política. La sociedad política perdura si se plantea, como vocación, satisfacer las necesidades comunes favoreciendo el crecimiento de todos sus miembros, especialmente de los que están en situación de mayor vulnerabilidad o riesgo. La actividad legislativa siempre está basada en la atención al pueblo. A eso han sido invitados, llamados, convocados por las urnas.

Se trata de una tarea que me recuerda la figura de Moisés en una doble perspectiva. Por un lado, el Patriarca y legislador del Pueblo de Israel simboliza la necesidad que tienen los pueblos de mantener la conciencia de unidad por medio de una legislación justa. Por otra parte, la figura de Moisés nos remite directamente a Dios y por lo tanto a la dignidad trascendente del ser humano. Moisés nos ofrece una buena síntesis de su labor: ustedes están invitados a proteger, por medio de la ley, la imagen y semejanza plasmada por Dios en cada rostro.

En esta perspectiva quisiera hoy no sólo dirigirme a ustedes, sino con ustedes y en ustedes a todo el pueblo de los Estados Unidos. Aquí junto con sus Representantes, quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente, para llevar el pan a su casa, para ahorrar y -poco a poco- conseguir una vida mejor para los suyos. Que no se resignan solamente a pagar sus impuestos, sino que -con su servicio silencioso- sostienen la convivencia. Que crean lazos de solidaridad por medio de iniciativas espontáneas pero también a través de organizaciones que buscan paliar el dolor de los más necesitados.

Me gustaría dialogar con tantos abuelos que atesoran la sabiduría forjada por los años e intentan de muchas maneras, especialmente a través del voluntariado, compartir sus experiencias y conocimientos. Sé que son muchos los que se jubilan pero no se retiran; siguen activos construyendo esta tierra. Me gustaría dialogar con todos esos jóvenes que luchan por sus deseos nobles y altos, que no se dejan atomizar por las ofertas fáciles, que saben enfrentar situaciones difíciles, fruto muchas veces de la inmadurez de los adultos. Con todos ustedes quisiera dialogar y me gustaría hacerlo a partir de la memoria de su pueblo.

Mi visita tiene lugar en un momento en que los hombres y mujeres de buena voluntad conmemoran el aniversario de algunos ilustres norteamericanos. Salvando los vaivenes de la historia y las ambigüedades propias de los seres humanos, con sus muchas diferencias y límites, estos hombres y mujeres apostaron, con trabajo, abnegación y hasta con su propia sangre, por forjar un futuro mejor. Con su vida plasmaron valores fundantes que viven para siempre en el alma de todo el pueblo. Un pueblo con alma puede pasar por muchas encrucijadas, tensiones y conflictos, pero logra siempre encontrar los recursos para salir adelante y hacerlo con dignidad. Estos hombres y mujeres nos aportan una hermenéutica, una manera de ver y analizar la realidad. Honrar su memoria, en medio de los conflictos, nos ayuda a recuperar, en el hoy de cada día, nuestras reservas culturales.

Me limito a mencionar cuatro de estos ciudadanos: Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton.

Estamos en el ciento cincuenta aniversario del asesinato del Presidente Abraham Lincoln, el defensor de la libertad, que ha trabajado incansablemente para que «esta Nación, por la gracia de Dios, tenga una nueva aurora de libertad». Construir un futuro de libertad exige amor al bien común y colaboración con un espíritu de subsidiaridad y solidaridad.

Todos conocemos y estamos sumamente preocupados por la inquietante situación social y política de nuestro tiempo. El mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico. Esto nos urge a estar atentos frente a cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere. Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar. Y, por otra parte, puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión: en justos y pecadores. El mundo contemporáneo con sus heridas, que sangran en tantos hermanos nuestros, nos convoca a afrontar todas las polarizaciones que pretenden dividirlo en dos bandos. Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice: No.

Nuestra respuesta, en cambio, es de esperanza y de reconciliación, de paz y de justicia. Se nos pide tener el coraje y usar nuestra inteligencia para resolver las crisis geopolíticas y económicas que abundan hoy. También en el mundo desarrollado las consecuencias de estructuras y acciones injustas aparecen con mucha evidencia. Nuestro trabajo se centra en devolver la esperanza, corregir las injusticias, mantener la fe en los compromisos, promoviendo así la recuperación de las personas y de los pueblos. Ir hacia delante juntos, en un renovado espíritu de fraternidad y solidaridad, cooperando con entusiasmo al bien común.

El reto que tenemos que afrontar hoy nos pide una renovación del espíritu de colaboración que ha producido tanto bien a lo largo de la historia de los Estados Unidos. La complejidad, la gravedad y la urgencia de tal desafío exige poner en común los recursos y los talentos que poseemos y empeñarnos en sostenernos mutuamente, respetando las diferencias y las convicciones de conciencia.

En estas tierras, las diversas comunidades religiosas han ofrecido una gran ayuda para construir y reforzar la sociedad. Es importante, hoy como en el pasado, que la voz de la fe, que es una voz de fraternidad y de amor, que busca sacar lo mejor de cada persona y de cada sociedad, pueda seguir siendo escuchada. Tal cooperación es un potente instrumento en la lucha por erradicar las nuevas formas mundiales de esclavitud, que son fruto de grandes injusticias que pueden ser superadas sólo con nuevas políticas y consensos sociales.

Apelo aquí a la historia política de los Estados Unidos, donde la democracia está radicada en la mente del Pueblo. Toda actividad política debe servir y promover el bien de la persona humana y estar fundada en el respeto de su dignidad. «Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que han sido dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos está la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad» (Declaración de Independencia, 4 julio 1776). Si es verdad que la política debe servir a la persona humana, se sigue que no puede ser esclava de la economía y de las finanzas. La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo.

En esta sede quiero recordar también la marcha que, cincuenta años atrás, Martin Luther King encabezó desde Selma a Montgomery, en la campaña por realizar el «sueño» de plenos derechos civiles y políticos para los afro-americanos. Su sueño sigue resonando en nuestros corazones. Me alegro de que Estados Unidos siga siendo para muchos la tierra de los «sueños». Sueños que movilizan a la acción, a la participación, al compromiso. Sueños que despiertan lo que de más profundo y auténtico hay en los pueblos.

En los últimos siglos, millones de personas han alcanzado esta tierra persiguiendo el sueño de poder construir su propio futuro en libertad. Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes, como muchos de ustedes que son descendientes de inmigrantes. Trágicamente, los derechos de cuantos vivieron aquí mucho antes que nosotros no siempre fueron respetados. A estos pueblos y a sus naciones, desde el corazón de la democracia norteamericana, deseo reafirmarles mi más alta estima y reconocimiento. Aquellos primeros contactos fueron bastantes convulsos y sangrientos, pero es difícil enjuiciar el pasado con los criterios del presente. Sin embargo, cuando el extranjero nos interpela, no podemos cometer los pecados y los errores del pasado. Debemos elegir la posibilidad de vivir ahora en el mundo más noble y justo posible, mientras formamos las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar nunca la espalda a los «vecinos», a todo lo que nos rodea. Construir una nación nos lleva a pensarnos siempre en relación con otros, saliendo de la lógica de enemigo para pasar a la lógica de la recíproca subsidiaridad, dando lo mejor de nosotros. Confío que lo haremos.

Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar. A lo que se suma, en este continente, las miles de personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades. ¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros hijos? No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes» (Mt 7,12).

Esta regla nos da un parámetro de acción bien preciso: tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades. El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros. La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.

Esta certeza es la que me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte. Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito. Recientemente, mis hermanos Obispos aquí, en los Estados Unidos, han renovado el llamamiento para la abolición de la pena capital. No sólo me uno con mi apoyo, sino que animo y aliento a cuantos están convencidos de que una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación.

En estos tiempos en que las cuestiones sociales son tan importantes, no puedo dejar de nombrar a la Sierva de Dios Dorothy Day, fundadora del Movimiento del trabajador católico. Su activismo social, su pasión por la justicia y la causa de los oprimidos estaban inspirados en el Evangelio, en su fe y en el ejemplo de los santos.

¡Cuánto se ha progresado, en este sentido, en tantas partes del mundo! ¡Cuánto se viene trabajando en estos primeros años del tercer milenio para sacar a las personas de la extrema pobreza! Sé que comparten mi convicción de que todavía se debe hacer mucho más y que, en momentos de crisis y de dificultad económica, no se puede perder el espíritu de solidaridad internacional. Al mismo tiempo, quiero alentarlos a recordar cuán cercanos a nosotros son hoy los prisioneros de la trampa de la pobreza. También a estas personas debemos ofrecerles esperanza. La lucha contra la pobreza y el hambre ha de ser combatida constantemente, en sus muchos frentes, especialmente en las causas que las provocan. Sé que gran parte del pueblo norteamericano hoy, como ha sucedido en el pasado, está haciéndole frente a este problema.

No es necesario repetir que parte de este gran trabajo está constituido por la creación y distribución de la riqueza. El justo uso de los recursos naturales, la aplicación de soluciones tecnológicas y la guía del espíritu emprendedor son parte indispensable de una economía que busca ser moderna pero especialmente solidaria y sustentable. «La actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común» (Laudato si', 129). Y este bien común incluye también la tierra, tema central de la Encíclica que he escrito recientemente para «entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común» (ibíd., 3). «Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos» (ibíd., 14).

En Laudato si', aliento el esfuerzo valiente y responsable para «reorientar el rumbo» (N. 61) y para evitar las más grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana. Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos -y este Congreso- están llamados a tener un papel importante. Ahora es el tiempo de acciones valientes y de estrategias para implementar una «cultura del cuidado» (ibíd., 231) y una «aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza» (ibíd., 139). La libertad humana es capaz de limitar la técnica (cf. ibíd., 112); de interpelar «nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder» (ibíd., 78); de poner la técnica al «servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral» (ibíd., 112). Sé y confío que sus excelentes instituciones académicas y de investigación pueden hacer una contribución vital en los próximos años.

Un siglo atrás, al inicio de la Gran Guerra, «masacre inútil», en palabras del Papa Benedicto XV, nace otro gran norteamericano, el monje cisterciense Thomas Merton. Él sigue siendo fuente de inspiración espiritual y guía para muchos. En su autobiografía escribió: «Aunque libre por naturaleza y a imagen de Dios, con todo, y a imagen del mundo al cual había venido, también fui prisionero de mi propia violencia y egoísmo. El mundo era trasunto del infierno, abarrotado de hombres como yo, que le amaban y también le aborrecían. Habían nacido para amarle y, sin embargo, vivían con temor y ansias desesperadas y enfrentadas». Merton fue sobre todo un hombre de oración, un pensador que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia; fue también un hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones.

En tal perspectiva de diálogo, deseo reconocer los esfuerzos que se han realizado en los últimos meses y que ayudan a superar las históricas diferencias ligadas a dolorosos episodios del pasado. Es mi deber construir puentes y ayudar lo más posible a que todos los hombres y mujeres puedan hacerlo. Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos. Esto ha requerido y requiere coraje, audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad. Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios (cf. Evangelii gaudium, 222-223).

Igualmente, ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo. Y sobre esto hemos de ponernos un interrogante: ¿por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas.

Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios.

Cuatro representantes del pueblo norteamericano.

Terminaré mi visita a su País en Filadelfia, donde participaré en el Encuentro Mundial de las Familias. He querido que en todo este Viaje Apostólico la familia fuese un tema recurrente. Cuán fundamental ha sido la familia en la construcción de este País. Y cuán digna sigue siendo de nuestro apoyo y aliento. No puedo esconder mi preocupación por la familia, que está amenazada, quizás como nunca, desde el interior y desde el exterior. Las relaciones fundamentales son puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de la familia. No puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino por sobre todo, la riqueza y la belleza de vivir en familia.

De modo particular quisiera llamar su atención sobre aquellos componentes de la familia que parecen ser los más vulnerables, es decir, los jóvenes. Muchos tienen delante un futuro lleno de innumerables posibilidades, muchos otros parecen desorientados y sin sentido, prisioneros en un laberinto de violencia, de abuso y desesperación. Sus problemas son nuestros problemas. No nos es posible eludirlos. Hay que afrontarlos juntos, hablar y buscar soluciones más allá del simple tratamiento nominal de las cuestiones. Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros, por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de formar una familia.

Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, como hizo Abraham Lincoln; cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, como intentó hacer Martin Luther King; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos, como hizo Dorothy Day en su incesante trabajo; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz, al estilo contemplativo de Merton.

Me he animado a esbozar algunas de las riquezas de su patrimonio cultural, del alma de su pueblo. Me gustaría que esta alma siga tomando forma y crezca, para que los jóvenes puedan heredar y vivir en una tierra que ha permitido a muchos soñar. Que Dios bendiga a América.

Elogio de la rutina como fuente de santidad



Complicadillo que es un servidor, empeñado en hacer las cosas al revés y de paso “suscitar” nuevas amistades, o al menos eso me dicen, que uno siempre haciendo amigos.

Es que verán, una de las cosas que más se escuchan por ahí, de manera especialísima en las cosas de la fe, que lo importante es no caer en la rutina ¿a que sí? Como si lo de hacer las cosas de manera rutinaria las privara de todo valor.

Ya les digo que servidor el caso es llevar la contraria, por eso me declaro ferviente partidario de la rutina, defensor, promotor, apologeta y amparador de la tan denostada como poco bien conocida hermana rutina. ¿Por qué este decisión? Porque en definitiva lo que da vida y lo que da vida eterna es una vida “ordenada”, “metódica”, “arreglada”, poco “emocionante” pero profunda y arraigada.

Viva la rutina en las cosas de la fe, entendiendo rutina como esos buenos hábitos de hacer las cosas bien y de forma organizada. Cuánta santidad y cuánta sabiduría en esa gente que ha aprendido a vivir su fe convirtiendo cada pequeña cosa en algo adherido a sus entrañas a través de una constancia y un orden en la existencia. Gente que tiene la costumbre de rezar cada mañana y cada noche, que tiene su hueco diario para la misa y generalmente a la misma hora, el rosario en tal momento y confesión cada equis. Personas que cada mes tienen su presupuesto siempre ampliable para los pobres, sus horas para los demás. Ese orden de vida los hace santos despacito, en silencio, sin alharacas.

No faltan los denostadores de tan altas formas de vivir en Cristo aunque parezcan infantiles, con ese viejísimo argumento de que para ir a misa por rutina mejor no ir, o que para rezar el rosario como un loro mejor no rezarlo. Yo tengo otra forma de verlo: mejor ir a misa aunque sea por rutina que prescindir de ella y mejor rezar el rosario como un loro que no rezar. Al menos hasta que aprendamos a vivir la fe con la profundidad de SantoTomás, la mística de santa Teresa de Jesús o la entrega a los pobres de la beata Teresa de Calcuta.

Por eso suelo repetir a mis feligreses que adquieran buenas costumbres, repetidas, que las cosas de la práctica de la religión y de las obras de misericordia sea algo tan asumido que lo vayamos haciendo casi sin darnos cuenta. Y poco a poco algunos lo hacen. Los ejemplos del rezo del santo rosario son de lo más curioso: algunos en el coche y con disco, otros cuando salen a su paseo diario, la señora María en su casa tranquilita a la hora de la siesta, y hasta alguno mientras pasea al perro. Oiga, pero se distraerán, y para rezar distraídos…

Pues no. Mejor rezar aunque uno se distraiga que no rezar nunca con la cosa de que no soy perfecto. No sé si hoy estoy diciendo muchas vaguedades y bobadas… pero ya saben cómo es uno.

Jorge Glez. Guadalix

Carta semanal del Sr. Arzobispo


No cansarse de estar siempre comenzando

Ayer entró oficialmente el otoño alfombrando nuestro suelo de nostalgia, mientras otras hojas no dejan de caer con el paso del tiempo en esta vida que no tiene botón de pausa. En este aire mágico tan propio de estos días del final de septiembre, se ven nuestras calles surcadas de niños y jóvenes que acuden a sus primeros días del curso escolar. Me enternece ver a los más pequeños a esas horas mañaneras cuando me cruzo con ellos. Van con los ojitos semiabiertos, el pelo rebelde sin acabar de peinar, mientras de un brazo tira su madre o su padre y ellos con el otro tratan de arrastrar su mochila o su maletina de ruedas. Parece que van de viaje y es lo que hacen en realidad: rumbo a cosas por aprender con números y letras, a paisajes vírgenes en la geografía inédita, los entresijos de las ciencias sociales, los idiomas y las lenguas, algún ejercicio físico con chándal y la religión que también se les explica en clase. Todo un mundo que poco a poco surcan como quien es viajero aventurero de tantas cosas hermosas que nadie debería manchar ni usar para luego tirar indebidamente.

También en nuestro Seminario hemos comenzado las clases y anteayer tuvimos la apertura de curso. No actualizamos sin más las cifras de los dos años que ven empezar y terminar este curso académico, 2015-2016, como en años anteriores poníamos los números que correspondían. Más bien hemos de decir que todo comienzo no es la repetición cansina de algo ya sabido que hace tiempo dejó de conmovernos. ¿Qué es lo novedoso? ¿Quizás lo que por primera vez se ve o se oye? Si así fuera, nuestro horizonte cultural de algo tan hermoso como la academia de la vida, se ceñiría al vaivén de un trasiego dictado por el último sobresalto, el último desafío, el último desconcierto... llegando casi siempre tarde donde nunca pasa nada.

No, la novedad no es simplemente lo que por primera vez se oye o se descubre, sino lo que tantas veces visto y oído, resulta ser más verdad cada día. Dicho de otra manera, lo que se presta a ser reestrenado aún en medio de lo sabido y trillado, pero que se puede volver a abrazar, volver a contemplar desde la ilusión ilusionada y no ilusa, como gustaba decir Julián Marías. Esta novedad que arrima algo más verdadero en el modo de mirar es lo que en pedimos al Espíritu Santo al comenzar el curso.

Se ajustan los calendarios escolares, se remozan los departamentos y se ponen a punto sus profesores, se acoge al alumnado nuevo con el recuerdo vivo de aquellos que despedimos hace sólo dos o tres meses. Así iremos desentrañando con la ciencia y la conciencia tantos factores que entran en danza entre las preguntas que nos anidan y lo que nos acerca las respuestas. En medio de este comienzo, pedimos con audacia creyente que el Espíritu Santo haga nueva nuestra mirada y nuestra entraña. Es ese viento que tiene la dulzura de la brisa sin devastar nuestra esperanza, esa llama que alumbra sin deslumbrar capaz de encender un fuego hermano que cálido calienta sin destruir jamás. ¡Ven Espíritu de Dios, danos el don de la sabiduría, el temple de la prudencia, la virtud de la paciencia, el acierto del buen consejo, y el gozo de la alegría!

Todo esto es aplicable no sólo a nuestros pequeños y jóvenes, a nuestros seminaristas, sino a todo comienzo que tiene en estos días su puesta a punto como quien se descubre de tantos modos en un punto de partida. Hemos de abrir los ojos y el corazón ante Dios que anda entre los pucheros de la vida: Él no aburre a nadie jamás si te dejas asombrar por quien es siempre sorprendente.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sobre la Oración

Nuevo Director de la Casa Sacerdotal Diocesana


El sacerdote diocesano D. Jesús Domingo García Valle ha sido nombrado nuevo Director de la Casa Sacerdotal, en sustitución de D. Amalio Bayón García, que ha permanecido en el cargo durante cinco años, compaginando esta responsabilidad junto con la de Vicario Judicial adjunto.

D. Jesús Domingo García Valle nació en Villaviciosa, en 1954 y fue ordenado en 1978 por manos de Monseñor Gabino Díaz Merchán. Realizó estudios de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. 

Su primer destino fue como Coadjutor de la Parroquia de San José de Gijón en septiembre de 1979.

Su segundo nombramiento fue como Ecónomo de San Pedro de Sotres , San Cristóbal de Tielve , San Martín de Bulnes y su filial San Pedro de Camarmeña en el entonces arciprestazgo del Cares.

Su tercera etapa ministerial tuvo lugar en el Oriente de Asturias como Párroco de Santa María de la Asunción de Colombres, San Roque de Pimiango, San Lorenzo de Noriega , San Juan Evangelista de Boquerizo y San Juan Bautista de Ribadedeva.

Desde 1999 ejerce su ministerio en la zona de Villaviciosa como administrador parroquial de San Andrés de Bedriñana, San Pedro de Breceña, Santa Eulalia de Carda, San Julián de Cazanes, San Vicente de Grases y San Martín del Mar. Actualmente, además, es miembro del Consejo Presbiteral. 

Desde nuestra Parroquia le deseamos lo mejor en su nueva misión 

Aborto, conciencia y políticos


Estoy convencido que la inmensa mayoría de los políticos pertenecientes a las actuales formaciones políticas con representación parlamentaria, —casi todos ellos partidarias del aborto y de su financiación por parte del Estado—, no son personas despiadadas que quieran ni busquen la muerte anual de esos 120.000 seres humanos concebidos en el vientre de sus vulnerables madres a las que la Ley abandona a su suerte.

Se trata de un fenómeno un poco más complejo y relacionado con el crucial asunto de la conciencia, palabra que proviene del latín, —cum scientia—, y que significa exactamente eso: con conocimiento. Es cierto que las decisiones y omisiones de nuestros gobernantes y parlamentarios, llevan décadas permitiendo la muerte de cientos de miles de españoles y que dicha barbarie constituye un acto objetivamente despiadado, profundamente inmoral y que ocasiona daños de letales consecuencias al bien público.

Pero hemos de aceptar que el origen de esas decisiones u omisiones, está en su des-conocimiento de una verdad avalada por los hallazgos más avanzados de las ciencias genética, embriológica, antropológica y moral. Es decir, actúan al margen de la corroboración científica de la naturaleza humana del concebido y/o sin darle la relevancia ética y jurídica que se merece a este dato.

Nuestros políticos deciden pues en conciencia, pero se trata de una conciencia errónea por no adecuar a la realidad de los hechos sus decisiones sobre el objetivo mal intrínseco que supone todo aborto. Que se trate de una conciencia errónea invencible o vencible es algo que deberían preguntarse ellos mismos, así cómo hasta qué punto las anteojeras ideológicas y partidistas obstruyen el uso de su capacidad para conocer y razonar.

Ahora bien, no puede estar la conciencia tan oscurecida por el error, ni tan cauterizada por la vesania ideológica y partidista, como para que el Estado destine 60 millones de euros a financiar el aborto y apenas un solo millón para apoyar a la madres vulnerables para que puedan evitar ser madres de un hijo muerto no obstante las dificultades y presiones familiares, laborables y afectivas que la impelen a que aborte. Y resulta surrealista e inhumano que, aún ese raquítico millón repartido por toda España, les parezca mucho al Concello de Santiago que acaba de anunciar la retirada de la escuálida subvención que venía aportando a organizaciones, como Centinelas o RedMadre, que se dedican a apoyar y ayudar a miles de madres vulnerables y abandonadas de todos a lo largo y ancho del territorio español.

Queridas madres de España, lo que la clase política haga o deje de hacer en contra de vuestra dignidad como madres con derecho a serlo de hijos vivos, lo seguiremos haciendo desde la sociedad civil. Desde esta página os pedimos perdón por el egoísmo, insensibilidad e indiferencia de tantos durante tantos años. Cada vez somos más los que estamos dispuestos a no dejaros solas y llegará el día en que nuestros políticos, las instituciones y el conjunto del Estado, recuperarán la cordura y en España no volverá ninguna madre a sentirse sola ni abandonada. Ese es nuestro objetivo y la hermosa tarea de, cada vez, un mayor número de personas informadas y de buena voluntad.

Antonio Torres, Presidente RedMadre

martes, 22 de septiembre de 2015

Juan Manuel de Prada: «Santa Teresa consiguió que hombres importantísimos trabajasen para ella»



Carmelo López-Arias / ReL 22 septiembre 2015

Hoy martes sale a la venta El castillo de diamante (Espasa), la última novela de Juan Manuel de Prada, un extraordinario acercamiento a la figura histórica de Santa Teresa de Jesús (1515-1582) a través de su enfrentamiento con Ana de Mendoza, Princesa de Éboli y duquesa de Pastrana (1540-1592), quien quiso sujetar a su voluntad las fundaciones de la santa reformadora en la localidad alcarreña.
Allí precisamente, durante un recorrido con el autor por los lugares emblemáticos de ese conflicto (el Palacio Ducal, la Colegiata, el Convento de San José), encuentro que la editorial organizó con los medios de comunicación, Prada explicó que la célebre princesa del parche en el ojo pinchó en hueso.

Rebeldía al servicio de la ortodoxia

Porque con Santa Teresa se rompen los prejuicios sobre la sumisión de la mujer al hombre en aquella época o sobre el carácter domeñable de las religiosas: "Se las considera personajes secundarios, poco lucidos, se las mira con condescendencia, como a seres pasivos, romos, grises, y eso es injusto". Y destacó en Teresa de Cepeda y Ahumana "su carácter rompedor, revoltoso, rebelde, que se concilia perfectamente con la ortodoxia" porque ese inconformismo no se refiere "a las cosas duraderas y valiosas sino a lo formulario y vacuo".

Santa Teresa, añade a ReL el escritor de Baracaldo criado en Zamora, "nos enseña a ver cosas que no podían ver los hombres de su época, como la oración mental", que en aquella época de protestantes y alumbrados estaba mal vista incluso políticamente: "Sin embargo ella logra imponer la oración mental desde la ortodoxia más plena. Ella abre los horizontes de la ortodoxia".

"Había recibido una formación que el noventa por ciento de los hombres de su época no tenían", a pesar de provenir de una clase media alta venida a menos tras la ruinda de su padre. "Pero, sobre todo", continúa Prada, fascinado con su personaje, "tenía la virtud dehacerle creer a la gente que les estaba obedeciendo cuando en realidad les estaba mandando, y parecía que se estaba amoldando a lo que la gente decía cuando en realidad se estaba amoldando a su carácter para luego llevarla donde ella quería".

Manejando situaciones y hombres

De hecho, en El castillo de diamante Santa Teresa nos deslumbra en su habilidad en el trato con el marido de la Princesa de Éboli, Ruy Gómez de Silva (1516-1573), o con el mismísimo rey Felipe II, o con los superiores de su orden, o con los dos pintorescos ermitaños napolitanos que logró atraer hasta Pastrana para unirse a su reforma del Carmelo. "O con su confesor, San Pedro de Alcántara", añade el autor, "que no es que se ponga a las órdenes de Santa Teresa, pero hace exactamente lo que Santa Teresa quiere que haga, porque, desde la admiración y devolución absoluta que profesaba a este santo, logra su apoyo en Roma, o que intervenga ante el obispo de Ávila... ¡Convierte a San Pedro en su peón! Pero lo mismo ocurre con San Francisco de Borja... Santa Teresa convierte a su causa a hombres importantísmos de su tiempo -en la Iglesia pero también en la política-, y consigue que trabajen para ella. Lo logra porque esos hombres descubren que lo que busca es algo bueno, una empresa inspirada por Dios. Pero también por su forma de ser y de cautivar con sus prendas personales".

Reforma y purificación de la vida religiosa

En la novela, un homenaje literario a la literatura española del Siglo de Oro donde el humor esperpéntico también está presente, vemos a Santa Teresa en permanente intimidad con Dios y refulge el espíritu de observancia y penitencia como clave de la reforma carmelita descalza. "Con todos los grandes reformadores religiosos este ha sido el esquema. Cada vez que la vida religiosa ha estado en crisis, la solución no ha sidoaggiornarla [ponerla al día] o tratar de complacer las nuevas tendencias que se imponen u obedecer a la inercia de los tiempos, sino un ejercicio de purificación y de retorno a los orígenes, de recuperación de los consejos evangélicos. Toda vida religiosa tiene dos velocidades: una, la que se puede exigir al hombre débil, que es cumplir con los mandatos divinos; y otra, la que se le puede exigir a todo hombre o mujer que decide seguir de una forma mucho más comprometida a Cristo, y en ese momento se impone una mayor rigor en la pobreza, un mayor rigor en la obediencia, un mayor rigor en la castidad, una recuperación de una vida religiosa mucho más exigente. Esto ha sido siempre así en la historia".

"Quizá el drama contemporáneo", añade Prada, "sea pensar que la Iglesia necesita una purificación, pero que esa purificación va a venir por su adecuamiento o aggiornamento[puesta al día] o por hacer un seguidiismo de las modas o tendencias sociales: eso conduce a la esterilidad y a la desintegración".

Tres meses de "ambiente irrespirable" en el Palacio Ducal

La visita a Pastrana con Juan Manuel de Prada como cicerone sirvió para encuadrar la figura de la otra apasionante protagonista de El castillo de diamante: la Princesa de Éboli.

En el Palacio Ducal, ahora propiedad de la Universidad de Alcalá, Santa Teresa vivió entre tres y cinco meses "en un ambiente irrespirable y con una bronca constante" con su anfitriona, señaló Prada: "Santa Teresa llevó a rajatable la purificación de la vida religiosa del Concilio de Trento, y eso no lo entendió la Princesa de Éboli, vinculada a una concepción feudal en virtud de la cual ella se convertiría en dueña y señora de los conventos que apadrinase". Pero "Santa Teresa imponía sus condiciones y no admitía que los benefactores influyeran en la vida del convento".

Que fue toda la raíz de su animadversión, aunque en la novela el autor, que considera a Ana de Mendoza "sinceramente religiosa", presenta a la duquesa como un "alma gemela" de la santa pero insuperablemente envidiosa de los dones sobrenaturales que ella recibía. Es en la narración de esos momentos donde El castillo de diamante, que refleja fielmente la espiritualidad teresiana, alcanza momentos portentosos de penetración psicológica en el alma de ambas mujeres.

La de Santa Teresa, sostiene Prada, estaba moldeada por sus juveniles lecturas de novelas, y así "su capacidad para enfrentarse con los adversarios y los obstáculos en lucha constante y esforzada tiene algo de los ideales de la cabellería, de hacer lo imposible: ella es una caballera andante, pero a lo divino".

Por su parte, la princesa de Éboli sublimó su insatisfacción religiosa entregándose a la política, para su propia perdición. El autor de El castillo de diamante tuvo ocasión de explicar, en la misma habitación donde Ana de Mendoza vivió recluida sus últimos años, las intrigas en las que se enredó, a la muerte de su marido, con el secretario del Rey y luego traidor Antonio Pérez: "Santa Teresa y la Princesa de Éboli coinciden en no conformarse con lo establecido, ambas se rebelan contra el papel que se les asigna, pero eso a una la lleva al perfeccionamiento anterior y a la otra a la destrucción".

Por las calles y monumentos de Pastrana

Es así como la villa ducal de Pastrana afronta el quinto centenario de Santa Teresa conlos dos grandes personajes de su historia unidos gracias al afán literario de Juan Manuel de Prada.

Juan Manuel de Prada no oculta su fascinación por el personaje de Ana de Mendoza, de cuyas relaciones con Santa Teresa ofrece un retrato en ocasiones entrañable, en ocasiones despiadado.

El alcalde Ignacio Ranera agradeció a Prada ese protagonismo, recordando que su localidad es la única en la que Santa Teresa fundó un convento masculino y otro femenino, aunque éste fuera un "fracaso" y la santa personalmente dirigiese la operación nocturna de evacuación, dejando sola allí a Doña Ana (quien a la muerte de su marido había querido ingresar en él, arruinando la vida de las religiosas con sus pretensiones y mangoneos).

Posteriormente el párroco de la colegiata, Emilio Esteban, mostró a los medios de comunicación el lugar donde está enterrada la Princesa de Éboli, en la cripta del templo. El cual llegó a tener 48 canónigos como expresión del poder que los duques de Pastrana querían otorgar a sus territorios.

Por último, ante el Convento de San José escenario del durísimo conflicto, que fue entregado poco después a las Concepcionistas Franciscanas y donde ingresó como religiosa la hija menor de la Princesa de Éboli cuando ella murió, Prada explicó que no ha tratado de hacer una novela histórica: "Lo que me interesaba era la creación del personaje de Santa Teresa y novelar un episodio que nunca lo había sido". Y donde (como sugiere el título, evocador del "castillo interior" que ella misma describe al hablar del alma y sus moradas) lo que queda también novelado, pero con absoluta precisión en el conocimiento por Prada de los vericuetos literarios de esa fortaleza, es el alma de Teresa, fundida de amor el día de la Transverberación, uno de los pasajes cumbre de la novela por su tumbativo impacto... y no sólo en la santa.

El castillo de diamante se presenta en Madrid este miércoles 23 de septiembre, a las 19.30 horas, en el Instituto Cervantes (Barquillo, 4), en un acto en el que participarán Gonzalo Santonja, Enrique Álvarez y Fernando García de Cortázar.

"No queremos celebrar las fiestas de San Mateo prescindiendo de San Mateo"



Ante una Catedral abarrotada, el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, presidió la Eucaristía de San Mateo en la Catedral de Oviedo este lunes, 21 de septiembre. San Mateo marca el final de las fiestas de la ciudad, así como el final de los días de la Perdonanza, o Jubileo de la Santa Cruz, que comienza una semana antes, el 14, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

En su homilía, el Arzobispo de Oviedo recordó que "La cita en la Catedral supone un broche que incluye el sentido último de estos días al celebrar como cristianos la dimensión religiosa que también se incluye en el significado de unas fechas especiales. No queremos celebrar las fiestas de San Mateo prescindiendo de San Mateo. Al menos en la comunidad cristiana nunca lo haremos. Y quien quiera sumarse a esta razón que es la que hace razonable el festejo, tendrá siempre las puertas abiertas para hacerlo: o por la fe que anida en su corazón o por la educación que responde a una antigua invitación con respeto". Además, al saludar a las autoridades municipales que acudieron a la Eucaristía, expresó que "La ciudadanía como tal no es confesional, pero los ciudadanos pueden tener fe, de hecho la tienen de distinta manera en una inmensamayoría. Ustedes representan también aquí en la Catedral a esos ciudadanos que les han otorgado su confianza. Yo aquí expreso mi reconocimiento por su gesto libre y responsable. Y pido al Señor por la intercesión de San Mateo que la gestión pública que a un Ayuntamiento le corresponde pueda ser llevada adelante en justicia, en paz, sin exclusiones ni atropellos, mirando el bien común de la ciudad: desde la limpieza de sus calles hasta los servicios públicos bien gestionados sin caer en demagogias populistas que imponen ideologías".

Mons. Jesús Sanz quiso recordar, en su homilía, a los cristianos perseguidos, a todas las personas sin hogar y que han tenido que huir de la guerra en busca de un destino incierto, así como, más cerca de casa, recordó que Mateo era "recaudador de impuestos", y compartía la misma profesión que algunas personas que hoy se encuentran sin trabajo.

Finalmente, quiso hacer una mención especial al Centro Español de Sindonología "historiadores, bioquímicos, médicos forenses, letrados y biblistas que con rigor histórico, forense, jurídico y bíblico están llevando a cabo desde hace más de 25 años un estudio serio sobre el lienzo del Santo Sudario que aquí custodiamos", dijo, y refiriéndose al reciente congreso sobre las reliquias celebrado en Oviedo afirmó que "ellos darán una respuesta".

lunes, 21 de septiembre de 2015

"El fenómeno de los refugiados no es nuevo", entrevista a María Francisca Sánchez Vara



(Iglesia de Asturias) La directora de la sección de Infancia y Juventud en Riesgo de la Conferencia Episcopal impartió uno de los cursos de la Semana diocesana de Formación, que finalizó el pasado día 11 de septiembre. En esta entrevista, describe cuál es la labor que se lleva a cabo en su departamento, así como algunas de las iniciativas que se llevan a cabo en diócesis españolas con niños y jóvenes que pasan mucho tiempo en la calle.

¿Cuál es el objeto de la sección que dirige en Conferencia Episcopal?

La sección de Infancia y Juventud en riesgo se creó en marzo de 2013. Está integrada en la Comisión de Inmigrantes porque en el formato de los Pontificios Consejos la Pastoral de los Niños de la Calle está dentro de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes, pues no deja de ser movilidad humana, al igual que Pastoral Gitana, Circos, etc. Ciertamente, el fenómeno de los niños de la calle no se da como tal en España, como sí sucede en África o Latinoamérica, pero sí que se da el fenómeno de niños que pasan mucho tiempo en la calle y por eso se decidió crear una sección que trabajase este tema.

¿Qué tipo de acciones se llevan a cabo? 

La estructura de trabajo es similar a otros departamentos. El objetivo más inmediato es conocer la realidad de cada diócesis, a traves de referentes diocesanos. La Conferencia Episcopal en este sentido no tiene ninguna autoridad ejecutiva, sino que son las diócesis, pero nosotros tenemos una labor de coordinar y motivar. Se trata de crear una red de referentes, conocer entidades de Iglesia que están trabajando con infancia y adolescencia en riesgo en barrios marginales y en contextos de exclusión. Además, tenemos una labor de formación, y por ello hemos creado un ciclo de formación para agentes de pastoral, pues creemos que es importante que haya gente preparada a nivel pastoral para trabajar con la infancia. Cáritas está haciendo una labor enorme en este sentido, pero desde la CEE también entendemos que es necesario realizar una labor pastoral con esa infancia y adolescencia que vaga sin rumbo. Además de formar, también debemos sensibilizar y divulgar la situación, dar a conocer iniciativas, apoyar otras, etc. 

¿Cuáles consideráis que son las principales necesidades de la infancia en España? 

En España podemos decir que los niños no pasan hambre, pero sí es cierto que no tienen una nutrición adecuada. Muchas veces no porque no haya dinero, sino porque los padres no saben dar de comer a los hijos. Recuerdo una visita que hice a Sevilla, en una parroquia de un barrio marginal, donde habían preparado un comedor para niños, y les habían tenido que enseñar a comer con cuchara, porque sus madres les daban bollos, bocadillos etc. Además, hay familias en las que están presentes las adicciones, las drogas, el alcohol, barrios donde las familias están totalmente desestructuradas, familias monoparentales donde el padre ha abanonado a la familia, etc. Esas son situaciones recurrentes. Por otro lado, ciertamente la necesidad material existe: hay niños que viven en infraviviendas y lugares que no son dignos.

Frente a estas situaciones, ¿qué tipo de actividades se llevan a cabo a nivel de las diócesis? 

Normalmente en las diócesis hay iniciativas muy buenas de comunidades religiosas y parroquias. Puedo poner un ejemplo que conozco a fondo, en Huelva. Se llama Proyecto Laetare, y surge de dos voluntarias que están en la Delegación de migraciones. Son profesoras de Religión, y se dieron cuenta de que en su clases había niños que estaban muy solos y que pasaban mucho tiempo en la calle. Surge una iniciativa de crear un lugar, un espacio donde los niños se sientan que son, que están, que se les quiere, que forman parte de algo. Se les ayuda con sus tareas escolares, tienen espacios de recreo, de educarles en valores, que se sientan importantes, que tengan autoestima. Hay muchos niños muy maltratados, la violencia de género está muy presente en muchas familias desfavorecidas y todo eso en el niño genera una serie de carencias. Está claro que ir todos los días dos horas a un centro de día no te va a solucionar el problema porque luego tienes que volver a casa, pero por lo menos tienen un lugar. Yo lo he visto y están felices. 

Estos días vivimos alarmados por la situación de cientos de miles de refugiados llegando a Europa.
Hay muchos contextos y situaciones en países que provocan que la gente tenga que huir. Ahora tenemos el fenómeno de Siria, que es alarmante, pero este fenómeno de la huida lleva produciéndose hace años en países africanos, con gente que está huyendo de conflictos, muchos niños solos porque han matado a sus padres y que son vendidos, secuestrados... Son niños que se ponen en camino, en una huida también, y en ese camino están siendo víctimas de la trata de personas para la explotación sexual con mucha frecuencia. El tema de los refugiados es muy complejo porque hay mucha variedad, pero no es nuevo, y es importante tenerlo en cuenta.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Inicio del ministerio pastoral del Nuevo Párroco de la Magdalena , San Agustín y la Carriona de Avilés


Nacido en la Milagrosa - Lugo (Galicia)
Cursó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario de Oviedo
Tras realizar el diaconado en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Villalegre fue ordenado sacerdote en la Catedral de Oviedo en 1999 por manos de Monseñor Gabino Diaz Merchán.

Sus cargos pastorales han sido:

Párroco in solidum  de San Salvador de Grandas de Salime, Santa María de Berducedo, San José de Brañavieja, Santa María de Lago, Santa María de Laviarón, Santa Maria Magdalena de Mesa, Santa Maria Magdalena de Peñafuente, Santiago de Pesoz, San Martin de Oscos, Santo Emiliano, Santa María de Trabada, San Martin de Valledor, San Salvador de Valledor, Santa María de Villarpedre y San Juan de Vitos. (1999-2002)

Miembro de la comisión de asuntos económicos en representación del Arciprestazgo el Eo (2000-2002)

Vicario Parroquial de San Miguel Arcángel de Pumarín - Gijón (2002 -2004)

Miembro del Consejo de Asuntos Económicos del Arzobispado de Oviedo (2002-2004)

Miembro del consejo presbiteral (2007-2010)

 Párroco de San Miguel de La Plaza, San Salvador de Alesga, Santa Marina de Barrio, San Miguel de Campiello, Santa María de Carrea, Santa María de Focella, San Justo de Páramo, San Juan de Prado, Santo Tomás de Riello, San Juan de Santianes, Santo Emiliano de Taja, Santa Eulalia de Torce, Santa María Magdalena de Urria, San Pedro de Villamayor y Santa María de Villanueva  (2004-2009)

Delegado de la zona arciprestal de Oviedo nordeste (2012-2013)

Profesor de religión en diferentes centros docentes de Asturias (hasta el presente año)

Párroco de San Juan Bautista de la Corredoria (2009-2015)

Misa de Toma de Posesión
Domingo 20 de septiembre a las 11:30 
Iglesia Parroquial de San Agustín  - Avilés 

Evangelio del Domingo XXV del Tiempo Ordinario



Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:
–El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
–¿De qué discutíais por el camino?
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
–Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
–El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Palabra del Señor

viernes, 18 de septiembre de 2015

Homilía del día 17/09/15 Jubileo de la Santa Cruz . Catedral de Oviedo. Rvdo. D. Joaquin Manuel Serrano Vila




Queridos hermanos sacerdotes, feligreses y amigos que hoy nos acompañáis:

Con mucho agrado acepté la invitación del Excelentísimo Cabildo Catedral (ya por segunda vez en el tiempo) para presidir y predicar este día de la Novena del Jubileo de la Cruz, en el que ocho parroquias del Arciprestazgo: San Tirso El Real, Sagrada Familia, Santo Domingo, Santo Cristo de Las Cadenas, San Pelayo de Olloniego, Santa Eulalia de Manzaneda, San Pedro de Naves, San Julián de Tudela Veguín, Santiago de Tudela Agüeria y la mía propia de San Félix de Lugones, estamos convocados como peregrinos a esta Iglesia Madre de la Diócesis, relicario vivo de nuestra fe.

Para cualquier sacerdote siempre es un privilegio inmerecido poder celebrar este memorial de la pasión y muerte de Nuestro Señor, que es la Eucaristía, en esta “Sancta Ovetensis”, cuya historia, arte y culto, no sólo nos hablan de espinas y de dolor en el camino hacia el Leño martirial, sinó también de un Sudario que cubrió el rostro del único muerto que ha vuelto a la vida. Y digo bien, pues aunque las mismas Escrituras nos hablen de “la hija de Jairo”, de “la resurrección de Lázaro” o del hijo de “la viuda de Naín”, debemos distinguir aquí lo que es revivir cual plus de ampliación en la existencia terrenal para volver de nuevo en la fosa, con “resucitar de entre los muertos”.

La muerte del Redentor en la Cruz supuso la victoria sobre el pecado y sobre la finitud. Así lo proclama la liturgia en el Prefacio III de la Pascua al recordarnos que “inmolado ya no vuelve a morir/ Sacrificado vive para siempre”. En la crucifixión de Cristo quedan crucificados nuestros pecados, y adheridos a Él por la fe, viviremos “cristificados” y llamados a su misma resurrección. No a una simple prolongación de la vida imperfecta conocida, sino a su misma Gloria en una vida sobredimensional, sobrenatural y eterna.

Es indudable que la fe de las personas está unida inseparablemente también a su historia y cultura; y si para los asturianos Pelayo es el héroe por antonomasia que nos ha liberado del intento de invasión islámica, preservando nuestra fe, para los judíos el gran héroe fue Moisés por haber sido el elegido por Dios para liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. El Evangelio de hoy es un paralelismo evidente entre el Antiguo y el Nuevo testamento. Jesús va preparando poco a poco a sus discípulos sobre su misión y destino, más ellos no entendieron nada hasta llegada la hora misma; que todas las Escrituras y Profecías se cumplirían en Él y en su elevación sobre la Cruz, la cual aglutina en sí misma el Altar, el Sacrificio y al Sacrificado, para escándalo de unos o necedad de otros, donde la libérrima iniciativa salvífica de Dios se hace presente en la inmolación de su Hijo Único, para la redención de un mundo de pecadores.

Jesús es el nuevo estandarte que sana al que lo mira, más no es una efigie de metal, sino de carne; la carne de un Dios que ofrece su cuerpo y su sangre… Si con sólo mirar con fe aquella serpiente de bronce se curaban las mordeduras, ¿qué no podrá curar el Crucificado si acudimos a Él con fervor?

José Maria Pemán lo sintetizó magistralmente en un verso:
Señor, aunque no merezco que Tú escuches mi quejido, por la muerte que has sufrido, escucha lo que te ofrezco, y escucha lo que te pido.

En este curso en que la Iglesia nos invita igualmente a tomar conciencia de la importancia de la Vida Consagrada en sus diversas formas, como buenos cristianos deberíamos incluir en nuestro “Plan de Vida” el orar con más frecuencia por aquellos que siempre nos tienen presentes a todos. Los contemplativos, con su vida de oración, tan continua como fecunda, levantan en torno a nuestras vidas murallas defensivas que nos son imprescindibles, pues vivimos en un mundo especialmente frágil y vulnerable a las tentaciones del maligno, que genera una rampante y desfachatada “cultura de muerte”.

Santa Teresa, a la que también recordamos este año, dirá al empezar su relato en “Las moradas”, que nuestra alma es como un diamante o un cristal, según las circunstancias. Son éstos, los religiosos y religiosas con su ejemplo, tanto en la vida activa como contemplativa, un poco como la “reserva” del depósito del combustible de un vehículo. Cuando “el conductor” se despista o se cansa, ellos van poniendo la oración y mediación necesaria para que no se acabe el recorrido hasta repostar adecuadamente. Debemos pues, en este año -y yo quiero particularmente hacerlo en esta homilía- agradecer sus oraciones y encomendar a toda la familia religiosa de España, que también pasan por sus momentos de desierto.

Si en mi anterior predicación en este novenario recordaba la arraigada devoción a la Cruz en nuestro concejo ovetense, precisamente por ello, quiero hoy tener presente también otras cruces más actuales que cada día los cristianos cogemos haciéndolas nuestras y que pasan por los barrios y las vidas de nuestras Comunidades y Parroquias.

En la UPAP de Olloniego, fijo mi atención en la Parroquia de San Julián de Box de Tudela Veguín, pueblo de fe resistente como el cemento que sale de su fábrica. Tierra de gente trabajadora que durante tantos años ha vivido con el corazón en un puño cada vez que un familiar salía de casa para ir a la mina, con la duda de si volvería o nó; viudedades y orfandades, apuros para llegar a fin de mes, como estamos experimentando en nuestros días.

Referencia principal para aliviar el peso de esas cruces ha sido la Parroquia, por la que pasaron grandes sacerdotes como el recordado y recientemente fallecido Don Ignacio Monte Cabañas (miembro que fue también de este Ilustre cabildo), así como el trabajo realizado con la juventud por parte de los Salesianos y las hijas de San Vicente de Paul.

Ya en Oviedo, la Parroquia del barrio del Cristo-Montecerrao, cuyo crecimiento y evolución está íntimamente ligado a ese querido Santuario de Jesús de las Cadenas, que cada viernes de Dolores es punto de encuentro de todo el Arciprestazgo y cuya importantísima celebración pone el broche de oro a las grandes fiestas de nuestra ciudad. Para los de cierta edad, pensar en este barrio es pensar inmediatamente en el dolor de tantísimos enfermos que han pasado por el viejo HUCA y por el cercano Centro Médico, donde tantos siguen padeciendo y cargando con su cruz, encadenados a una precaria salud, pidiendo la liberación a otro Encadenado a nosotros mismos, por puro Amor.

Allí, en el Hospital General, La Residencia, Maternidad y Silicosis, trabajaron de forma encomiable, además de los Párrocos propios, un gran número de religiosas y capellanes a lo largo de su historia, de la que tantas familias asturianas guardan aún ahora un imborrable recuerdo por sus desvelos y atenciones con los suyos. En el Centro Médico tenemos hoy a la Compañía de Jesús ayudando en la atención espiritual, junto con los presbíteros diocesanos. Y al lado, en la Casa de Ejercicios de Latores, las Esclavas del Corazón de Jesús nos ayudan a curar las heridas del alma y a encontrar la paz del corazón en una Betania como la Casa de Marta y María.

Aunque en esta “Vetusta”, el gran peso de los problemas de las últimas décadas se encarnaban significativamente en el barrio de Ventanielles. Su mismo nombre, nos trae a la mente el estigma de la droga, enfrentamientos raciales, robos y otras lacras que a Dios gracias han mermado sustancialmente y casi desaparecido, a lo que, sin duda alguna, contribuyó en mucho la presencia comprometida de la Iglesia mediante su incombustible Párroco, D. Jesús Porfirio (al que también queremos felicitar en su quincuagésimo aniversario ministerial) y que desde los grupos parroquiales, junto con la implicación vecinal de las Ursulinas de Jesús y las Hijas de la Caridad, han promovido la normalización de la vida y la integración de marginados.

El barrio del Campillín, antaño casi periferia de la ciudad y hoy pleno centro, fue testigo vivo de la persecución y masacre de nuestro Seminario Diocesano, cuya Institución se encontraba en Santo Domingo, tras ser expulsado del majestuoso edificio del Milán. (como bien nos relatase a los seminaristas de mi tiempo el que fuese Deán de esta Catedral, D. Rafael Somoano Berdasco, Q.E.P.D.)

Desde hace 70 años, la educación y formación de los jóvenes de la zona está en manos de la Orden de Predicadores, al igual que la Parroquia que lleva el nombre de su fundador, con más de cuarenta años de existencia, donde la Iglesia, una vez más, tiene que ser cirineo de la Cruz más dura del barrio: La prostitución, ayudando y colaborando en la búsqueda de un futuro más digno para estas personas.

Muy al hilo de esto, cabe destacar el carisma propio de las Adoratrices de Santa María Micaela, de indiscutible labor en Oviedo y en Asturias, las cuales, recientemente, han sido distinguidas con el premio “Rey de España” en favor de los derechos humanos.
Entre los beatos del siglos XX, hay precisamente una religiosa de esta Congregación: María Dolores Monzón Rosales, ovetense de nacimiento y que decidió empezar a llamarse desde el día de su profesión, Dolores de Jesús Sacrificado, manifestación evidente de la íntima unión de este carisma con el madero salvador de la Cruz.

En San Tirso, la Parroquia que casi prolonga sus muros con los de nuestra Catedral, se vive hoy, como en tantas otras del casco viejo, la realidad del envejecimiento de nuestra población. La falta de natalidad de nuestro continente se hace más palpable en estas zonas antiguas y turísticas. También esta Parroquia, tan noble como musical, gracias a su Párroco D. Ángel (miembro activo de este Cabildo), ha contado en el tiempo con diferentes comunidades de religiosas, las cuales trabajando en la curia de misiones, han aportado su granito de arena a la vida de la Diócesis y de la feligresía de esta Parroquia.

Concluyo ya con mi Parroquia de Lugones, dinámica y en constantes retos evolutivos, en la que también tuvimos la gracia de contar hasta no hace muchos años con dos comunidades religiosas. Una era de clausura, como fue el monasterio de nuestra Señora de los Ángeles del Pico Cueto, de la Orden Cisterciense, que por desgracia se vio obligado a echar el cierre. Y otra, que permanece al pié del cañón, es la de las Hermanas del Santo Ángel, que desde la Pastoral de la Parroquia, siguen trabajando con aquellos más desfavorecidos: los pobres y emigrantes en Cáritas; los ancianos de nuestras residencias geriátricas y tantos enfermos que viven en la soledad de sus hogares. Sin olvidar el permanente acompañamiento de la “Vida Ascendente”.

Queridos hermanos, cuantas gracias debemos de dar a Dios por tantas vidas regaladas y desgastadas en la atención a los demás. Esta es la Iglesia que no todos ven en nuestra sociedad, un autentico cúmulo de tesoros escondidos que desvela precisamente la Cruz de Cristo.
Que María, Madre sufriente junto a la Cruz y Estrella de la Nueva Evangelización, sea nuestra luz en el camino, y que como hoy nos canta el Salmista, agradecidos, no olvidemos las acciones del Señor.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Las Hijas de la Caridad cierran su Casa de Piedras Blancas (Castrillón)



El concejo homenajea a las monjas de la orden de las Hijas de la Caridad
(lne) 17.09.2015
Piedras Blancas, I. MONTES
 
Los feligreses de Piedras Blancas y los vecinos del concejo homenajearán el domingo a las tres monjas que abandonarán la capital del concejo tras más de 30 años de labor en la parroquia. La iglesia de Piedras Blancas será la sede del homenaje, el domingo a partir de las seis y media de la tarde al que ha anunciado su participación el obispo auxiliar de Oviedo, Juan Antonio Menéndez Fernández.

Los feligreses recibieron con pesar hace unas semanas la noticia del traslado de las monjas de la orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que llevan más de tres décadas en el concejo. Los vecinos destaca la gran labor de apoyo en la parroquia con los enfermos y mayores, principalmente, realizada por las tres monjas. La decisión de trasladar a las hermanas procede de la orden religiosa a la que pertenecen, según los feligreses. "La justificación es que las necesitan en otras localidades", explicó un feligrés.

Las monjas trabajaban en un bajo en la calle Gijón al que acudían los vecinos a realizar actividades; participaban en Cáritas y en las actividades de la parroquia. Durante años organizaron actividades infantiles. La orden de las Hijas de la Caridad recibió el premio Príncipe de Asturias de Cooperación en 2005. Las monjas de Piedras Blancas dependen de la provincia canónica de Gijón, a la que pertenecen las hermanas ubicadas en Asturias, León y Galicia.

Entrevista al Cardenal Raymond Leo Burke. Si no somos fieles a Cristo en su enseñanza sobre el matrimonio no sé cómo la gente podrá confiar en nosotros



Eminencia, Permanecer en La verdad de Cristo incluye un capítulo inicial analizando la base escriturística del matrimonio, que fue escrito por el padre Paul Mankowski, S.J. Permítame darle un par de citas bíblicas tomadas de la Nueva Biblia Americana destacadas por la Conferencia Episcopal Estadounidense. Génesis 2, 24 dice: «Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer y se hacen una sola carne». Marcos, capítulo 10 dice: «Los fariseos se acercaron y le preguntaron: ¿le es lícito al hombre divorciarse de su mujer? Lo estaban probando. Les respondió: ¿qué os mandó Moisés? Ellos contestaron: Moisés permitió redactar el acta de divorcio y repudiarla. Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestros corazones se os ha dado este mandamiento, pero desde el principio de la creación «Dios los hizo hombre y mujer, por esta razón, el hombre debe dejar a su padre y a su madre y se une a su mujer y así serán una sola carne». Así que lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe». En la casa los discípulos de nuevo le preguntaron acerca de esto. Él les dijo «quien se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Quiero preguntarle, Eminencia, una pregunta muy básica. ¿Estaba Jesús en lo correcto acerca del matrimonio?

Absolutamente. Su misión salvadora para restaurar nuestra comunión con Dios Padre -esa comunión que ha sido rota por el pecado de Adán y Eva- tiene como uno de sus aspectos fundamentales la restauración de la verdad del matrimonio y la fidelidad a esa verdad en la vida del marido y la esposa.


Y así Nuestro Señor, en su enseñanza, hace referencia a la creación misma, en otras palabras, al orden que Dios ha puesto en el mundo y en el corazón humano, por el que un hombre y una mujer son atraídos el uno hacia el otro para formar una unión de por vida, fiel y procreadora, que Nuestro Señor dejó muy claro que ésta es la verdad acerca del matrimonio, que no hay otra verdad acerca del matrimonio, que ésta es la verdad completa.


Y era tan clara que los discípulos le preguntaban acerca de ella porque ellos estaban pasmados. Dijeron: bueno, quizás es mejor no casarse. Y Nuestro Señor dejó claro que Dios Padre da la gracia a aquellos que están llamados a casarse para vivir este maravilloso sacramento y vivir el misterio que refleja de una manera muy particular el amor dentro de la Trinidad, que también es fiel, duradero y fecundo.


Así que vemos que en la obra Salvífica de nuestro Señor, uno de los más importantes aspectos fue restaurar el matrimonio a su verdad.


Dado que fue Jesucristo mismo quien nos enseñó lo que es el matrimonio, ¿puede cualquier sacerdote u obispo cambiar lo que Jesús ha declarado acerca del matrimonio?


No, absolutamente no. Los sacerdotes y obispos están llamados a ser fieles a la verdad. Nuestro oficio es enseñar esta verdad y ayudar a los fieles a vivirla, pero nunca podemos, incluso bajo una supuesta aproximación pastoral, ya sea alterar o negar la verdad acerca del matrimonio.


¿Puede el Papa mismo cambiar la naturaleza del matrimonio, teniendo en cuenta lo que dijo Cristo?


No, no está en su poder, y está muy claro en la enseñanza de la Iglesia que si un matrimonio ha sido válidamente celebrado y consumado no puede ser separado. No puede terminarse por nada excepto por la misma muerte.


¿Y la institución del matrimonio y la manera en que es reconocida por la Iglesia puede ser cambiada por cualquier obispo o cualquier papa?


No. No porque la Iglesia en este asunto sigue tanto la ley natural como la ley divinamente revelada. Como ha señalado, estas palabras de Jesús en el evangelio de Mateo, y no hay ningún estudiante respetable de Escritura que cuestione que estas mismas palabras de Nuestro Señor y el texto de la Escritura dejan claro lo que Nuestro Señor parece estar diciendo, más aún, él lo está diciendo porque sus propios discípulos reconocen que es algo duro, que es una llamada a los casados a una manera de vida heroica, pero una vida a la que están realmente llamados.


Puede ser una verdad inconveniente, pero es la verdad.


Exactamente.


Eminencia, en el Catecismo de la Iglesia Católica, como aparece en el sitio web del Vaticano, hay una sección llamada «Dar testimonio de la verdad». Y dice esto, dice: «Ante Pilato, Cristo proclama que Él ha venido al mundo a dar testimonio de la verdad.». El cristiano no tiene que avergonzarse entonces de dar testimonio de Nuestro Señor. Y sigue diciendo: «El deber de los cristianos de tomar parte en la vida de la Iglesia los impulsa a actuar como testigos del Evangelio y seguir las obligaciones que se derivan de ello. Su testimonio es una transmisión de la fe en palabras y hechos. Testimoniar es un acto de justicia que establece la verdad o la hace conocida.»


Ahora, el Catecismo sigue diciendo que hemos visto mártires que a lo largo de la historia de la Iglesia han dado sus vidas porque ellos dieron testimonio de la verdad, cuando no sólo era inconveniente sino que suponía riesgo para su vida.


Un ejemplo es San Juan Fisher que fue un obispo inglés del siglo XVI en tiempos del rey Enrique VIII. A éste, su esposa Catalina de Aragón no le había dado ningún heredero varón superviviente, así que él quería dejarla de lado, divorciarse de ella, y casarse con Ana Bolena. La Enciclopedia Católica describe lo que hizo San Juan Fisher como sigue. Dice: «Cuando la cuestión del divorcio de Enrique de la Reina Catalina llego a Fisher, se convirtió en el principal apoyo de la reina y su más fiel consejero. Aparecía al lado de la Reina en la corte, donde sorprendía a sus pares por lo directo de su lenguaje y sobre todo por declarar que, como San Juan Bautista, estaba listo para morir por la indisolubilidad del matrimonio. Enrique VIII se separó dela Iglesia Católica y se declaró la suprema autoridad sobre la Iglesia de Inglaterra, lo que San Juan Fisher se negó a reconocer, por lo que fue martirizado por Enrique VIII. ¿hizo lo correcto el cardenal Fisher diciendo que entregaría su vida en defensa de la indisolubilidad del matrimonio?


Absolutamente. Ningún sacerdote ni obispo ni ningún pontífice romano podría hacer menos. En otras palabras, entregar la indisolubilidad del matrimonio, como el Rey Enrique VIII pedía, habría sido entregar su fe católica y él no podía hacerlo y Nuestro Señor le dio la gracia de ser un mártir. Él incluso hizo referencia a San Juan Bautista, que durante el propio ministerio de Jesús dio testimonio heroico de la indisolubilidad del matrimonio, dejando claro a Herodes que él estaba viviendo en pecado público y grave, viviendo en matrimonio con la esposa de su propio hermano, que obviamente estaba ligada en matrimonio a su hermano.


¿Debería el cardenal Fisher ser un modelo para los sacerdotes y laicos católicos de hoy?


Bueno, ciertamente lo es para mí. Desde el momento en que me convertí en obispo, he estudiado especialmente su vida. Pero él es un modelo para todos los sacerdotes y obispos y para los laicos. Por supuesto, como sabe, Santo Tomás Moro, un laico, un hombre casado, se unió a él en el martirio, porque también se negó a apoyar a Enrique VIII en su pretensión de ser la suprema cabeza de la Iglesia, para darse a sí mismo la licencia de «casarse» con alguien cuando ya estaba casado con Catalina de Aragón.


Ya sabrá, Eminencia, hace unos cincuenta años Hollywood hizo una película sobre Santo Tomás Moro, Un hombre para la eternidad, que mostraba lo que le sucedió a Santo Tomás Moro y lo promovía como un gran héroe cultural. Pienso que en aquellos días -estamos hablando de los sesenta en Estados Unidos- la idea de que una persona podría tener que sacrificar su vida en la civilización occidental porque se mantiene en contra de la autoridad del Estado defendiendo la institución del matrimonio y la autoridad moral de la Iglesia parecía chocante. ¿parece chocante ahora?


No, no lo parece. Y muestra cómo de lejos, en un período corto de tiempo, hemos descendido y nos hemos alejado de la verdad de nuestra fe y la verdad de la ley moral en general. Pero el hecho de que esta clase de preguntas sean realmente discutidas en la Iglesia debería chocarnos a todos y despertarnos a la necesidad de dar un testimonio heroico de la verdad de la indisolubilidad del matrimonio frente a ataques desde dentro de la Iglesia.


Desde dentro de la propia Iglesia. Como sabe, muchos de los obispos de Inglaterra no se mantuvieron con San Juan Fisher, se fueron con el rey.



No, la mayoría no lo hizo. De hecho, Fisher fue el único obispo. Ahora bien, después hubo muchos que dieron testimonio heroico y laicos y fieles. Pero en ese momento Fisher estuvo más bien solo.


¿Piensa que hay amenaza o riesgo de que en un futuro cercano la Iglesia Católica pueda enfrentarse a esta situación incluso en países occidentales, donde algunos líderes de la Iglesia, algunos obispos, decidan alinearse con el César más que con Dios?¿Tomar partido en contra de la verdad de la Iglesia?¿Hay riesgo de eso?

Pienso que hay desafío real hoy y quizás no viniendo tanto del Estado como de la cultura en general, la aceptación general, la amplia aceptación del divorcio y del volverse a casar, y la Iglesia Católica que es prácticamente la única institución que mantiene la verdad del matrimonio, la indisolubilidad del matrimonio, ahora se le pide un compromiso en esa materia.


Así, tenemos que reconocer que si no estamos en lo correcto acerca del matrimonio -en otras palabras, si no somos fieles a la palabra de Cristo, a la verdad que Cristo nos anunció acerca del matrimonio- en la Iglesia, no sé cómo la gente podría confiar en nosotros acerca de la enseñanza de la fe de cualquier otra manera.

Quiero decir, estamos hablando del mismo fundamento de la vida de la Iglesia, la primera célula de nuestra vida, en la unión marital y la formación de la familia y si no defendemos la santidad del vínculo matrimonial, estamos realmente no sólo abandonando la fe católica, sino realmente abandonando la fe cristiana, en el sentido de que estamos abandonando la misma ley natural.


Eminencia, déjeme preguntarle en relación a otro aspecto del catecismo que llama al respeto de las almas de los otros y habla del pecado de escándalo.

Dice: «El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual. El escándalo constituye una falta grave si, por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave.» «El escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor esta maldición: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar» (Mt 18, 6; cf 1 Co 8, 10-13). El escándalo es grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o por función, están obligados a enseñar y educar a otros. Jesús, en efecto, lo reprocha a los escribas y fariseos: los compara a lobos disfrazados de corderos». «El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastren a hacer el mal se hace culpable de escándalo y responsable del mal que directa o indirectamente ha favorecido». ¿Piensa que algunos de los obispos que han participado en el sínodo y estaban empujando a la Iglesia Católica contra la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio están en riesgo de cometer escándalo?


Bueno, ciertamente sucedió con la publicación de la relatio intermedia del sínodo. Se causó escándalo en la Iglesia. Los medios de comunicación seculares, no sin razón, se refirieron a ello como un terremoto en la Iglesia. Mientras algunos obispos y otros lo excusaban diciendo que no era una posición doctrinal, sino un simple informe que estaba siendo discutido en el sínodo, el mismo hecho de que estos asuntos estaban siendo discutidos y cuestionados por los presidentes de las conferencias episcopales, por los jefes de los dicasterios de la curia romana y por otros designados especialmente por el Santo Padre para el sínodo, causó una tremenda confusión y podría incluso inducir a los fieles al error respecto a la enseñanza acerca del matrimonio y otras enseñanzas.


Y así, para mí, fue una seria responsabilidad intentar corregir tan rápida como efectivamente fuese posible el escándalo causado por la relatio intermedia.


Recuerdo un obispo en nuestro pequeño grupo, nos encontramos justo después de la lectura de larelatio intermedia y dijo: «¿cómo voy a casa, a mi pueblo, llevando este mensaje para ellos?».


Eminencia, déjeme ser específico en esta parte. En la relatio intermedia -el texto inicial que fue publicado- había una sección llamada «aspectos positivos de las uniones civiles y la cohabitación». Dice: «una nueva sensibilidad en la pastoral de hoy consiste en darse cuenta de la realidad positiva de los matrimonios civiles y habiendo mostrado nuestras diferencias, de la cohabitación. Es necesario que la propuesta de la Iglesia, mientras se presenta claramente el ideal, también indiquemos los elementos constructivos en aquellas situaciones que aún no se corresponden al ideal.» ¿Es esta posición específica escandalosa?


Creo que lo fue porque ¿cómo se puede decir que hay elementos positivos en un acto que es gravemente pecaminoso, comprometerse en el acto matrimonial cuando no estás casado?


No puede haber ningún elemento positivo en esto. Está contra la ley divina, natural y revelada. Simplemente nuestra única respuesta -mientras amamos al pecador, como siempre se dice, amar al pecador y odiar el pecado- pero necesitamos orientar a la persona para dejar el pecado y a convertirse. Pero decirle que hay elementos positivos en la manera en que está viviendo es simplemente una contradicción. No tiene ningún sentido. O es gravemente pecaminoso o no lo es. Quiero decir, está el principio de no contradicción. Es lógica fundamental.


Eminencia, dentro del sínodo, cuando los obispos y cardenales estaban discutiendo lo que habría que decir y cómo la Iglesia debe enfocar estas cosas, ¿había realmente cardenales y obispos argumentando que la Iglesia deba decir que la cohabitación tiene aspectos positivos? ¿Había, de hecho, gente diciendo en que es la manera en que la Iglesia debe actuar?


Bueno, el hecho de que fuera incluida en la relatio intermedia significa que había al menos una persona, aquella que escribió el texto sosteniendo esta posición y la persona que lo escribió debe haber pensado que estaba expresando el pensamiento de otros cardenales y obispos. Por mi parte, ni siquiera quiero pensar que hubiese un número significativo de cardenales y obispos que realmente suscribían este pensamiento.


Eminencia, mi sensación, y puede corregirme si me equivoco, de leer posicionamientos de la Iglesia, desde encíclicas a cualquier otro tipo de documento formal, cartas pastorales, que han sido publicadas por papas anteriores y por la Iglesia, es que han sido extremadamente cuidadosos con documentos bien preparados que superan el test del tiempo y más importante, están claramente fundamentadas en la Escritura y en las enseñanzas inalterables de la Iglesia. ¿Estoy en lo correcto acerca de esto?


Sí, absolutamente. De hecho, cuando una objeción fue hecha a la publicación de la relatio intermedia después de que fuese escuchada, la respuesta fue: bueno, siempre hemos publicado larelatio intermedia. Y mi respuesta a ello fue: sí, he tomado parte creo que en cuatro o cinco sínodos de obispos y éstas relatios intermedias estaban siempre cuidadosamente fundamentadas en las Sagradas Escrituras y en la enseñanza constante de la Iglesia y así, estaba agradecido de que fuesen publicadas para dar una correcta expresión de lo que el sínodo estaba intentando. Pero vi este documento como -no estaba fundamentado en las Sagradas Escrituras y ciertamente tampoco en la enseñanza constante de la Iglesia. Y en los círculos menores hubo un gran esfuerzo en tratar de traer el magisterio -por ejemplo la exhortación de San Juan Pablo II Familiaris Consortio- para introducir esto en el texto y corregirlo.


¿Cómo fue que se paró? ¿Cómo fue posible para un documento como este que tan claramente parece que contradice o pone en cuestión enseñanzas inalterables de la Iglesia Católica , qué pasó para que fuera elaborado e incluso publicado por el Vaticano?


No sé cómo explicárselo. Estoy siendo muy sincero. Me causó un estado de shock, para ser honesto con usted. Y el relator general, que es un cardenal al que conozco por más de treinta años, en una conferencia de prensa -no estoy revelando nada que sea confidencial- en una conferencia de prensa, cuando fue preguntado, por ejemplo, qué pasaba con estas declaraciones, se volvió hacia uno de los otros obispos presentes allí y dijo explica tú esto, tú lo has escrito. En otras palabras, no era su texto.


A pesar de que él era técnicamente responsable de ello, aquellas no eran sus palabras o punto de vista.


Es una situación muy grave. Quiero decir, todo esto, esto es para mí, es ahora mismo profundamente preocupante. Y yo no sabría. No puedo explicárselo. Lo siento, pero no puedo.


Entiendo, Eminencia. ¿Pero su percepción a la hora de hablar con sus hermanos obispos y cardenales sobre lo que pasó allí, es su percepción de que la vasta mayoría de ellos comparte su preocupación, entendiendo por qué el documento era problemático y la manera en que fue producido era problemática?


No puedo decir la vasta mayoría porque no hablé con la vasta mayoría. Le puedo decir que un número... cardenales muy formales y obispos con los que he hablado, ciertamente comparten mi visión de la situación y están muy muy profundamente alterados por todo ello. La votación de algunos de los párrafos que al final se mantuvieron en la relatio final indica que había un número significativo de cardenales y obispos que seguían muy preocupados acerca de estos textos, los textos sobre dar la Sagrada Comunión a aquellos que están en uniones irregulares y darles acceso a la penitencia y a la Sagrada Eucaristía y también los textos que eran confusos acerca de la cohabitación y la condición homosexual, indican que había un buen número de obispos que encontraban esto inaceptable. Y no podemos decir más porque no sabes qué hay en la cabeza de todos los demás obispos que quizá no votaron en contra de ciertos párrafos, pero no sabes exactamente qué pueden haber estado pensando acerca de ello.


Eminencia, en el catecismo, el cual- (el cardenal le interrumpe)

En cualquier caso, lo que quiero decir, si puedo, es que esto no es, éstas no son preguntas que estén sometidas a un voto democrático, ni incluso de obispos. Quiero decir, ésta es la enseñanza constante de la Iglesia y el único rol de los obispos en el Sínodo es mostrar y presentar esto al mundo. Sólo quería dejarlo claro.


Correcto. Los obispos y cardenales católicos no pueden. Si el noventa y nueve coma nueve por ciento de ellos votaran y negaran lo que Cristo dijo acerca del matrimonio, estarían equivocados y no podrían cambiar lo que Él dijo.


Es correcto. Se tuvo la situación en Inglaterra en el tiempo de Enrique VIII, donde tuvimos un mártir, el obispo cardenal Juan Fisher, y la gran mayoría de los otros obispos mantenían la posición opuesta. Pero él permaneció con la verdad, y ellos traicionaron su oficio episcopal.


Pero es extraordinariamente confuso para los católicos y quizás particularmente para los jóvenes católicos que están formándose en la fe, escuchar a un príncipe de la Iglesia cuestionar la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio o el comportamiento homosexual.


Absolutamente. Lo entiendo, lo que yo digo a la gente que atrae mi atención hacia esto o expresa su tremendo dolor y confusión, yo le refiero a la constante enseñanza de la Iglesia, al catecismo, a la Familiaris Consortio, y les digo que esto permanece y no puede cambiar y por lo tanto, a pesar de que esto es un comportamiento sin excusas, puede pasar y nosotros simplemente tenemos que mantenernos en la verdad en nuestras propias vidas y dar testimonio de esto al mundo.


Eminencia, el catecismo también dice que bajo «ninguna circunstancia» pueden los actos homosexuales ser aprobados. Y sigue diciendo que «el número de hombres y mujeres que tienen profundas tendencias homosexuales no es insignificante. Esta inclinación, que es objetivamente desordenada constituye para la mayoría de ellos una prueba» y continúa diciendo que la gente que tiene esta orientación está llamada a una vida casta. Ahora, ¿puede cualquier sacerdote, obispo o papa cambiar lo que el catecismo dice sobre los actos homosexuales, esto es, que no puedes aprobarlos, y que la orientación es objetivamente desordenada?¿puede cambiarse?


No, no es posible. Es parte de la ley moral natural y es también obviamente, parte del magisterio de la Iglesia. No, esto no puede ser cambiado.


¿El papa mismo no puede cambiar esta enseñanza?


No. no, no.


Eminencia, en la relatio intermedia también se dijo: «los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana: ¿somos capaces de dar la bienvenida a estas personas, garantizándoles un espacio fraternal en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que les ofrezca un hogar donde se sientan bienvenidos. ¿Son nuestras comunidades capaces de proporcionarlo, y de aceptar y valorar su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica acerca de la familia y del matrimonio?... Sin negar los problemas morales conectados con estas uniones homosexuales, se debe hacer notar que hay casos en los que hay ayuda mutua hasta el punto del sacrificio, constituyendo un aporte precioso a la vida de los compañeros. Más aún, la Iglesia tiene especial atención a los niños que viven con parejas del mismo sexo, subrayando que las necesidades y derechos de los pequeños deben siempre ser prioritarias». ¿Puede la Iglesia católica enseñar que la gente estimar «valores» inestimables en la orientación homosexual?

No. No es posible porque nosotros apreciamos, valoramos, aquello que es bueno y las relaciones homosexuales no son buenas. No son buenas para nadie. En mi propia experiencia pastoral, trabajando con gente que sufre atracción al mismo sexo, es exactamente lo que el catecismo dice: es una prueba para ellos. Y necesitan la ayuda de un buen sacerdote. Necesitan la ayuda, la mayoría de ellos de la oración y del acceso frecuente al sacramento de la penitencia para superar estas atracciones que son desordenadas.


¿Piensa que la llamada del catecismo para los cristianos a dar testimonio de la verdad tiene aplicación en cómo los católicos y el clero debería tratar con personas que tienen orientación homosexual?


Absolutamente. Y el catecismo es muy claro acerca de esto. El problema con ese texto que has leído es que es todo confusión. Por supuesto, tenemos que amar a la gente, a los individuos que sufren de esta manera, y tenemos que estar cerca de ellos e intentar de cualquier manera ayudarlos, pero lo que necesitan sobretodo de nosotros, es que les digamos la verdad. Y darles la impresión de que pensamos que está bien que ellos puedan estar siguiendo esas atracciones es gravemente erróneo. Y así, tenemos que dar testimonio de amor y respeto a ellos como hijos de Dios, pero al mismo tiempo hacerles ver muy claro que seguir esta atracción que ellos experimentan es pecado mortal, es gravemente erróneo. No es por su bien ni por el bien de nadie más que esté envuelto.


¿Y la gente que cohabita fuera del matrimonio y sigue ese estilo de vida, o que siguen un estilo de vida homosexual, deberían recibir, deberían ir a la comunión?



La única manera de que se pueda recibir el sacramento de la penitencia es confesando tus pecados y teniendo un propósito firme de enmienda. Y si se confiesa el pecado de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio o confiesas el pecado de tomar parte en actos homosexuales y no tienes el propósito firme de cambiar tu vida para evitar estos actos en el futuro, no puedes recibir la absolución. Y de la misma manera, no estarás dispuesto a recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión porque tu vida está en contradicción con la verdad que él nos enseña.


Por la misma idea, si alguien es un ladrón habitual y estuviera cotidianamente robando la propiedad privada de alguien, ¿necesitaría no sólo arrepentirse de hacerlo sino también dejar de hacer lo que está haciendo?


Oh, absolutamente. Por ejemplo, si alguien viene y te dice que está habitualmente robando a la gente, el sacerdote inmediatamente pregunta, lo primero de todo, si están dispuestos a hacer restitución de las cosas que han robado y también si están firmemente resuelto a no volver a hacerlo. Si dicen que no, no continúo, no pueden recibir la absolución.


¿Y Dios puede también perdonar a un asesino?

¿Perdón?
¿Dios podría también perdonar a un asesino?



Sí. Dios perdonará a alguien que cometa este terrible acto pero sólo si la personal está realmente arrepentida, por supuesto.


¿Y un aborto?; ¿podría Dios perdonar un aborto o a un abortista?


Sí, si la persona reconoce la gravedad de su pecado, está arrepentida y promete no volver a cometer este pecado otra vez.


Y si un político defiende quitar legalmente una vida humana inocente en un aborto y la financiación de esto y que continúe esto, ¿es esto un grave pecado desde el punto de vista de la Iglesia Católica?


Oh, por supuesto. No sólo es grave en sí mismo defender actos contra de la ley moral, sino también hacerlo de una manera pública y como líder, un líder político, incrementa la gravedad el pecado.


¿Cuándo un político católico hace esto es escandaloso?


Sí, por supuesto.


Pero si un político católico se arrepiente, se enmienda de la defensa del aborto, vuelve atrás y defiende la vida, ¿entonces puede ser perdonado y recibir la comunión?



Por supuesto, por supuesto.


Eminencia, los diez mandamientos dicen honrarás a tu padre y a tu madre, lo que sugiere que los niños tienen el derecho de tener un padre y una madre. ¿Los niños tienen un derecho dado por Dios de tener un padre y una madre?


Absolutamente. Y esta es una de las más fundamentales verdades sobre la vida humana y su inicio en la familia, que cada niño tiene el derecho a tener un padre y una madre. Esto fue bellamente testificado en las manifestaciones de París y Francia en general, cuando el Estado trató de imponer la legalidad de las uniones del mismo sexo y que pudieran adoptar niños. En las manifestaciones el logo era una madre y un padre con sus dos hijos y básicamente el mensaje era que cada niño tiene el derecho a un padre y una madre e incluso las personas más secularizadas parecen captarlo, entender el mensaje.


¿Así que, si el gobierno toma a un bebé y legalmente le da la custodia a una pareja del mismo sexo, entonces, negándole al bebé una madre y un padre, está el gobierno negándole a este niño el derecho que Dios le dio?



Sí, absolutamente. Y está demostrado la profunda violencia psicológica hecha al desarrollo del niño cuando crece en esta situación que no es natural.


Eminencia, ¿ puede la Iglesia Católica alguna vez decir que hay algo positivo en sacar a un niño de una situación con un padre y una madre y ponerlo en una situación familiar del mismo sexo?



No, no, no es posible.


¿El Papa no puede decir esto? ¿el Papa no puede decir que en nombre de la Iglesia Católica esto es bueno?


No, no. No, no. No es posible.


De acuerdo. Ahora, en 1986, el Cardenal Ratzinger, que era el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, y que por supuesto, después llegó a a ser Benedicto XVI, escribió una carta pastoral sobre la atención a las personas homosexuales que fue aprobada por el papa Juan Pablo II y la carta decía: «Al hacer las anteriores consideraciones, esta Congregación quiere pedir a los Obispos que estén particularmente vigilantes en relación con aquellos programas que de hecho intentan ejercer una presión sobre la Iglesia para que cambie su doctrina, aunque a veces se niegue de palabra que sea así. Un estudio atento de las declaraciones públicas y de las actividades que promueven esos programas revela una calculada ambigüedad, a través de la cual buscan confundir a los pastores y a los fieles». Sigue diciendo: «Algunos grupos suelen incluso calificar como «católicas» a sus organizaciones o a las personas a quienes intentan dirigirse, pero en realidad no defienden ni promueven la enseñanza del Magisterio, por el contrario, a veces lo atacan abiertamente» ¿usted ve este mismo fenómeno sobre el que el cardenal Ratzinger advirtió en su carta pastoral de 1986 sucediendo hoy, quizás, incluso en el mismo al sínodo?



Ciertamente lo he visto en los así llamados movimientos católicos -falsos católicos-, los cuales, de hecho promueven un modo de vida en contradicción con la enseñanza de la Iglesia y lo he visto también en parte del muy confuso lenguaje de, por ejemplo, la relatio intermedia, y diría que es precisamente culpable de la misma falta que el documento sobre el cuidado a las personas sufriendo una condición homosexual indicaba en 1986.


Resumiendo, ¿Cree que los obispos y el Papa tienen el deber de evitar confundir a los católicos acerca de las enseñanzas inalterables de la Iglesia sobre matrimonio y homosexualidad?


Oh, absolutamente. Incluso como tienen la responsabilidad de evitar confundir a los fieles en cualquier cosa, especialmente sobre tan serios temas, y el deber, también, es incluso más serio en una cultura como la nuestra, en la cual, hay una confusión sin límites en estos asuntos. Contribuir de cualquier manera a la confusión en esto, es muy irresponsable y es una traición del oficio pastoral.


Eminencia, dada la confusión que tan obviamente se ha mostrado como consecuencia de este sínodo ¿qué cree que el papa Francisco debería hacer ahora?¿Qué debería hacer personalmente sobre esto?



Bueno, yo no voy a darle instrucciones al Papa. Pero lo que la Iglesia necesita, eso puedo decirlo. Lo que la Iglesia necesita desesperadamente ahora es una exposición muy clara de su enseñanza respecto al matrimonio, al divorcio, con respecto a la grave inmoralidad de la unión sexual fuera del matrimonio, la grave inmoralidad en cualquier clase de tentativa de unión sexual entre personas del mismo sexo. Y ella (la Iglesia) no tiene que trabajar duro porque toda la enseñanza está ahí. Usted la ha citado en abundancia para esta entrevista. Hay también muchos otros textos. Y la Iglesia debe ahora en esta época sostener la belleza, el esplendor, de su enseñanza no sólo para que sus propios miembros no queden confundidos acerca de la verdad sino también por el mundo y la llamada de la Iglesia a servir al mundo proclamando la verdad y dando testimonio de ella.


Cardenal Raymond Burke, muchas gracias.


De nada.